~Angela~
El día anterior me lo pasé en la casa, en la universidad y en un café que me queda cerca de la universidad.
Estaba en clase de cálculo y mi cabeza no paraba de pensar ni un segundo; el profesor hablaba de temas que para el eran de importancia, sin embargo para mi no. Mi cabeza estaba en medio de una crisis existencial mientras que el docente explicaba sus complejos temas; sentí como alguien tocó mi hombro así que me giré.
-eh hola, me pasas el lapicero que está debajo de tu silla por favor? -dice una chica de cabello marrón claro y ojos color amabar-
- ¿ese? -pregunto señalando un lapicero morado que estaba en mi silla-
-sip, ese -dice la chica con una sonrisa-
-aqui tienes -digo poniendo su lapicero en su mesa-
-gracias -dice volviendo su mirada hacia su cuaderno-
yo solo me volteo para seguir en mi enigma mental.
sonó la campana que indíca el fin de las clases y yo ni enterada, todo era concentración hasta que Adam se sentó a mi lado sacándome de mis pensamientos.
-¿todo bien? tienes cara de que se te enredaron los cables mentales -dice mi amigo sonriendo burlón-
-uy re-chistoso, me reí -digo sería-
-calma amiga solo era un chiste, ¿que te parece si vamos a comer algo? -dice mostrandome unos cuantos billetes de su billetera-
-mientras seas tú el que pague, todo bien -digo levantandome de mi puesto-
-bueno entonces vamos -dice enganchando su brazo con el mio-
caminamos rumbo a la cafetería, la gente nos miraba, yo solo les devolvia la mirada pero esta era más cínica, la gente dejo de mirarnos y empezaron a pasar de largo, eso era mejor; llegamos a nuestro destino y nos dirijimos a la fila para hacer nuestro pedido.
Pedí una galleta con chispas de chocolate y Adam pidió un yogurt con cereal.
comimos y hablamos de tooooooodo lo que habia pasado ultimamente desde nuestro punto de vista.
tocamos temas triviales, y también imaginamos juntos como decorar la casa.
-bueno, creo que sería una buena idea pintar la casa de colores oscuros por que asi se mantiene el calor en invierno -digo explicando por que la casa deberia ser de colores oscuros-
-NO, tiene que ser de colores claros para que en verano sea mas fresca -dice mi amigo interponiendo su punto de vista-
-pero es que si es clara en invierno será muy fría -le digo totalmente calmada-
-pero si es oscura en verano será muy calurosa -dice en el mismo tono que yo-
-entonces que tu habitación sea blanca y la mia negra -digo cruzandome de brazos sobre la mesa-
-me parece "formidable" -dice imitando el todo de voz de mi padre-
Para que entiendan mejor les daré un dato: Mi padre es un hombre muy refinado por lo que suele usar palabras complicadas y hasta poéticas. Adam disfrúta de "mofarse" de ese tipo de palabras, y yo también.
desde pequeña escucho a mi papá hablar de esa forma, por lo que cuando teníamos cenas con socios o amigos de mis padres hablo como él para parecer profesional y elegante.
De ahí el que Adam se burla de mi padre y de mi, cuando usamos palabra sofisticadas.
Dejando de un lado el tema de la elegancia y demás, sonó la campana para que entráramos a nuestras respectivas clases, y como Adam y yo vamos a los mismos cursos pues somos como uña y mugre, no nos separamos.
llegamos a nuestra de historia, la profesora tiene unos 60 o 70 años, es una viejita que se viste por lo general con vestidos de colores pastel. Es una señora muy amable.
La profesora hablaba de la segunda guerra mundial mientras yo me hacía preguntas sin sentido internamente.
-Señorita Angela, podría decirme en que año fue la segunda guerra mundial? -dice la viejita con amabilidad; amabilidad que se esfumará en cuanto yo diga que no sé-
-eh....no se maestra, discúlpeme -digo agachando la cabeza-
-ah ya veo, por favor si la clase no le interesa se puede retirar -dice señalando la puerta-
Yo decido quedarme en mi puesto y empezar a tomar notas de todo lo que la profesora dice.
Se acaban las vastas clases y yo salgo corriendo de el aula, en el camino me encuentro con un afiche que promociona unos clubs; hay uno de teatro, uno de artes, uno de cocina, otro de deportes y uno de karate y boxeo. A esta información se le suma que en si un estudiante se inscribe a uno de esos clubs puede mejorar su promedio dependiendo de su avance en la actividad lúdica.
Busco el salón de inscripción para los clubs, mientras camino pienso en que extracurricular me gustaría estar, la de cocina no me llama la atención, la de teatro me parece que ocuparía demasiado tiempo, mis candidatos son los clubs de karate, boxeo, artes y deportes. Después de una lucha mental conmigo misma me decido por el de Boxeo.
llegué al centro de inscripción, e anoté en el de boxeo y me percaté de que hay muy pocos inscritos, por lo que será mas facil trabajar en grupos pequeños.
Salgo de el instituto y me encuentro con Rachel.
-hola! -dice y se lanza encima mio para abrazarme-
-hola, ¿como estas? ¿que cuentas? -digo tratando de zafarme de su fuerte abrazo-
-ah pues estoy bien, no mucho, solo que hoy abrieron las inscripciones a los clubs, y me inscribí en el de teatro -dice sonriendo y soltandome-
-ooo que bien, yo también me inscribí a un club -dice alguien detras de nosotras-
- Mark! hola giganteee! -grita Rachel colgandose del cuello de Mark-
Cabe recalcar que Rachel no es alta, es más bien bajta. Por eso para ella todos somos gigantes.
-hola pulguita -dice Mark acariciando su cabeza-
- hola Mark -digo algo ¿molesta?
-hola Angie -dice dandome un abrazo-
-chicos, ¿que les parece si vamos a un parque de diversiones? -dice mi amiga mostrandonos unas fotos de un parque de diversiones que queda cerca-