Viviendo Un Sueño

3: Pequeño Diablillo

Habían pasado ya unas cuántas semanas desde el inicio de mi odisea. No lograba acostumbrarme, pero supongo que tenía que hacerlo. 

Era un martes por la mañana, y como siempre, iba camino a la escuela acompañada de Alice, cuando nos encontramos con Harry y Zach, osea: el colorado y el azabache.

— Oh, genial — escupí.

— Alice, Camile, hola — dijo Harry, naturalmente.

— Hola pelirrojo, hola... — dijo Alice y miró a Zach.

— Zachary Bennett — dijo Zach poniendo los ojos en blanco.

— Lo siento Zach — dijo Camile con supuesta pena, aunque no parece estar del todo apenada, supongo que porque todos los alienígenas le importan una cáscara de piña.

— Yo me llamo Harry Liverman — murmuró Harry haciendo un puchero.

— Lo siento — dijo Alice y se rascó la nuca.

— Hola Camile — dijeron ambos al ver que yo no saludaba.

— Hola — dije con desinterés.

— ¿Van a la escuela? — preguntó Harry con amabilidad.

— ¿Tú qué crees? — dijo Alice mirándome con la mochila y señalando su mochila

— Claro. Bueno, entonces vamos juntos — sugirió y nos dio una dulce sonrisa.

No quiero. Me gusta pero me asusta.

— Vale — dijo Alice y empezamos a caminar.

Harry Liverman y Zachary Bennett.

Todo parece indicar que sí tienen apellidos, eh.

Al llegar a la escuela, decidí separarme de ellos y comprarme un yogurt en la entrada.

Compré un yogurt de durazno y cuando le iba a pagar a la señora, una mano se cruzó con la mía, al parecer también estaba pagando, haciendo que mi dinero se cayera.

— Oh, lo siento... Ah, eres tú — era Adam.

— Plateado, qué grosero eres — recogí mi dinero y se lo entregué a la señora.

— Ay, la juventud — dijo la señora, cosa que hizo que yo y el plateado la miráramos mal.

— Qué juventud ni qué nada — dije y entré a la escuela.

El plateado quedó en silencio y cuando reaccionó, soltó:

— ¡Grosera! 

***

Han pasado dos meses y parece que me he hecho amiga de Alice, Mark y Harry, mientras que los otros dos son muy... No sé.

Zach es demasiado callado y tranquilo y Adam parece querer guardar su distancia de mí y de Alice, no solo porque no le agradamos, sino que parece que no logra confiar en mí o en ella, pero qué más da, a mí, en lo personal me da mucho igual.

Es miércoles y el día de hoy es particularmente caluroso.

— Vamos a comprar ¿Vienes con nosotros? — me preguntó Alice con una voz muy dulce, mientras estaba parada al lado de Harry.

— Hace tanto calor que tengo flojera, vayan ustedes — dije y suspiré.

— Vale — dijo Alice y salió del salón platicando amigablemente con Harry.

Esos dos hacen una muy bonita pareja.

Cerré mis ojos levemente y suspiré recostando la parte superior de mi torso en el escritorio.

 

 

— ¿Estás dormida?

Me paré de repente, golpeando en la barbilla a la persona que habló previamente, y por ende pero más importante, golpeando mi frente.

— Zach... Me asustaste — dije mientras tallaba mi frente.

— Creí que te sentías mal, así que me acerqué — dijo como siempre, con su rostro inexpresivo.

— Solo estaba descansando. Odio el calor — dije e hice una mueca.

— Yo igual — confesó y se sentó conmigo en el escritorio.

— ¿Eh? ¿Te vas a sentar aquí conmigo? — lo miré confundida.

— ¿No quieres? — preguntó mientras conectaba sus auriculares a su celular.

— Ay, no sé. Has lo que quieras — suspiré.

— ¿Te gusta la música? — me preguntó tranquilamente.

— Claro que sí — dije con una sonrisa somnolienta, apretando mi mejilla izquierda con el escritorio.

— ¿De qué género? — preguntó y apretó su mejilla derecha con el escritorio.

— Me gusta el rock — dije dormitando.

— Vaya ¿De verdad? De casualidad ¿Te gusta Green Day? — me preguntó con un ligero brillo de interés en sus ojos.

— ¿Tienes boulevard of broken dreams? — sonreí ligeramente.

— Toma — dijo y me puso el auricular en el oído derecho mientras que él se puso el auricular en el oído izquierdo.

El clima es tan cálido. Tanto que tengo ganas de dormir.

Cerré mis ojos dormitando a ratos, ligeramente cansado y tras un bostezo, concilié el sueño.

 

 

— ¡Camile, ya vine! Como no me pediste nada te traje unas galle... — dijo Alice entrando al salón, pero se detuvo en seco al ver a Camile dormida en su escritorio.

— Se han dormido — dijo Harry con gracia por la situación.

—Zach, quítate, ahí voy yo — dijo Alice haciendo un puchero al intruso que estaba durmiendo en el lugar en el que Alice acostumbraba sentarse.

— Alice, déjalos dormir — dijo Harry en la sentó en el asiento de enfrente.

— Bien — dijo Alice y puso los ojos en blanco.

Tanto Camile como Zach habían conciliado el sueño en el escritorio.

— La música que escuchan ambos suena demasiado fuerte ¿Cómo pueden dormir así? — se preguntó Harry al ver que ambos tenían auriculares.

***

Camile Valentine

Con el paso del tiempo, me fui haciendo amiga de Zach, quien resultaba ser un fanático incondicional de todo el género de rock.

Me sorprendió un poco, pues siempre tiene cara de No Me Gusta El Ruido, pero... Al parecer incluso yo puedo simpatizar con alguien inexistente.

¿Cuánto tiempo ha pasado desde que llegué a vivir a este sueño?

La respuesta ya la sé, yo...

— ...Camile. Camile — me habló Alice.

—¿Eh? — recién me estaba despertando.

— Tienes sueño profundo — dijo Alice y suspiró como si esto le pareciera adorable.

— Ah, claro — dije y me tallé los ojos.

 

¿Cuánto tiempo ha pasado? Bueno, ya han pasado 3 años.

Creo que Alice ya no se quiere separar de mí, al punto en el que hay días en los que viene a dormir a mi departamento «aunque esto no tiene nada de malo, porque prácticamente solo debe de dar unos 3 pasos de la puerta de su departamento a mi puerta»




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