Viviendo Un Sueño

4: Mente Indomable

Camile Valentine

Ya era el día en que nos íbamos al puerto. Estábamos en la estación de metro los 6 y debíamos esperar al tren de las 8.

— Hermanita, tu mamá dijo que te había puesto galletas de mantequilla en la mochila ¿Me das? — me preguntó Mark.

— Claro que sí, hermanito — le dije y saqué un tupper azul de mi mochila.

— Madre Camile ¿Qué hay de mí? — me dijo Adam con los ojos entrecerrados.

— Lo siento, hijo. Tú estás a dieta — le dije en tono robótico y con rostro inexpresivo.

—... Te odio, mamá — dijo Adam y se dio la vuelta.

— No le hagas caso — dijo Alice acribillándolo con la mirada — por cierto, te traje té de ciruela — me dijo y me dio una sonrisa. Un rostro completamente diferente al de hace unos ratos.

—¿Té de ciruela? Creí que era para ti — dije y me rasqué la mejilla.

— Bueno, no me importa compartir si es contigo — me dijo y me dio una abrazo.

— ¿De veras? Gracias — dije sonriente y abracé su brazo.

— Ahí viene. Júntense todos — dijo Harry mientras movía a Zach, el cual estaba durmiendo en uno de los asientos, para que así se despertara.

— En seguida, mamá — dijo Adam con un rostro absurdamente serio.

— Déjalo ya — dijo Harry con un tono increíblemente sombrío, sin quitar ni una vez su "amable" sonrisa.

— ¿Ya todos tienen su boleto? — pregunté mientras ponía el té que Alice me había regalado en mi mochila.

— Ya — dijeron todos.

— ¡Andando! — dijo Mark con tono y sonrisa enérgicos.

Subimos al metro que estaba prácticamente vacío por ser tan temprano... O bueno, quién sabe. Tal vez incluso sea culpa de la novela misma que esté tan vacío.

Al viajar, no puedo evitar recordar todas las cosas que hemos vivido juntos, y menos si viajamos los 6 juntos, porque es como si... Mi mente tuviera la necesidad de reproducir todos y cada uno de los momentos que hemos pasado juntos.

***

2 años atrás

Era martes por la tarde. Estábamos por entrar a los clubes de matemáticas y literatura. Claro que sí, los clubes obligatorios.

— No quiero entrar — dije suspirando y renegando.

— ¿Quién te mandó a elegir literatura? — me dijo Adam poniendo los ojos en blanco.

— No es eso... La profesora me hace bullying — dije y volví a suspirar y a renegar.

— Ánimo — me dijo Harry dándome unas palmaditas en el hombro.

— ¿Y si no vamos? — dijo Alice emocionada.

Imposible. Alice es el ejemplo a seguir.

— Hermanita ¿Quieres fugarte? — dijo Mark con un exagerado rostro de escandalizo.

—... De hecho, suena bastante bien — dije con una sonrisa astuta en mi rostro.

— ¿En qué estás pensando? — preguntó Adam que me miraba con un rostro preocupante.

— Diré que me secuestraron y ya ¡Adiós! — dije y lancé mi mochila por la ventana, saltando por la misma.

— ¿La seguimos para que no haga nada loco? — sugirió Harry mirando a los otros tres.

— Pues Alice ya se adelantó — dijo Adam golpeándose la frente.

— ¿¡Qué!? Zach ¡Despierta! — dijo Harry agitando a Zach.

Tan pronto como este despertó, los otros tres «Mark ya se había ido con Camile y Alice» fueron tras Camile y Alice.

— Alice, Camile — exclamó Harry con voz preocupada.

— ¿Eh? — Alice, Mark y yo volteamos con sorpresa hacia Harry, que para mayor sorpresa venía acompañado de Adam y Zach —¿¡Qué hacen aquí!? — exclamé susurrando.

— ¡Eso deberíamos preguntarte a ti! — exclamó Adam en voz baja.

— ¡Regresen los 5 o nos van a castigar a todos! — dije y los empujé.

— ¡Chicos, ahí viene el profesor de inglés! ¡Escóndanse! — nos avisó Harry y no tuve de otra más que arrastrar a Zach que estaba dormitando y escondernos en un arbusto.

— ¿Creí ver a Harry?... Cielos, debo de dejar de tanto café — dijo el profesor de inglés mientras se iba.

Esperé unos segundos y aproveché que no venía nadie para correr hacia el muro del jardín trasero que dividía a la escuela de un callejón. 

Lancé mi mochila y después trepé el muro, para posteriormente saltar.

Minutos después, Alice y Mark ya estaban conmigo, así que supongo que ambos me siguieron.

— ¡Bien! ¿A dónde vamos? — pregunté emocionada.

— Espera, Harry, Adam y Zach todavía no llegan — dijo Mark.

— ¿Quién los manda a seguirme? — dije y puse los ojos en blanco.

Tres mochilas volaron desde el otro lado del muro y aterrizaron en el suelo del callejón, y tras ellas venían Adam, Zach y Harry. Los tres saltando el muro en una pose ridículamente genial.

— ¿Qué? — me dijo Zach al ver que los miraba con incredulidad, como si hubieran hecho algo estúpido. Y en efecto que lo hicieron.

— Nada, nada — dije y me froté el puente de la nariz.

— Bueno, ya nos fugamos ¿Y ahora qué? — preguntó Zach con rostro inexpresivo, indudablemente como siempre.

— Huh... ¿Vamos a una pizzería? — sugirió Alice.

— ¡Vamos al arcade! — exclamó Mark.

— Hay un lugar donde venden pizza y hay videojuegos — dije y me alcé de hombros. 

Nos quedamos en silencio mientras nos mirábamos entre todos y sonreímos. 

Supongo que es obvio a donde iremos. 

 

Sí, esa vez aún la recuerdo. Es como si hubiera sido ayer.

Sonreí y reí bobamente.

— ¿De qué te ríes tan tontamente? — preguntó Zach que estaba a mi lado en el autobús. 

— Chicos ¿Recuerdan aquella vez en segundo grado? Cuando nos fugamos de la escuela para no ir a club obligatorio — les dije a los chicos que estaban en frente de mí.

— ¿Te acordaste de eso? — preguntó Zach con mala cara, porque aquella vez nos atraparon y ya imaginan el resto.

— ¡Cierto! Vaya, qué recuerdos — dijo Mark y rió divertido.

— No fue la mejor de las decisiones. Les recuerdo que aquella vez nos pillaron y recibimos un castigo — dijo Harry y suspiró.




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