Vivir en las nubes

Un par de cursis

Después del encuentro con Matías, salí con Mad, fuimos por un café y decidimos salir de ahí. Mad me llevó a casa y los días siguieron transcurriendo sin dificultades...

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Ya había pasado casi un mes desde que Matías llegó a la escuela ahora mi tiempo se dividía en prácticamente ir a la escuela, ir a casa de Matías, regresar a mi casa, uno que otro día salía con Mad, pero ella a veces era la que no podía por que salía con Nick, Erick y yo casi no teníamos tiempo para hablar, el estaba con Jess casi todo el tiempo.

-Anne -escuché. - Anne

-¿Que pasa Matías?

-Llevo hablandote mas de cinco minutos, no te despegas de tu celular.

-Oh, lo siento, es Mad... -le dije mirando aún mi teléfono

-Ustedes dos ¿no paran? -dijo fingiendo molestia

-La verdad es que no, pero ni es para tanto.

-¡No es para tanto! -se exaltó y yo lo interrumpí

-Estamos perdiendo más tiempo así. -dije - además, solo quedan como cinco lecciones más y ya no tendré que venir a tu casa, y lo de mi laptop está casi listo. 

-Si. Tienes razón, en unos días ya no tendremos que reunirnos. 

Fingí alegría, pero la verdad es que con Matías la pasaba bien. 

-Igual seguirás sentándote a mi lado en matemáticas ¿no?

-Si, supongo que si. 

El silencio llegó y se mantuvo por unos minutos hasta que Matías habló.

-¿Por que no salimos por un helado el viernes? -dijo- yo pago, en agradecimiento por todo lo que has hecho. 

-Mat, no es necesario. Recuerda que es parte del trato. 

-¿Mat? -dijo levantando una ceja.

-Lo siento, -me sonrojé al darme cuenta de cómo lo había llamado- se escucha tonto, no te diré más así. 

-No, no. -dice- Me gusta Mat. 

-Bueno, si tu dices... -le digo aún - pero igual sigo pensando que no es necesario lo del hel... 

-Claro que es necesario, yo insisto, -me mira- por favor Anne, di que si -hace un puchero que lo hace ver adorable. ¿Adorable? ¿Eso era normal? -Dile que si a Mat. 

Río por escuchar como se oye "Mat".

-Bien Mat, -digo entre risas-  ahí estaré. 

Él solo puede sonreír, mostrando sus dientes y mostrando una gran felicidad y yo no pedí más porque esa sonrisa me deja completamente desubicada, de hecho últimamente siempre lo hace. 

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-Así que vas hoy con Matías ¿eh?

-Si Mad, ayer terminamos con todas las lecciones de matemáticas, ya no tenía caso que siguiera yendo a su casa. -dije – pero él insiste en ir a tomar un helado, y no podía negarme.

-Claro, ¿quién se niega? -dice – ese chico esta guapísimo, además es muy lindo. 

Y es que habíamos pasado algún tiempo juntos, Mad y Mat se llevaban bastante bien.

-No Mad, no es nada de eso -dije tratando de sonar convencida- ¡somos amigos!

-Anne -me dijo seria- no intentes engañarme, no puedes ocultar que ese chico te gusta.

-Mad, yo pienso que estás completamente loca.

-Lo que tú digas. -dijo sonriendo. Ella insistía e insistía en lo mucho que le gustaba que anduviera con él, y no se cansaba de repetir que hacíamos unalinda pareja, varias veces lo insinuó delante de él y recordarlo hace que me sonroje y me apene por la manera en la que mi mejor amiga lo había hecho. 

Pero quizá Mad tenía razón. 

Quizás ella estaba en lo correcto respecto a mis sentimientos. 

Después de las clases, quedé con Mat que nos encontraríamos ya en la heladería en unas horas, así que aproveché para ir a comer con Mad y después ella me llevó y yo me quedé esperando a que él llegara, cuando Matías apareció, compramos el helado y decidimos ir al mismo parque que la primera vez, ahí nos pusimos a platicar.

-...y pues así fue como conocí a Mad.

-Vaya, linda historia -dijo Mat después de escuchar la historia de cómo Mad y yo nos hicimos amigas

-Si...

-Anne, -dijo y después de unos segundos continuó -Gracias.

-¿Por qué me agradeces? -le dije un tanto desconcertada

-Porque me ayudaste, porque me soportaste aun cuando soy un completo asco en algebra y matemáticas, porque has sido una gran persona conmigo, aunque un poco gruñona -murmuró y yo lo golpee en el hombro – ¡Auch! -Dijo fingiendo dolor- ¿Ves?

Reí.

-Mat no tienes que...

-No, Anne, déjame terminar. -empecé a ponerme nerviosa – eres una gran chica Anne, y son tontos todos los que no se dan cuenta de eso, tu... -dijo pareciendo inseguro- me has cambiado un poco, y quiero que sepas lo mucho que agradezco el haberte conocido, eres especial Anne, eres especial para mí.

Yo no sabía que decir, no esperaba eso, y no estaba lista para escuchar algo así teniendo en cuenta que simplemente no esperaba que Matías tuviera ese concepto de mí, ni que fuera tan... ¿Cursi? Ni siquiera sabía que suponía que esto significara, ni cómo debía actuar ahora, no tenía idea de que hacer, y creo que lo notó.




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