Después de la visita al centro comercial, fuimos a dejar a Mad a su casa y después Matt me llevó a la mía. Estábamos platicando, él ya se iba, estaba en la puerta cuando habló.
-Anne ¿te confieso algo? -Lo mire extrañada pero asentí. -No puedo esperar a verte con ese vestido en la fiesta. -Me sonrojé al instante.
-Matías... Basta. -dije con una risa nerviosa.
-Hablo en serio -dijo sonriente.- no puedo esperar más. - Reí y lo golpeé ligeramente en el brazo diciéndole un "basta" que lo hizo reír también a él. Entonces se acercó a mi, haciendo que me pusiera aún más nerviosa.
-¿Quieres que venga a recogerte? -dijo con la voz baja
-No va a ser necesario, -dije- vendrá Mad por mi.
-Entonces te veré allá cierto?
-Cierto.
Estaba tan cerca que sentía su respiración, olía a esa loción que siempre lleva, esa que tanto me gusta y que tan bien le queda, sus ojos clavados en los mios, con solo mis gafas en medio de ellos, y sus labios... Se veían tan deliciosos, incluso prohibidos. Ya había pasado tiempo, y nuestra relación había crecido mucho con el tiempo, eramos muy cercanos, y yo le quería mucho, pero... No iba a cometer el mismo error. Tal vez estábamos destinados a ser solo amigos.
Me separé lentamente, aunque hubiera preferido quedarme ahí.
-Entonces... Nos vemos Matt.
-Adios Anne. -dijo- Descansa.
Y él se fue.
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-¡Anne! -escuché abajo a mi madre. - ¡Mad esta aquí!
-¡Ya voy!
Escuche que se abrió la puerta de mi cuarto, aunque yo estaba en el pequeño baño.
-No es necesario, estoy aquí -dijo Mad.- vamos a ver... Anne, vamos sal, dejame ver.
-Ya voy Mad... -le conteste - pero no te hagas ilusiones, no es la gran cosa.
-Solo sal ya.
-Aquí estoy -dije saliendo. Llevaba el vestido que Matt me compró y los zapatos, me maquillé, pero muy poco, llevaba mi cabello lacio suelto y me puse mis lentes de contacto en lugar de las gafas.
-Anne! Te ves muy linda, amiga.
-Mad, no tienes que elogiarme, -dije- te ves muy hermosa.
-Anne, tu también
-Mad, basta, no necesitas hacerlo para hacerme sentir bien.
-Pero que cabeza dura eres. Estás preciosa
Sonreí.
-Vamos se hace tarde.
-¿Desde cuando tan apresurada por ir a una fiesta Anne? -dijo aún sabiendo la respuesta.
Llegando a la fiesta, mis ojos buscaron a Matt, pero no lo encontraba en ningún lado, Mad iba conmigo, hasta que me dijo que iba a ir por algo para tomar, el lugar estaba lleno de estudiantes de ultimo semestre y algunos de mi grado, pero no conocía a casi nadie, fue hasta entonces cuando me pregunte que estaba haciendo en esa fiesta.
-¿Annie?
-Erick -lo saludé
-¿Que haces aquí?
-Pues vine con Mad.
-¿Desde cuando sales tanto? -dijo extrañado
-Lo sabrías si no estuvieras tan ocupado con tu novia como para dejarme de lado.
-Annie, lo siento. -me dijo- sabes que aun eres muy importante para mi, pero tu y Jess no se llevaban bien así que...
-Así que elegiste a tu novia en lugar de tu mejor amiga, yo... Entiendo a la perfección, solo que no lo creí de ti.
-Annie yo...
-Erick mejor regresa con tu novia. -le dije y entonces sentí unos brazos rodeandome por detrás y ese olor... Matt.
-Si, será mejor que te vayas con ella. - oí la voz de Matt.
-Y tu ¿quien eres para decirme eso? -replicó Erick .
-Soy alguien que no la dejo simplemente ahí, olvidada, -contraatacó Matt.- No se como pudiste dejar a esta chica, tan especial. Sobretodo por Jessica, amigo, ten cuidado con ella.
-¿Como te atreves? Ni siquiera la conoces. -¿en verdad iban a discutir ahora este par?
-La conozco mejor que tú, se lo que te digo.
No me estaba gustando el rumbo de esta absurda discusión.
-Erick, vete. Por favor, después hablaremos. -gire viendo a Matt- vámonos Matt. -
Buscamos una mesa y ahí encontramos a Mad, a platicar un rato, hasta que apareció Nick y Mad se fue a bailar con él.
-Anne vamos, ven solo una.
-Matt no voy a bailar, lo siento.
-Anda, por favor.
-Matt soy un asco para ello, ve y busca a otra chica para eso.
-Una canción, solo eso. -me miró - por favor. Por nuestra amistad.
Como lo odio, por hacer esto.
-Bien. Pero te arrepentirás por no buscar a otra chica para bailar. -le aseguré y él sonrió y, que apuesto se veía así, con su traje, sus ojos brillando y con esa sonrisa tan única.