— Estoy soñando — pensó Antonio al ver hombre "disfrazado" de un personaje de Dragon Ball, que estaba atrás de la cortina — y eso que no tome nada — dijo irónico.
— Si vuelves a golpear a Roxana te mataré.
— ¡¡¡Esa loca te contrato y te hizo vestirte así!!! Definitivamente está mal de la cabeza. Mira tonto, no te tengo miedo, yo también hago pesas — se le acercó desafiante.
A los dos días por fin volvió la mujer a Dragon ball, no quiso ir a entrenar antes porque el cuerpo le dolió demasiado la última vez, además tenía miedo que el namek se diera cuenta lo que le pasaba.
— Hola, no viniste en días.
— El colgante a veces me hace pasar mucho tiempo después, una vez fueron muchos años, gracias por esperarme.
Por miedo a Antonio la mujer se había vuelto a mudar, ahora se trasladó a una pieza, lo más lejos de donde arrendaba su último hogar. Volvió a su rutina, pero de nuevo a los 10 días su agresor la esperaba en una esquina, cerca de donde alojaba ahora. Tenía algunos moretones en la cara.
— No puede ser — ella trató de defenderse, pudo detenerlo unos minutos, pero cuando él uso una manopla, cada golpe era demoledor, siguió hasta que le rompió un par de costillas.
— No vuelvas a mandar a nadie a golpearme, sino te mataré. En 15 días debes darme los dos millones sino tu hija y tu mamita morirán — le tiró varias fotografías donde salían las dos — no te asombres, pude averiguar dónde están, también te vigile, vi cuando te cambiaste y te seguí, me debes mucho dinero y tengo que asegurarme que me pagues, adiós cariño jajaja.
Ella no entendía que quiso decir con eso que mando a golpearlo, alguien debe haberse aburrido de él, y el idiota le echo la culpa a la mujer. Roxana pensó ir a un hospital, pero tuvo miedo que investigarán, si iban a buscar a Antonio estaba segura que le haría daño a sus seres queridos, decidió que lo antes posible iría a pedir un préstamo para conseguir el dinero que le pedía. A su mente volvió la voz de su ex esposo: "Tú sola te metiste en ese problema, busca sola la solución".
Como pudo entró en su pieza, que por suerte tenía baño privado, se aseó, y se acostó, en la noche algo más tarde que lo normal, por el dolor, pudo dormirse, apareció en la casa de Bulma, quien al verla llegar con tantos golpes, y tocándose el tórax corrió hacia ella para ayudarla.
— ¿Qué te pasó?
— Tuve... un accidente, me caí de una escalera... muy larga, por favor ayúdame.
La científica la vendó y le atendió para que estuviera mejor, al volver a la Tierra guardó cama ese día, a la otra noche de nuevo llegó a la Corporación Cápsula, al rato que estaba descansando en una habitación Piccolo llegó a verla.
No le preguntó nada, solo la miró y se fue, por un momento ella creyó ver la misma mirada que los enfermeros cuando la atendían luego de las golpizas de Antonio. Se convenció que fue solo su imaginación, debe haber estado molesto porque no podrían seguir entrenando se dijo.
Al otro día planeaba ir a pedir el préstamo para entregarle el dinero que le pedía Antonio, para que la dejara en paz, pero no pudo moverse, por suerte los dueños del lugar vieron que estaba "enferma", y la señora Iris le llevó una sopa. Cuando Roxana se durmió se dijo que aunque le doliera todavía los costados debería ir al otro día al banco. Esa noche no quiso ir a Dragon Ball, no quería que el namek la volviera a ver como antes.
Temprano en la mañana, apenas se había levantado llegaron varios detectives a consultarle donde estuvo en la noche, por suerte la dueña de casa confirmó que estuvo en la pieza desde el día anterior.
— Señora Roxana, disculpe por las molestias.
— ¿Podría decirme por qué me buscan?
El tipo vaciló, y luego le dijo en voz baja.
— Usted tiene una denuncia por agresión en contra de Antonio San Martín.
— Así es, pero no me han llamado para declarar, aunque creo que desist.... — el otro no la dejó terminar.
— Ya no la citarán, anoche, él aparentemente saltó de su departamento desde el piso 10, murió inmediatamente.
— ¿Se suicidó?
— Eso parece, aunque no estamos seguros, puede ayudarme con antecedentes de la vida del Sr. San Martín.
— Era un mantenido, yo fui una de las que cayó en su redes, quería que yo trabajará para él, no le importaba lo que debería hacer para conseguirle dinero, como me negué me agredía donde me encontraba.
— Eso lo deja mal parada, él la golpeaba y ahora amanece muerto.
— Yo no fui, estuve acá toda la noche, quede muy golpeada por él hace unos días, no lo denuncie porque no me ha servido de nada, incluso me rompió varias costillas. Si usted quiere llevarme hágalo, no tengo nada que ocultar.
— Pudo pagar a alguien.
— Revisé mis cuentas, no tengo ni para hacer cantar un ciego.
— Lo haremos — susurró — aunque no creo que nadie lo eche de menos.
Cuando los oficiales se fueron, Roxana no podía creer lo que escuchó, ese imbécil murió por su mano, aunque le pareció raro. Por medio de los periódicos supo más cosas del caso, se enteró que en un primer momento se pensó que hubo intervención de terceros, ya que algunos testigos dijeron que habían escuchado gritos, ruidos de lucha, hasta que el cuerpo cayó en el estacionamiento. En ese momento muchos salieron a los pasillos, no vieron a nadie huir, cuando abrieron el lugar desde donde cayó Antonio estaba desierto, así que solo quedó en rumores que alguien había estado con él, las investigaciones demostraron que era imposible.
Por fin la mujer se sentía en paz, había llegado al límite de querer matarlo, no le importaba ir a la cárcel para siempre por proteger a sus familiares, por suerte la vida se tomó la revancha, seguro estaba tan tomado que hablaba solo, por eso dijeron que había dos personas. Aunque hubo alguien que dijo haber visto una silueta con una "capa blanca" que se perdió dentro del departamento unos segundos luego de que el cuerpo golpeó el piso, pero al final solo quedó en eso, un rumor.