Viviré en tus Sueños

Parte 11

— Tu padre pensó que con darme dinero para mantenerte era más que suficiente para cumplir con su deber — explicó la abuela María a Elizabeth — igual que tu madre, mi hija creyó que con pagarte lo que necesitabas, y para tus terapias, cumplía contigo. Pero yo he visto el cambio en ambos, tu madre te ama mucho, igual que tu padre.

— Si como no, como ama a... — se quedó callada de nuevo.

Esa noche Elizabeth entró donde dormía su madre, ahora cada una tenía una habitación propia.

— Quiero ir a despedirme de Bulma y los demás, llévame.

— Está bien.

Esa vez llegaron a la cascada, de allí el namek tuvo que llevarlas a ambas a la Corporación Cápsula, en todo el camino la niña miraba para otro lado llorando, le gustaba estar con el Tío Piccolo, pero él era el culpable de que su familia nunca volvería a estar unida.

— Eli ¿Cómo estás? — la saludo extrañada la científica al verla bajar, y salir poco menos que huyendo del guerrero verde y su madre.

— Vengo a despedirme, ya no vendré más.

— ¿Qué pasó cariño? — vio que la niña estaba muy triste y furiosa al mismo tiempo.

Bulma y Elizabeth entraron solas a la cocina, que por suerte estaba vacía. Mientras la pareja conversaba en el patio.

— Mamá no quiso volver con papá, ella es egoísta, solo quiere su felicidad y no la mía, por su culpa ellos no volverán a estar juntos.

— A ver si entendí ¿Quieres que tu madre deje su felicidad de lado por la tuya? ¿Eso no es ser egoísta también?

— Es que... — no supo que responder.

— Mira, veo que ella no te lo dijo... debes saber que cuando empezó su relación con Piccolo, yo le ofrecí buscar la forma de que se quedará aquí para siempre.

La mujer se quedó callada para que la pequeña pudiera asimilar lo que le estaba diciendo.

— Dejar nuestro universo... para siempre.

— Así es ¿Sabes que me dijo? Que no hiciera nada, porque tú y su madre la necesitaban, que nunca las dejaría solas de nuevo.

— ¿Mamá dijo eso?

— Ella podría haberse quedado aquí y nunca más la hubieras visto, pero no lo dudo, quería estar contigo. Eli, en una separación, la culpa no es solo de uno, cada uno en la pareja tiene su cuota de responsabilidad, recuerda que una relación es de dos, Roxana como tu padre cometió errores, como cualquier humano, pero luego que se dio cuenta de su equivocación rectificó su vida, y el que quiera a Piccolo no quiere decir que te amé menos.

La niña pidió permiso para ir al baño, se sentó en la tina y pensó, ya cuando todos estaban asustado por su demora, salió, su rostro se veía más relajado que cuando llegó.

— Mamá, ahora entiendo que tú y papá son personas, y como tales se equivocan, también comprendo que no es necesario que estén juntos si no quieren para criarme, que eso sería egoísta de mi parte — se dirigió al namek — sé que la amas de verdad, cuídala —  volteó hacia su mamá de nuevo — ya no cruzaré más, siento que no debo pasar, el amuleto te eligió a ti por algo.

Se despidió de sus amigos, y volvieron a su mundo.

— Mamá, quiero que sepas que no te odio a ti ni a papá, pero por favor nunca más me mientan, le diré lo mismo a papá, yo tengo derecho a saber qué pasa, sobre todo cuando me afecta.

— Esta bien hija, gracias por entender.

La niña siguió su vida normal en su universo, con muy buenos recuerdos de Dragon Ball.

Cuando Roxana se encontró con Piccolo de nuevo, por fin estaba tranquila. Unos meses después, se cumplió el primer aniversario de su noviazgo, la morena compró por internet un baby doll negro, con algo de vergüenza se lo puso bajo su buzo antes de irse a dormir, por suerte llegó a la cascada, allí Piccolo estaba esperándola.

— ¿Quieres entrenar primero o comer? — le mostró una frazada donde había bebida, y algunos tipos de ensalada en un costado.

— Comamos primero — Roxana no quería transpirar si primero entrenaban, para que su ropa especial no se estropeará.

Al terminar el almuerzo, él se le acercó, se sentó a su lado y la empezó a besar, cuando le sacó el buzo deportivo, y vio con lo que quedó cubierta (o mejor dicho descubierta) la miró muy serio.

— No debiste comprar algo así, fue un desperdicio de dinero.

— ¿Crees que no me queda bien?— de nuevo las inseguridades de la mujer la atacaban, se cubrió un poco con los brazos.

— Para nada, es porque no durará ni un minuto en tu cuerpo — su mirada se volvió maliciosa y tal como dijo en menos de treinta segundos ella no tenía nada encima — así te prefiero.

Cuando estaban con otras personas, usaban telepatía para conversar, así vivían tranquilos su amor.

En el mundo de Roxana las cosas para ella iban en forma normal, a veces tenía problemas en su trabajo, o en la vida, cuando pasaba a Dragon ball Piccolo la escuchaba y solo cuando ella le pedía consejo o ayuda hablaba, sino solo la consolaba y la contenía, ella sabía que siempre encontraría comprensión entre sus brazos.

Pero la vida no es como en los cuento de hadas, que es lo que ella sentía que vivía en ese momento, cinco años después los problemas llegaron y de forma muy grave. Roxana empezó a dejar de pasar todos los días, al principio solo eran 6 veces que iba a Dragon Ball, después 5 en la semana, al principio ninguno se dio cuenta, hasta que luego de algunos meses entendieron lo que eso significaba. Fueron urgente donde Bulma, a ver si ella podría ayudarles, pero luego de un tiempo no había logrado nada, ahora solo eran 4 días en la semana que la mujer podría ir donde su novio.

Decidieron ir donde Kami sama, pero tampoco pudo ayudarlos, entonces juntaron las esferas del dragón, pero el ser mágico dijo no podría ayudarles porque su poder no era suficiente para lo que le pedían. Solo les indicó que lo que suponían era lo que iba a pasar.

— ¿O sea que llegará el momento que no pueda seguir pasando?

— Eso me temo — dijo triste Dende, luego que el ser mágico desapareció — Shen Long lo dijo muy claro, que pronto tus amigos de este universo ya no te veríamos más.



#28545 en Novela romántica

En el texto hay: miedo, esperanza, duelo

Editado: 14.09.2020

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