Vivo [oscuridad]

Tarde

Nagisa miraba por la ventana, estaban llegando a un lugar de construcciones, un nuevo vecindario, se detuvieron en frente de una casa, una niña estaba sentada sobre unos bloques de cemento y a unos metros varios hombres trabajaban. 
Hombre: Puede bajarse señorita, el señorito está trabajando ahí. 
Nagisa: Gracias por traerme. 
Hombre: No es nada. 
Nagisa bajó, notó que la niña la miró, era una pequeña de cabello castaño, y ojos marrones, le sonrió dejando ver dos dientes que le faltaban, Nagisa caminó hacia ella. 
Nagisa: Hola. 
Niña: Hola. 
Nagisa: ¿Tania? 
Tania: Sí, ¿Eres la chica del teléfono? ¿Eres la novia de tío Sosei? 
Nagisa: Sí, era yo, pero no, no soy su novia. 
Tania: Bueno, nunca ha tenido una. 
Nagisa: ¿Es tu tío? 
Tania: No, me gusta decirle así, pero son amigos con papá y mamá. 
Nagisa: ¿Crees poder ir por él? 
Tania: Sí. 
Tania se paró y se sacudió los shorts que tenía llenos de tierra y salió corriendo, a los segundos volvía con Sosei tomado de la mano, este estaba con jeans, zapatillas y una pañoleta en la cabeza, traspirado y muy sucio. 
Sosei: Nagisa, estás aquí. 
Nagisa: H-H-Hola. 
Nagisa no podía no avergonzarse al ver los músculos de Sosei. 
Sosei: ¿Sucede algo? 
Tania: Les traeré jugo. 
Sosei: ¿Sí? Estoy realmente sediento. 
Tania: ¡Voy! 
Tania le sonrió y salió corriendo. 
Sosei: Me sorprende que no me denunciaras a la policía. 
Nagisa: ¿Qué dices? Te dije que no lo haría. 
Sosei: Eso dijiste, pero no te quitaste el miedo, sé que incluso ahora me temes, y que estás aquí molesta, supongo que por algo que hice mal, así que… Para que no pierdas tu tiempo con alguien que no vale la pena, ¿Me lo dirás? 
Nagisa: ¿Q-Q-Qué? 
Sosei: Nagisa, tu cuerpo entero me dice que me tienes miedo, nada de confianza, y lo entiendo, después de todo, soy el mismísimo demonio para ti, así que… No hace falta que finjas. 
Nagisa: Yo no finjo. 
Sosei: Nagisa, literalmente puedo leer los gestos corporales, tus hormonas, cuanta sangre bombeas y tu respiración. 
Nagisa: Es mucha información científica. 
Sosei: Sí, ahora… ¿Qué hice mal? 
Nagisa: ¿Por qué asumes que hiciste algo mal? 
Sosei: Porque no importa lo que pase en este mundo, todo será mi culpa al final. 
Nagisa: ¿A qué te refieres? 
Sosei: No importa, Nagisa, debo volver a trabajar, y no quiero que te hagas esto más, sólo di lo que quieres y luego vete. 
Nagisa: ¿Me estás echando? 
Sosei: Te estoy haciendo un favor, no quieres a alguien como yo en tu vida y lo sé, sólo di que me temes, acepta que no deseas verme nunca más, yo no soy como los demás, no tomaré represalias, sólo… Di lo que quieres, es mejor estar fuera de tu vida a que tengas miedo que siempre estaré esperando para hacerte algo. 
Nagisa: ¡No te…! 
Dijo antes de que Sosei le tratara de poner una mano en el hombro y esta retrocediera asustada. 
Sosei: Sólo, tenías un insecto… 
Nagisa: Y-Y-Yo. 
Sosei: Tranquila, entiendo claramente, ah, casi lo olvido, antes de que te vayas, supongo que ya sabes lo que hice, y no creas que lo hice para “pagar” tu silencio, realmente lo hice porque me siento agradecido por el tiempo que soportaste no gritar quién era. 
Nagisa miró a Sosei, aunque sus palabras eran firmes su cuerpo resistía algo. 
Nagisa: ¿Qué sucede? 
Sosei: Nada, Tania te traerá tu vaso, si quieres irte dile a ella, tiene mi celular para jugar mientras ayudo en la construcción, ya sabes. 
Nagisa lo miró irse a ayudar, Tania llegó con los vasos de jugos. 
Tania: Aquí… ¿Dónde está mi tío? 
Nagisa: Fue a ayudar. 
Tania: Oh, entonces… Tendré que tomarme el jugo yo. 
Nagisa: Es algo raro, ¿No? 
Tania: Cuando conoces sus dos caras, y entiendes por lo que ha pasado, creerás que es un monstruo, pero, él es el mejor monstruo que pueda existir, ¿Sabes por qué no hay ataques de demonios tan seguidos aquí? Esta es la zona más segura gracias a él… Nos ha provisto de una zona segura para los que queremos vivir en paz, para los que tenemos la esperanza de vivir en paz como los humanos. 
Nagisa: Espera… ¿También eres…? 
Tania: Sí, espera… Tú no eres… Oh, hablé de más. 
Nagisa: Tranquila, sé lo de Sosei. 
Tania: Oh, entonces debes ser importante, sólo hay un humano que conoce sobre tío y es su mayordomo… Supongo que vio algo especial en ti. 
Nagisa: ¿Algo especial? 
Tania: La gente que tiene cerca, son todos especiales, supongo que tú le mostraste algo que él cree especial. 
Nagisa miró hacia Sosei, este intentaba levantar una tabla por el sólo, pero era muy grande para una persona. 
Sosei trató de levantar la tabla una vez más, pero alguien sostenía la tabla al otro lado, Sosei levantó la mirada para ver a Nagisa ayudándolo. 
Sosei: ¿Qué ha…? 
Nagisa: Tienes razón… Te tengo miedo, es sólo… No te conozco, sé que me ayudaste, pero luego me usaste y luego… No sé qué creer. 
Sosei: Por eso te dije que estarías mejor sin… 
Nagisa: ¡Cállate…! L-L-Lo siento, pero es… Quiero decirte una cosa yo ahora… No sé qué creer, pero sí hay algo que quiero… Quiero poder conocerte mejor, creo… que podría ser interesante, y… ¿Quién sabe? Quizás podríamos llegar a ser amigos. 
Sosei la miró directamente a los ojos. 
Sosei: No sé qué haces, pero no podría decir si me mientes o no… Si de verdad lo dices, ¿Qué te hizo cambiar de opinión? 
Nagisa: Conversar con Tania. 
Sosei: Vaya, creí que no lo dirías en realidad, bueno, si de verdad tienes esas intenciones… Sólo quedará en ti, tú dirás cuando juntarnos y cuando conversar y lo haremos, esta vez de verdad. 
Nagisa: No, no será otra vez, empezaremos ahora… Quiero ayudar. 
Sosei: Pero estás con ropa escolar. 
Nagisa: Tengo shorts en el bolso, dime donde cambiarme y lo haré. 
Sosei: Tania sabe, pero… 
Nagisa: Que sea una mujer no quiere decir que no tenga fuerza. 
Sosei: Está bien, está bien… Ve tranquila, ayudarás. 
Nagisa: Gracias. 
Sosei la miró mientras corría hacia Tania. 
Sosei: Hay algo especial en ella. 
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Los dos estaban sentados en un bloque de cemento, la tarde comenzaba a caer, estaban sucios, pero Nagisa conversaba alegremente, descansaban luego de haber trabajado más de tres horas seguidas. 
Nagisa: Aquella vez, recuerdo que Yu se rió tanto que la soda se le salió por la nariz. 
Sosei: No puedo imaginar eso, se nota que se llevan más que bien. 
Nagisa: Sí, es mi mejor amiga, no tenemos secretos. 
Sosei: ¿E-Enserio? 
Nagisa: Excepto esto, ella no tiene idea, más bien piensa que estamos saliendo o algo así. 
Sosei: Uh, ¿Salir? 
Nagisa: ¿No entiendes esos términos? 
Sosei: No, definitivamente. 
Nagisa: Es mejor. 
Sosei: Bueno, si tú lo dices. 
Nagisa: ¿Algo más sobre ti? Me contaste casi toda tu vida, pero algo más. 
Sosei: Uhm, adoro el chocolate, me gusta ejercitarme, puedo curar heridas graves, pero no mortales y tengo una hija. 
Nagisa: ¿Eh? ¿Una hija? 
Sosei: Sí… Es… Una historia complicada. 
Nagisa: Vamos, está interesante esto. 
Sosei: Vale, vale… Verás, nuestra raza, tiende a adaptarse, o sea que podemos soportar climas realmente más extremos que ustedes, en este punto se aplica lo siguiente, la creciente cantidad de asesinatos a nuestra especie, hizo que la magia en nosotros nos cambiara y nos permitiera reproducirnos desde muy temprana edad. 
Nagisa: ¿A qué te refieres con “muy temprana edad”? 
Sosei: Desde cuatro años. 
Nagisa: Oh, eso… Es… 
Sosei: Lo sé, es asqueroso, pero es cómo funcionan las cosas para nosotros, una “científica” con algunos problemas mentales creo, decidió probar si esto era real, y bueno, con algunas pruebas de sangre, descubrió que era un Ak’sei y pues, de una manera nada científica me utilizó para sus experimentos. 
Nagisa: Eso es más asqueroso aún. 
Sosei: Sí, pero tenía ocho años, y aunque nosotros maduramos antes que ustedes, por lo que ves que Tania es una genio en la computación por ejemplo, era un niño igualmente, y sin entender nada me dejé estar. 
Nagisa: Vaya. 
Sosei: A los meses de nacida, la “doctora” fue perseguida, dejó a la pequeña en la puerta de mi casa y huyó, y como era de esperarse, no sabía nada sobre cuidar niños, y cuando tuve la oportunidad, la envié a estudiar al extranjero, no es ella… Es el recuerdo de lo que tuve que soportar, desde que tenía cinco años ha estado en diferentes escuelas del extranjero. 
Nagisa: Bueno, sé que es doloroso para ti, pero… Tampoco dice buenas cosas de ti eso. 
Sosei: Lo sé, pero… Tengo planeado, intentar ser su padre, pero primero, quiero lograr mi objetivo, quiero un mundo mejor para ella, quiero… Que no exista ninguna posibilidad de lo que yo pasé, le pase a ella. 
Nagisa: Uhm, tus intenciones son buenas, pero no sé si es la manera correcta. 
Sosei: Quizás… Tengas razón, pero si algo le pasa, y es mi culpa, no me lo perdonaría. 
Nagisa: Uh. 
Sosei: Mira la hora que es, debes ir a tu casa antes de que se preocupen. 
Nagisa: Sí, lo sé, pero fue agradable pasar la tarde contigo, además, fue divertido ayudar en la construcción. 
Sosei: Sí, creo que fuiste de mucha ayuda. 
Nagisa: Sosei, lamento lo de la tarde, y lo de anoche, es sólo que… 
Sosei: Tranquila, entiendo todo. 
Nagisa: Eres muy comprensivo. 
Sosei: Bueno, no todos son malos, debí aprender a estar en calma en todo momento. 
Nagisa: Bueno, entonces. 
Sosei: Le diré a Haruo que te lleve, olvidé que ya te deben haber cambiado de casa. 
Nagisa: Oh, sí, quiero conocer el nuevo lugar. 
Sosei: Sí, espero que sea de tu agrado. 
Nagisa: Gracias por ayudarme con eso, y con lo de Miio, aunque, ¿Por qué te tenía tanto miedo? ¿Sabe quién eres? 
Sosei: No, si bien es millonario, sus padres no son más que unos afiliados a mi empresa, tiene miedo a perder su posición. 
Nagisa: Entiendo. 
Sosei: Bien Nagisa, tienes que marcharte al igual que yo, tengo trabajo que hacer. 
Nagisa: Uh, entiendo. 
Sosei: Bueno, nos veremos. 
Nagisa: Si… Jeje, adiós. 
Sosei: Hasta la vista Nagisa. 
Nagisa corrió al auto, Haruo la esperaba parado junto al auto. 
Haruo: Parece que trabajaron duro. 
Nagisa: Ahora que lo menciona, estoy muy sucia, creo que no será prudente que suba al auto así. 
Haruo: No es problema señorita, suba, la llevaré a su nueva casa. 
Nagisa: ¿Sucede algo? 
Haruo: ¿Por qué lo dice señorita? 
Nagisa: No, creí… Nada. 
Haruo: Está bien. 
Nagisa: Gracias. 
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Nagisa estaba parada frente a un gran edificio. 
Nagisa: ¿Aquí? 
Haruo: Sí, quinto piso, al igual que donde vivía. 
Nagisa: Pero… Es… Esto debe costar muchísimo. 
Haruo: No tengo permitido responder eso, ¿Quiere que la acompañe hasta su departamento? 
Nagisa: Sí, por favor, la gente me mirará feo tan sólo de entrar como estoy. 
Haruo: No debería preocuparle lo que la gente piense. 
Nagisa: No me importa, la cosa es que no me saquen de aquí pensando que no vivo aquí. 
Haruo: Oh, entiendo. 
Haruo entró y Nagisa lo siguió de cerca, se dio cuenta que todas las miradas se posaron sobre ellos, pero Haruo caminó de frente al ascensor sin mirar a ningún lado, los dos subieron al ascensor y Haruo marcó instantáneamente el quinto piso. 
Nagisa: Así que… Trabaja para Sosei, sabiendo quién es. 
Haruo: No, señorita, no trabajo para él, trabajo con él, yo fui quien lo crio desde que sus padres murieron, en todo lo que ha hecho. 
Nagisa: Quizás me estoy metiendo donde no debo, pero, ¿Estaba molesto con él? 
Haruo: Sí, señorita, sabe bien que no debe dañar humanos y nunca tomar rehenes, y por supuesto, nunca, nunca revelar su identidad. 
Nagisa: Oh, eso… Él… Bueno, creo… No podría decir nada en contra de eso. 
Haruo: No es su culpa. 
Nagisa: Creo, pero… No sé, quizás si no hubiera sido yo la que estaba, el no revelaba nada. 
Haruo: Tal vez, pero eso no quita lo que hizo. 
Nagisa: ¿Se considera su padre? 
Haruo por primera vez bajó la mirada. 
Haruo: ¿Eso importa? 
Nagisa: Lo siento, creo que fue incómodo, es sólo que… No quiero pasar sobre nadie, y si es importante en la vida de Sosei, creo que debería decirlo, no quiero nada más que conocerlo mejor y quizás, si podemos llegar a ser amigos, no quiero su dinero y mucho menos aprovecharme de él, quizás escucha mucho esto, así que trataré de demostrarlo. 
Haruo dejó esbozar una sonrisa. 
Haruo: Espero que pueda hacerlo. 
Nagisa se sacudió un poco el polvo y las puertas se abrieron de par en par, al mirar notó que era un pasillo recto hacia una puerta. 
Nagisa: Espere… ¿El departamento? 
Haruo: El señorito no escatima cuando se trata de amistades. 
“¿Está de broma?” 
Haruo: Adelante, hasta aquí llego yo. 
Nagisa: Espere, ¿Es de verdad? 
Haruo: Sus padres ya están aquí y están enterados de lo que estaba haciendo. 
Nagisa: Bueno, supongo que adiós. 
Haruo: No, hasta la vista. 
Haruo: Hasta la vista. 
Nagisa hizo una reverencia, Haruo hizo un ademán con la mano derecha e hizo una reverencia antes de que las puertas se cerraran, Nagisa se giró y miró la puerta. 
Nagisa: Vamos Nagisa, tu puedes. 
Nagisa caminó y tocó el timbre, luego de unos segundos salió su madre corriendo. 
Asuna: ¡Hija! Espera, estás horrible. 
Nagisa: Sí, bueno, trabajamos en barro y mucho polvo. 
Asuna: Ojalá fuera trabajo. 
Nagisa: ¡Mamá! 
Asuna: Tranquila, entra, y mira… Esto… Es demasiado. 
Nagisa: ¿Eh? 
Nagisa entró y miró, sólo la sala de estar era tres veces su departamento anterior completo. 
Nagisa: Esto… 
Asuna: Es todo el quinto piso, tu habitación es tan grande como nuestro apartamento. 
Nagisa: Sosei… Realmente exageró con esto. 
Asuna: No sé qué le hiciste a ese chico, pero debe haber sido fuerte. 
Nagisa: Esto… Es más que… Oh, no… 
Asuna: Ah, ten esto. 
Nagisa recibió una carta. 
Asuna: ¿Y bien? ¿Qué esperas? Ábrela. 
Nagisa: ¿Eh? ¿Qué opina Hitomi de todo esto? 
Asuna: Pues, está trabajando hasta tarde hoy, estamos solas. 
Nagisa: Bien, ¿Cuál es mi habitación? 
Asuna: ¡Quiero saber lo que dice! 
Nagisa: Mamá,  
Asuna: Es de él, te lo apuesto. 
Nagisa: Si lo es, no quiero que te hagas historias que no son, y eres excelente para eso. 
Asuna: Vamos, sabes que es en broma. 
Nagisa: Ahora, ¿Mi habitación? 
Asuna: Ve al fondo, la puerta de la izquierda del pasillo. 
Nagisa: Gracias. 
Nagisa caminó hasta su habitación, dentro, sólo con sus cosas parecía estar la habitación vacía. 
Nagisa: Esto es inmenso… 
Nagisa revisó cada puerta, tomó una ducha, luego de dejar todo limpio se puso su pijama. 
Nagisa: Tengo baño propio, un clóset como una habitación, Sosei… Eres… 
Nagisa se sentó en la cama, y abrió la carta. 
“Hola, bueno, si todo salió como pensaba, debes odiarme, y si no es así, vaya, de verdad debes tener un carácter fuerte, no lo creo igualmente, quiero esta carta como disculpa, y que sepas que la tarjeta la puedes usar en lo que quieras, pagaré todo, no te preocupes, sin límites, después de todo, eres la única que me ha dejado explicar algo, me das confianza en que la humanidad tal vez, algún día entiendan lo que pasa, gracias” 
Nagisa: Eres tan… Tierno. 
Nagisa se tiró en la cama con la carta en el pecho. 
Nagisa: ¿Quién diría que detrás de una bestia feroz, se encontraría un chico tan… Frágil? 
Nagisa miró al techo. 
Nagisa: Ahora estaré sola para el festival, ¿Querrá ir conmigo? 
Nagisa tomó el cojín a su lado y se durmió profundamente. 
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La luz dio en la cara de Nagisa, entraba tenuemente por las cortinas, Nagisa estiró los brazos suavemente, se había dormido encima de la cama, un tierno estornudo la terminó de despertar. 
Nagisa: No puede sed. 
Nagisa caminó como pudo al baño y se miró, completamente despeinada, miró unos segundos quieta y estornudó nuevamente. 
Nagisa: Mamá se enojadá. 
Nagisa trató de caminar hasta la puerta de su habitación, pero cayó de golpe al suelo, sólo pudo escuchar a su madre corriendo hacia su habitación y abriendo la puerta. 
Nagisa despertó una hora después, tenía una jeringa intravenosa con suero, su madre estaba sentada junto a ella. 
Nagisa: ¿Mamá? 
Asuna: Hija, despertaste. 
Nagisa: ¿Q-Qué pasó? 
Asuna: El doctor dijo que te quedaste sin energía, por el trabajo excesivo de ayer y luego dormirte y resfriarte. 
Nagisa: Oh, yo… 
Asuna: Yu llamó y dijo que te traería todo lo que pudiera. 
Nagisa: ¿Estamos en el hospital? 
Asuna: No, estás en tu cama, tu nuevo amigo dejó pagado incluso un doctor para nosotros y todos los gastos por si pasaba algo. 
Nagisa: Sosei… Eso… 
Asuna: ¿Quieres que te encienda la televisión? 
Nagisa miró que frente a su cama a unos metros habían colgado una televisión de última generación. 
Nagisa: ¿Eh? ¿De dón…? Ni preguntaré, ya lo imagino. 
Asuna: ¿Segura que se conocieron hace un par de días? 
Nagisa: Ma… *Cof, cof*, mamá. 
Asuna: Tranquila, la encenderé. 
Asuna encendió la televisión, las noticias mostraban un nuevo asesinato en la zona central, un ex sargento militar. 
“El sargento Adams se había retirado para vivir aquí, el ataque se tiene por seguro que fue por parte del demonio denominado ‘Smiley’, el cual fue grabado por las cámaras de seguridad del departamento, el gobernador está pensando en que, si los ataques de este tipo continúan, tendrá que cancelar el festival…” 
Asuna: Ese monstruo. 
Nagisa: Hay algo en él… No ataca cualquier cosa, es como. 
Asuna: Lo sé, pero eso no quita lo que es. 
Nagisa: Sí, lo sé. 
Asuna: ¿Quieres…? 
El timbre del departamento sonó Asuna se paró. 
Asuna: Espera, vuelvo de inmediato. 
Nagisa continuó viendo la televisión mientras esperaba, unos segundos más tarde Asuna abría la puerta lentamente. 
Asuna: Hija, tienes visitas. 
Nagisa: ¿Quién es? 
Asuna: Tu amigo. 
Nagisa: Oh. 
Asuna entró y Sosei la siguió tímidamente, venía con la cabeza cubierta por el gorro de la chaqueta, pero se notaba el rubor en su piel. 
Nagisa: Ho… Hola. 
La voz de Sosei casi no se escuchó. 
Sosei: Hola. 
Asuna: Bien, los dejaré a solas. 
Asuna rió y salió de la habitación. 
Sosei se quitó el gorro mirando la televisión, Nagisa se dio cuenta de que aun hablaban de él. 
Nagisa: Oh, mi madre fue. 
Sosei: Tranquila, no es nada. 
Nagisa: ¿Quién era? 
Sosei: Escuela secundaria A 12, y centro comercial en Canadá, estaba preparando un nuevo ataque aquí. 
Nagisa: Oh, vaya. 
Sosei: Lo siento, no debería estar aquí, sólo pasaba a preguntarle a tu madre como estabas, ya que supe que te enfermaste y ella me arrastró aquí. 
Nagisa: Tranquilo. 
Sosei: El doctor me dijo que era agotamiento, y me sentí culpable. 
Nagisa: ¿Por qué?  
Sosei: Pues… 
Nagisa: ¿Eh? ¿Por el trabajo? No, eso es mi culpa, no la tuya. 
Sosei: Oh, yo… Pues, debería irme si estás bien, tengo trabajo que planear. 
Nagisa: Oh… Sosei. 
Sosei: Lamento decir esto, pero la habitación parece vacía, si quieres puedo regalarte cosas para llenarla. 
Nagisa: ¡No! Digo, tengo la tarjeta, puedo sacarlo yo misma. 
Sosei: Oye, sé que, puede ser exagerado, o parecerlo, pero no te preocupes, de verdad no es mucho, sólo quiero que estés cómoda. 
Nagisa: Gracias. 
Sosei: Bien, tengo mucho que hacer, cuando quieras hablar, ya sabes cómo encontrarme. 
Nagisa: Sosei. 
Sosei: ¿Uhm? 
Nagisa: Quería pedirte, si no era mucho… Pues… 
Sosei: ¿Qué es? 
Nagisa: Verás, el festival es la próxima semana y bueno, siempre iba con mi padre ahí, son las únicas memorias que mejor conservo, y pues… T-T-Tú… 
Sosei: ¿Yo qué? 
Nagisa: ¿Podrías dejar de atacar? Aunque sea por el festival, sé que es mucho y quizás peligroso, pero… Quiero poder asistir a esto y yo… 
Sosei: No es ningún problema. 
Nagisa lo miró. 
Nagisa: ¿Enserio? 
Sosei: Sí, ningún problema, si es por ese motivo lo haré. 
Nagisa: Gracias. 
Sosei: Es más… 
Sosei tomó su celular y marcó rápidamente. 
Sosei: Habla el jefe, quiero que corran la voz, el que provoque caos hasta después del festival, será castigado por mí con la pena máxima, ¿Entendiste…? Bien, eso espero. 
Sosei cortó. 
Sosei: No habrá problemas con los mutantes. 
Nagisa: ¿Mutantes? 
Sosei: Esa es la manera abreviada para referirse a nosotros. 
Nagisa: ¿De verdad puedes? 
Sosei: Soy el líder de esta zona, todos están bajo mi mando y protección. 
Nagisa: ¿Están así de organizados? 
Sosei: En un mundo que nos quiere muertos, debemos estarlo. 
Nagisa: Vaya… Eso… 
Sosei: Tranquila, si es eso… Creo que no te quitaré más de tu tiempo. 
Nagisa: Estoy enferma, no puedo salir de aquí, algo de compañía no viene mal. 
Sosei: ¿Q-Quieres que me quede? 
Nagisa: Si no tienes nada que hacer. 
Sosei: Yo… Pues, no tengo nada. 
Nagisa: Podemos conversar algo más, quiero saber sobre tu raza. 
Sosei: ¿Aquí? T-Tú madre está aquí. 
Nagisa: Debe ir a trabajar en un par de minutos. 
Sosei: Oh, yo… 
Nagisa: Tranquilo. 
La madre de Nagisa entró vestida formalmente. 
Asuna: Hija, yo me retiro, no hagan nada raro mientras no estoy. 
Nagisa: ¡Mamá! 
Sosei inclinó la cabeza, completamente confundido. 
Nagisa: No intentes entender. 
Sosei: No se preocupe, sea lo que sea que dijera. 
Asuna: Pobrecillo, bueno hija, nos veremos, hasta la vista Sosei. 
Sosei: Que esté bien. 
Asuna: Gracias. 
Asuna salió de la habitación y pudieron escuchar como salía del departamento. 
Nagisa: ¿Qué hora es? 
Sosei: Es… Las nueve, casi. 
Nagisa: Uhg, tendré que levantarme a hacer desayuno. 
Sosei: Uh, eso… Si quieres puedo prepararlo yo. 
Nagisa: ¿De verdad? Digo, creí que… 
Sosei: Que tenga dinero no quiere decir que no sepa hacer las cosas por mí mismo. 
Nagisa: Veamos cuanto de eso es cierto. 
Sosei: Vale, espera aquí, es más, para que veas que no llamaré a nadie, dejaré mi celular aquí. 
Nagisa: Está bien. 
Sosei se quitó la chaqueta y la dejó en la silla que estaba junto a la cama de Nagisa y salió de la habitación rápidamente, Nagisa se acomodó viendo la televisión, a los minutos empezó a salir olor de lo que Sosei cocinaba. 
Nagisa: Huele bien, parece que sabe de verdad. 
Nagisa miró la televisión, una serie empezaba a pasar, Nagisa se quedó mirándola tranquilamente, a los minutos el celular en la chaqueta de Sosei comenzó a vibrar, Nagisa lo miró, “Haruo” decía en la pantalla. 
Nagisa: Debería llevárselo. 
Nagisa se acomodó entre algunas frazadas y tomó el celular de Sosei y salió de su habitación caminando, recién se dio cuenta que no sabía dónde estaba la cocina, así que decidió seguir solamente por el olor, luego de caminar algo, llegó al comedor, una hermosa mesa con diez sillas, una televisión no muy lejos, desde ahí se podía ver la cocina, blanca y limpia, un muro a la mitad separaba la cocina del comedor, Nagisa vio a Sosei moviéndose de lado a lado rápidamente, se acercó suavemente. 
Nagisa: Sosei. 
Este se asustó y casi botó la sartén, Sosei se giró y miró a Nagisa. 
Sosei: N-N-Nagisa, me asustaste. 
Nagisa: Parece que no estás acostumbrado a que te hablen por la espalda. 
Sosei: Los que lo hacen, regularmente me apuñalan. 
Nagisa: Oh, ten, te estaban llamando. 
Sosei: Oh, lo siento, siento haberte hecho levantar sólo por eso. 
Nagisa: Igualmente, me empezaba a sentir sola. 
Sosei: ¿Eh? ¿Eres muy consentida? Digo, fueron unos minutos. 
Nagisa: Al menos eres sincero en lo que piensas. 
Sosei: Lo siento, estará listo en unos momentos. 
Nagisa: No te disculpes, es bueno, aunque la gente se moleste, decir la verdad de lo que piensas es bueno. 
Nagisa sonrió. 
Sosei: Pues pienso que te ves realmente adorable sonriendo. 
Nagisa se sonrojó. 
Sosei: Si quieres puedes tomar asiento mientras termino. 
Nagisa no dijo nada, tomó una silla y se acercó a la separación sentándose lo más cerca que pudo, Sosei la miró y se rió para sí. 
Nagisa: ¿Dónde aprendiste a cocinar? 
Sosei: Haruo, él me enseñó la mayor cantidad de cosas que sé, me hizo cambiar cuando volví a ser mí mismo. 
Nagisa: Y la mujer, la de la historia, la de tú historia, ¿Sigue viva? 
Sosei: Eso espero, se fue del país tiempo después, no la volví a ver. 
Nagisa: Oh, bueno, espero que esté bien. 
Sosei: ¿Naranja o piña? 
Nagisa: Piña… Espera, ¿De qué hablamos? 
Sosei: Jugo. 
Nagisa: Piña definitivamente. 
Sosei: Está bien. 
Nagisa: ¿Has tenido novia alguna vez? 
Sosei: No, no tengo el tiempo, si llegara a tener, sé cuánto tiempo y dedicación se merece una chica, disculpa si llegara a sonar ofensivo, pero por ese tiempo, el cuál utilizo en… Bueno, mis trabajos, además de arriesgar quién soy, la pondría en peligro a ella, y bueno, muchos motivos más. 
Nagisa: Entiendo. 
Sosei: Así que bueno, ¿Y cómo se conocieron con Miio? 
Nagisa: Fue un verano, estábamos en la playa, y bueno íbamos cansadas con mamá, y él se ofreció a ayudarnos a llevar las cosas, luego de conversar un buen tiempo con él, decidimos intentarlo. 
Sosei: Entiendo. 
Nagisa: De haber sabido el tipo de patán que era. 
Sosei: Bueno, el futuro es incierto. 
Nagisa: Sí, eso creo. 
Sosei: Si quieres puedes ir a esperar a la sala de estar, es más templada para que te recuperes del resfriado, si te quedas a esta temperatura te enfermarás más. 
Nagisa: ¿Cómo puedes saber mi temperatura corporal? 
Sosei: Todos emitimos esa señal de calor, pero si quieres saber eso, tendrás que esperar a que termine el desayuno para ti. 
Nagisa: Está bien, entiendo, tranquilo. 
Nagisa se levantó ordenando la silla y se fue caminando a la sala de estar, se sentó frente a una hermosa mesa de centro de cristal, en un sofá cómodo y encendió la televisión. 
Nagisa: Sosei se preocupa mucho. 
Sosei: Es por algo. 
Nagisa miró hacia atrás, Sosei venía caminando con una bandeja en las manos. 
Nagisa: No sabía que venías. 
Sosei: Mientes, arrugas la nariz cuando lo haces de esa manera. 
Nagisa: Jeje, ya te fijaste. 
Sosei: Sí, bien, aquí todo lo que preparé para ti. 
Sosei puso la bandeja frente a Nagisa, esta miró todo, un vaso con jugo de piña en un lado con una manzana cortada en varios trozos, pan, al parecer artesanal, con algo de mantequilla derritiéndose lentamente encima, otro par de panes con una sartén con huevos revueltos, una taza con café con leche, waffles con miel, y una pequeña fuente con lo que parecía ser mayonesa casera. 
Nagisa: Sosei, esto… Se ve grandioso. 
Sosei: Adelante, sírvete. 
Nagisa: Pues, buen provecho. 
Nagisa comenzó a saborear todo, un poco de allí, otro poco por ahí. 
Nagisa: Mmm…. ¿El pan?  
Sosei: Lo hice yo. 
Nagisa: Es excelente. 
Sosei: Pues, gracias. 
Nagisa: ¿Lo probaste? ¿Tienes hambre? 
Sosei: Tranquila, ya comí. 
Nagisa: ¿A sí? ¿Cuánto? 
Sosei: Pues… 
Nagisa: Di ah. 
Sosei: No es necesario, Nagisa… 
Nagisa hizo una cara triste. 
Sosei: Ah. 
Nagisa le dio un trozo de pan con huevos revueltos, Sosei masticó con cuidado y Nagisa sonrió, ambos quedaron mirándose a los ojos, Nagisa enrojeció al verlo enrojecer y entender que estaba yendo muy rápido. 
Sosei: L-L-L-Lo siento. 
Nagisa: E-Es mi c-culpa. 
Sosei: No, es mi culpa, no sé sobre amistades, si te molestó eso, es mi culpa, necesito aprender. 
Nagisa: Es que… No sé, me siento tan confiada contigo, no siento ni la maldad ni la perversión de los demás, eres… Inocente. 
Sosei: ¿Lo soy? Supongo que hay muchas cosas que no entiendo, pero es algo que pasa cuando toda tu vida ha sido una guerra. 
Nagisa: Supongo. 
Sosei tomó el tenedor y cortó un pedazo de los waffles, y los clavó en el tenedor. 
Sosei: Di ah. 
Nagisa se rió. 
Nagisa: Ah. 
Nagisa y Sosei conversaron durante todo el desayuno, cuando Nagisa terminó, se estiró y miró la televisión. 
Nagisa: Estoy satisfecha. 
Sosei: Me agrada que te gustara. 
Nagisa tomó un cojín y lo puso sobre las piernas de Sosei, este la miró antes de que apoyara su cabeza en el cojín mirando la televisión. 
Sosei: ¿N-N-Nagisa? 
Nagisa: ¿Uhm? 
Sosei: Nada. 
Nagisa: Oye… 
Nagisa se giró y miró a Sosei. 
Nagisa: ¿Te gustaría ir al festival conmigo? 
Sosei enrojeció. 
Nagisa: ¿Qué pasa? 
Sosei: ¿Estás consciente de lo que estás diciendo? 
Nagisa: Sí, digo que no tienes nada que hacer, y pues, mañana comienzan mis vacaciones de invierno, y pues… 
Sosei: Lo que quise decir, pasear conmigo es una molestia, siempre hay gente encima de mí, paparazzi y “fans” por decirlo así, a pesar de no hacer nada importante, es tóxico. 
Nagisa: Oh, eso, no importa, sólo… Yu sale con su familia, madre trabaja y pues… Hitomi no… 
Sosei: Entiendo, pero… Uhm… No me gustaría arruinarte todo, dijiste, que eran recuerdos de tu padre, y una mala experiencia… Eso… 
Nagisa: Tranquilo, no sabremos si pasará algo así. 
Sosei: Yo… Pues… 
Nagisa: Si no quieres, puedes… Rechazar. 
Sosei: No es eso, es… Me da miedo. 
Nagisa: Sabiendo quién eres, me extraña que tengas miedo. 
Sosei: Son dos ámbitos diferentes de mi vida. 
Nagisa: Entiendo. 
Sosei: Está bien, te acompañaré, tú dirás el día y yo estaré. 
Nagisa: Bien, los tres días del festival. 
Sosei: ¿Qué? 
Nagisa se giró. 
Nagisa: Los tres días. 
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Nagisa: ¡El almuerzo estuvo increíble! Sosei, eres el mejor. 
Sosei: No, conocieras a Haruo, estudió sobre todo tipos de comidas, es realmente bueno. 
Nagisa: Vaya, debe ser increíble. 
Sosei: Adoro su comida… Él… Es como mi padre, los vagos recuerdos que tengo de ellos, él trata de mantenerlos vivos. 
Nagisa: Se nota que lo quieres. 
Sosei: Sí, y mucho. 
Nagisa: ¿Qué fue lo que pasó esa noche? Estaba molesto. 
Sosei: Ah, esa noche… Pues, sí… Tenía la razón para estarlo, me tenía prohibido rotundamente tomar rehenes. 
Nagisa: Entiendo. 
Sosei: Además… No confía en las personas, tiene miedo de que… De… Bueno… Nada. 
Nagisa: Tiene miedo de que te trate de engañar, que caigas en mentiras, y que termines lastimado. 
Sosei: Yo… Sí. 
Nagisa: Lo sé, es lo que un padre quiere… Es lo que todas las personas quieren, pero tranquilo, si algún día nos distanciamos, siempre podremos ser amigos a la distancia. 
Sosei: Jaja, es una bonita manera de verlo. 
Nagisa: Sí. 
Sosei: Bien, creo que será hora de irme, Haruo se preocupará si no lo hago. 
Nagisa: ¿Dónde irás? 
Sosei: A casa. 
Nagisa: Oye… Me debes mostrarme tu armadura. 
Sosei: Oh, cuando estés mejor te llevaré. 
Nagisa: ¿Por qué no ahora? 
Sosei: ¿Ahora? ¿Estás segura? Digo, no quiero que te enfermes más. 
Nagisa: ¡Vamos, vamos! 
Sosei: Eres una niña. 
Nagisa: Sí, sólo tengo quince. 
Sosei: No me refería a eso, bien si así lo quieres, te llevaré. 
Nagisa: ¡Wii! Déjame cambiarme ropa, no vayas a espiar. 
Sosei enrojeció. 
Sosei: ¡Jamás haría eso! 
Nagisa: Jajaja, deberías ver tu cara, estás que no puedes más. 
Sosei: Eres mala. 
Nagisa: No, soy buena. 
Sosei: Ve, si quieres ir. 
Nagisa: No sé, ¿Me quieres de amiga aun? 
Sosei: Manipuladora. 
Nagisa: Podría ser. 
Sosei: Te espero. 
Nagisa: Gracias. 
Sosei se sentó viendo la televisión, Nagisa se retiró. 
Sosei: Amiga… Ami… Amiga… Ami… 
Sosei se levantó y caminó hacia la ventana. 
Sosei: ¿Cuánto tiempo durará esto? ¿De verdad crees que puedes ser como ellos? Mírate Sosei, eres más… Un ser poderoso, pon a este mundo a tus pies, no necesitas el aprecio de la humanidad… 
Los ojos de Sosei se volvieron de un rojo carmesí brillante, la voz se le volvió más ronca y dos colmillos crecieron en su boca. 
Sosei: Vamos, sabes que lo quieres, mata… Mata… Mata… Ma… ¡No! 
Los ojos de Sosei volvieron a su color natural. 
Sosei: Puedo haber sido hecho para eso, pero no lo haré, soy mejor que eso, si quiero ser superior, el primer paso es ser menor. 
Nagisa: ¿Sosei? 
Sosei se giró asustado, Nagisa llevaba un vestido color verde, unas sandalias del mismo color y se había amarrado el cabello. 
Nagisa: ¿Con quién hablabas? 
Sosei: N-No es importante. 
Nagisa: Te ves más pálido de lo común, ¿Estás bien? 
Sosei: Tranquila, no importa. 
Nagisa: Vamos, tranquilo, no diré nada. 
Sosei: No Nagisa, no quiero que me tengas miedo. 
Nagisa: ¿Tan malo es? Ahora que dijiste eso… Te voy a tener miedo por eso, vamos, tenemos algo de tiempo, vamos, no me dejes así… Estaré preocupada. 
Sosei: No quiero asustarte, pero tampoco quiero que estés preocupada, si esto te aparta de mí, al menos fui sincero. 
Nagisa: Sí, tranquilo. 
Sosei: Toma asiento. 
Nagisa: Bueno. 
Nagisa se sentó, Sosei miró a la ventana y suspiró. 
Sosei: Verás, cada uno está en esta tierra por un motivo, lo cumplas o no, estamos por un destino, algunos buenos y otros, los forzarán a cumplirlo… En mi caso, intentaron obligarme con mi destino… Vine aquí… Existen unas piedras capaces de decirte tu destino, y en mi caso… En mi caso estoy aquí por, soy el que debe acabar con el mundo. 
Nagisa lo miró con preocupación, parecía ir enserio. 
Nagisa: Pero… No te ves cómo alguien que quiera hacerlo. 
Sosei: No quiero, eso es lo peor, me negué, y el destino decidió obligarme… Poniéndome una segunda personalidad, una oscura… Con el deseo de destruir el mundo, cada vez que intenta salir… Debo encontrar un motivo para encerrarlo nuevamente. 
Nagisa: Lo entiendo… Debe ser difícil. 
Sosei: Lo peor… Es que si intento pelear a todo mi potencial… Me ganará por no tener energía. 
Nagisa: Eso parece ser bastante difícil, tener que pelear contigo… 
Sosei: No soy yo precisamente, pero captaste la idea. 
Nagisa: Entonces… Espera… Eso significa… ¿Cómo volviste? 
Sosei: Tengo más motivos que nunca para proteger a la humanidad ahora. 
Nagisa: ¿Cuáles? 
Sosei: Tener una amiga, por ejemplo. 
Nagisa se sonrojó. 
Nagisa: Me agrada poder ser un motivo. 
Sosei: Y antes que quieras saber más, vamos, tendremos que caminar porque no traje automóvil esta vez. 
Nagisa: No tengo problema. 
Sosei: Vamos. 
Nagisa: Sí, le avisaré a mamá porque no tengo llaves aún. 
Sosei: Oh, eso… Lo olvidé. 
Nagisa: Tranquilo, no puedes hacer todo. 
Sosei: Pero es lo que debo hacer. 
Nagisa: Vamos, se algo más humano. 
Sosei: Jaja, lo intentaré. 
Nagisa: Vamos. 
Los dos salieron del departamento, Nagisa tarareaba la canción del ascensor. 
Sosei: Realmente no sé de conversar contigo ahora… Es… Difícil. 
Nagisa: Estoy de cumpleaños este otro fin de semana, ¿Estarás? 
Sosei: ¿Eh?  
Nagisa: Cumplo dieciséis. 
Sosei: Si quieres, puedo organizar algo… 
Nagisa: ¡No! Preferiría algo más… Sencillo, mi madre lo organizará. 
Sosei: Oh, sí, entiendo… 
Nagisa: Es que no conoces la moderación. 
Sosei: Bueno, cuando eres yo… Hay muchas cosas que no conoces. 
Nagisa: Eso creo…  
Sosei: Pero puedo saltar de un décimo piso sin lastimarme. 
Nagisa: ¿Enserio? ¿Cuánto es lo máximo que puedes levantar? 
Sosei: No sé, sin esfuerzo, lo que más he levantado son novecientas toneladas. 
Nagisa: Wow, eso mucho, ¿Puedes volar? 
Sosei: Un poco. 
Nagisa: ¿Cómo se siente? 
Sosei: No es tan bueno cuando hay mosquitos. 
Nagisa: Jajajaja. 
Sosei: Ehm… ¿Sabes bailar? 
Nagisa: ¿Qué estilo? 
Sosei: Cualquiera. 
Nagisa: Sí, algo de baile de salón. 
Sosei: Uh… Interesante. 
Nagisa: ¿Sabes algún tipo de baile? 
Sosei: Sí, realmente, casi todos los tipos de bailes. 
Nagisa: ¿Qué más sabes? 
Sosei: Se tantas artes marciales y estilos de combate que podría hacer el mío propio. 
Nagisa: Oh, ¿Qué más? 
Sosei: Sé física cuántica, química, matemáticas, historia, lenguaje… Bueno, casi todo para no tener que estudiar, es por eso que no terminé secundaria. 
Nagisa: Pero… A pesar de eso… Igual necesitas un diploma universitario para hacer algo. 
Sosei: Quizás vuelva a estudiar. 
Nagisa: ¿En qué año estabas? 
Sosei: Tercero. 
Nagisa: Entonces… ¡Seriamos compañeros! Debes volver. 
Sosei: ¿Eh? Yo… Preferiría terminar… 
Nagisa: No hay excusas, vuelve. 
Sosei la miró, Nagisa estaba seria, pero al mirarlo se rió. 
Nagisa: Bueno, no te obligaré, pero sería divertido. 
Sosei: No veo lo divertido en la escuela. 
Nagisa: ¿Cómo no? Poder copiar todo de ti debe ser divertido. 
Sosei: Ja, ja, ja. 
El ascensor se abrió de par en par, Nagisa se dio cuenta como todas las miradas se clavaron en ellos, a pesar de que Sosei sólo la miró a ella mientras hablaba algo que Nagisa no estaba escuchando. 
Sosei: Bien, entonces… 
Nagisa: ¿Cómo lo haces? 
Sosei la miró. 
Sosei: ¿Hacer qué? 
Nagisa: Eso, que todas las miradas estén sobre ti, y que a ti no te importe. 
Sosei: Espera… ¿Cuándo? 
Nagisa: Supongo que te concentras en una cosa a la vez. 
Sosei: La verdad es que si me doy cuenta… “Mírenlo, es importante”, es lo que piensan, si supieran quien soy… La historia sería diferente, y eso… Me enfurece, me… Lo siento… Es que… Los cambios… No son mis cosas favoritas. 
Nagisa: Lo entiendo, aunque todos cambiamos, es necesario en nuestra vida. 
Sosei: Sí, pero es por eso que morimos, porque nuestro cuerpo cambia hasta matarnos. 
Nagisa: Sosei, los cambios son buenos, si no hubiera querido cambiar, te habría denunciado. 
Sosei: Si, creo que a veces, el cambio es bueno. 
Nagisa: Oye, ¿Qué tan lejos está? 
Sosei: Uh… Está bastante lejos. 
Nagisa: Uh, las sandalias… Me dolerán los pies luego. 
Sosei: Si quieres te puedo cargar. 
Nagisa: Ja, ja. 
Sosei: No es broma, podemos subir a un edificio y te puedo llevar más rápido. 
Nagisa: Oh… Eso… Uhm, podría servir.  
Sosei: No pienses que quiero nada más, no me gustaría tomarlo por un lado equivocado, sólo… No quiero que te lastimes. 
Nagisa: Bien. 
Sosei: Debemos subir a un edificio, es menor la probabilidad de que nos vean. 
Nagisa: Busquemos uno para subir. 
Sosei: Sígueme. 
Sosei caminó hacia un callejón donde no había nadie, Nagisa lo siguió. 
Nagisa: ¿Ahora q…? 
Dijo antes que Sosei la levantara en sus brazos. 
Sosei: Sujeta tu vestido. 
Nagisa se afirmó con las dos manos y Sosei dio un gran salto hasta la cima del edificio. 
Sosei: Uff… Bien, ¿Quieres que te cargue en mi espalda? ¿O prefieres así? 
Nagisa: N-N-No te preocupes, llévame así. 
Sosei: Bien, prepárate. 
Nagisa: ¿A qué te ref…? 
Sosei empezó a correr a una velocidad impresionante, Nagisa sintió como una de las manos de Sosei la soltó, corrieron por unos segundos antes de que Sosei se detuviera, estaban delante de un gran portón dorado con la letra “H” en medio. 
Sosei: Fufu. 
Nagisa miró a Sosei, su rostro estaba casi cubierto en traspiración. 
Sosei: Te voy a bajar. 
Nagisa: Sí, entiendo. 
Sosei la bajó suavemente, Nagisa lo miró, respiraba agitado, y se sujetaba una mano. 
Nagisa: ¿Qué pasó? 
Sosei: Nada importante. 
Nagisa: Muestra. 
Sosei: Sólo, no te alteres. 
Sosei mostró la mano, estaba llena de heridas que estaban sanando. 
Nagisa: ¿Qué es eso? 
Sosei: A la velocidad que veníamos, una partícula de polvo podría ser peligrosa para ti, así que debía apartarlas. 
Nagisa: A la velocidad, una partícula…  
Sosei: A pesar de poder endurecer mi cuerpo, para ir a esa velocidad, no podía endurecer tanto, así que… Resulté bastante herido, pero no te preocupes, sanaré. 
Nagisa: Bueno, si lo dices, entonces, ¿Esta es tu casa? 
Sosei: Bueno… Sí. 
Sosei abrió el portón y Nagisa pudo ver los inmensos jardines con fuentes casi del porte de una piscina y un camino hecho de piedras, pero al fondo, pudo ver la mansión, una inmensa edificación, blanca, Nagisa quedó boquiabierta. 
Sosei: Es… Bueno, obviamente no la mandé a construir yo… Preferiría algo… Ahg… No necesito explicarlo, ¿Cierto? 
Nagisa: Veo lo incómodo que estás con tu posición. 
Sosei: No es la posición, es como me trata la gente por tenerla. 
Nagisa: Tranquilo, yo te seguiré tratando igual. 
Sosei: Eso espero. 
Nagisa: No te preocupes basura demoniaca, Jajaja. 
Sosei: Eso… Es raro viniendo de ti. 
Nagisa: Es una broma. 
Sosei: Lo sé, igualmente, no te imagino diciendo eso en serio, eres demasiado amable. 
Nagisa: Soy amable con los que me tratan amablemente. 
Sosei: Bueno, espero no fallarte. 
Nagisa: ¡Vamos, vamos! Quiero ver el interior. 
Sosei: Tranquila, entraremos. 
Nagisa: Sosei, es muy grande… Espera… Olvida eso, se puede prestar para malas interpretaciones. 
Sosei: ¿Eh? 
Nagisa: Nada, nada, vamos. 
Sosei: Adelante. 
Nagisa empezó a caminar hacia la entrada de la mansión seguida por Sosei. 
Sosei: Bien, sólo…  No te exaltes demasiado, por favor. 
Nagisa: ¿Qué pasa? 
Sosei: Es un problema mío, puede pasar algo malo. 
Nagisa: Oh, entiendo. 
Sosei tocó el timbre, la puerta fue abierta rápidamente por una sirvienta, una joven, probablemente de la edad de Sosei, cabello verde claro y ojos del mismo color. 
Sirvienta: Bienvenido señorito. 
Sosei: Izuma, ¿Y Haruo? 
Izuma: Está organizando un evento que traerá la compañía por lo que no estará en todo el día. 
Sosei: Oh, bueno… Nagisa, adelante. 
Nagisa: Oh, yo… Bien. 
Izuma: Bienvenida señorita. 
Nagisa hizo una pequeña reverencia y entró, dentro, el piso era reluciente, blanco con un patrón en negro formando extrañas figuras, dos escaleras curvas de madera barnizada llevaban a un segundo piso, todo el inmenso hall era iluminado por un bello candelabro de cristal y otros más pequeños repartidos por todo el hall. 
Nagisa: ¿Qué son las puertas del segundo piso? 
Sosei: Habitaciones, todas ellas, papá por algún motivo quiso construir las habitaciones en frente de la mansión. 
Nagisa miró a todos lados, puertas por todos lados. 
Sosei: Bueno, sígueme. 
Nagisa: Oh. 
Sosei empezó a caminar subiendo las escaleras, Nagisa tocó la baranda, completamente reluciente. 
Nagisa: Tienen todo muy limpio. 
Sosei: Sí, Haruo es muy bueno manteniendo a todos. 
Nagisa: Entiendo. 
Sosei: Aunque delante sólo verás a Izuma, Haruo y a Kano. 
Nagisa: ¿Quién es Kano? 
Sosei: La gemela menor de Izuma. 
Nagisa: Tiene una hermana gemela, interesante. 
Sosei: Pero… Si las ves, notarás, que se ve mucho menor, eso, es un accidente de Izuma, actualmente a pesar de que ambas tienen dieciocho, Kano actualmente tiene catorce y eso es lo que ella cree. 
Nagisa: ¿Qué? ¿Qué pasó? 
Sosei: Izuma, probando sus poderes bloqueó el crecimiento, o el envejecimiento de ella, no se lo dijimos y quedó el secreto entre nosotros. 
Nagisa: Oh, pero… ¿Por qué? 
Sosei: Para evitar el miedo, el miedo es malo para los Ak’sei. 
Nagisa: Entiendo. 
Sosei: Aquí es. 
Los dos se detuvieron frente a una puerta. 
Sosei: Sólo decirte, esta parte, está completamente desordenada, no tengo mucho tiempo para ordenar y bueno. 
Una chica se acercó a ellos, Nagisa la miró, era una chica similar a Izuma, pero con el cabello y ojos rosa claro y más joven. 
Kano: Señor, ¿Querrá su taza de café? 
Sosei: Kano, ¿Qué dijimos? Tú no trabajarías. 
Kano: L-Lo siento, pero me sentí mejor y bueno… 
Sosei: Tranquila, no lo haré, más tarde después de mi ducha. 
Kano: Estaré atenta. 
Kano hizo una pequeña reverencia y se retiró en silencio. 
Nagisa: Esa es Kano. 
Sosei: Sí, estaba con fiebre en la mañana y no quería que trabajara hoy. 
Nagisa: ¿Por qué son tan especiales? 
Sosei: Luego te diré, ahora, mira… 
Sosei abrió la puerta y encendió las luces, un montón de papeles, mapas, y algunos artefactos extraños en las paredes. 
Sosei: Bueno, esto, es lo que sería mi habitación si Haruo no la cuidara. 
Nagisa: ¿Eres desordenado? 
Sosei: Un poquito. 
Nagisa: Jajaja, no importa, ¿Qué es esto? 
Nagisa tomó una carpeta con la palabra “confidencial” 
Sosei: Son archivos médicos. 
Nagisa los abrió y empezó a leer. 
Nagisa: Aumento de fuerza, resistencia exageradamente alta, garras, escamas… Vaya son un montón de datos, estas personas… Algunas son las que has asesinado, las reconozco, espera… 
Nagisa se detuvo. 
Nagisa: Este es… Yasuwaki, es el general de los vigilantes en Corea. 
Sosei: Sí, es un demonio de los más peligrosos, conocido como Hizra. 
Nagisa: ¿Qué es eso? 
Sosei: Demonio de la ira, uno de los tantos. 
Nagisa: Uhm…  
Nagisa pasó la página. 
Nagisa: Y este es… 
Sosei: Tobías Hendricksen, otro de los demonios. 
Nagisa: Yo… 
Sosei: Son milenarios, son de los que comenzaron la guerra. 
Nagisa: Entiendo. 
Sosei se acercó a un mueble y lo abrió de par en par, un extraño traje roto estaba ahí, era como una armadura plateada. 
Nagisa: Ese es el traje… Los conozco, y tiene tu nombre en él, “S. Hamada” 
Nagisa tocó el traje, la textura era extraña. 
Nagisa: Espera. 
Nagisa tomó la carpeta y recorrió rápidamente, de pronto se detuvo y miró el traje. 
Nagisa: Este… Es el traje de un general. 
Sosei: Sí. 
Nagisa: Tú, eras… Un general. 
Sosei: Sí, así es… 
Nagisa: ¿Cómo? 
Sosei: Pues necesitaban una marioneta, y me eligieron. 
Nagisa: Oh… Eso. 
Sosei: No me preocupa, debo devolverles todo lo que me enseñaron, ahora, puedo pelear por mi cuenta. 
Nagisa: Bien, esto es suficiente… Ahora podemos ser amigos sin ningún problema. 
Sosei: Jeje, eso me agradaría, pero cerca de mí siempre hay problemas. 
Nagisa: Pues no creo tanto como los que da Yu. 
Sosei: ¿Qué harás con ella? ¿También le ocultarás esto? 
Nagisa: Sí, es muy habladora, y bueno… Creo que te tendría miedo. 
Sosei: Eso es totalmente racional, tengo una mala fama. 
Nagisa: No te preocupes, te ayudaré a hacerlo mejor. 
Sosei: ¿Ayudar? 
Nagisa: Vi tus planes, y creo que podrías arreglar algunas cosas para evitar algunos problemas. 
Sosei: ¿Eh? 
Nagisa: Pero ahora… Debo irme, tengo que estar en casa temprano, pero me gustó pasear contigo, y la parte de la súper velocidad fue lo mejor. 
Sosei: Me confundes. 
Nagisa: Tranquilo, también soy complicada. 
Sosei: Bien, si eso es lo que quieres, no soy nadie para negártelo. 
Nagisa: Bien, debo marcharme. 
Sosei: Pediré que te lleven, debo hacer cosas. 
Nagisa: Bien, gracias por permitirme ser tu amiga. 
Sosei: No, gracias a ti… Por querer hacerlo. 
Nagisa: Bien, hasta la próxima. 
Sosei: Hasta la próxima, estaré atento a tus llamados. 
Nagisa: Me retiro. 
Sosei: Creo que ya nos hemos despedido mucho. 
Nagisa se rió. 
Nagisa: Tienes razón. 
Nagisa lo miró a los ojos y sonrió repentinamente, Sosei enrojeció. 
Sosei: Hasta luego. 
Nagisa hizo una reverencia y salió caminando, Sosei salió a los segundos, Izuma estaba esperando a la salida. 
Izuma: ¿Necesita algo señorito? 
Sosei: Quiero que lleven a Nagisa lo más pronto posible a su casa. 
Izuma: Así será. 
Sosei: ¿Alguna noticia de Haruo? 
Izuma: No, señor. 
Sosei: Uhm… Está bien… Creo, que desapareceré por un rato, al anochecer vuelvo para comer. 
Izuma: Entiendo señorito. 
Sosei: Y bueno, adiós. 
Izuma: Estaremos atentas a lo que desee. 
Sosei hizo una reverencia y caminó hacia las escaleras. 
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