Nagisa se estiró en su cama.
Nagisa: Fue un grato momento… Y esa carrera…
Asuna: Creí que estabas enferma.
Nagisa se sentó.
Nagisa: ¡Mamá!
Asuna estaba apoyada en la puerta.
Asuna: Parece que lo pasaste bien.
Nagisa: ¡No es nada! Sólo salimos a dar un paseo cuando me sentí mejor.
Asuna: ¿Dónde te llevó?
Nagisa: Le pedí llevarme a su mansión.
Asuna: Ni tonto ni perezoso, accedió.
Nagisa: ¡Mamá! Que no es así, él no está interesado en las chicas.
Asuna: ¿Es…?
Nagisa: No, no lo es, es sólo que… Tiene cosas más importantes que hacer.
Asuna: Eso no quita que tú caigas por él.
Nagisa: ¿Por él? Imposible.
Asuna: ¿Por qué? No parece un mal chico, y mucho menos uno que se preocupe por la posición social.
Nagisa: No es eso, solamente… No creo… Al menos por ahora, no podría sentir nada por él, más que amistad.
Asuna: Yo te dejo en libertad, no tengo derecho en tu vida, pero si quieres un consejo o algo, estoy aquí para que lo sepas.
Nagisa: Gracias, te diré si pasa algo.
Asuna: Será mejor que descanses bien, mañana no tienes clases, pero es bueno descansar luego de lo sucedido esta mañana… Y asegúrate de cubrirte esta vez.
Nagisa: Sí mamá.
Nagisa se recostó nuevamente.
Nagisa: ¿Podría ser…? ¿Cómo bella y la bestia tal vez? Digo… Sin elogiarme mucho, Jajaja.
Nagisa miró fijamente el techo y con ambas manos hizo un corazón.
Nagisa: ¿Todo puede pasar?
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Dos jóvenes corrían desesperadamente por los callejones, algo corría tras ellos casi rugiendo, corrieron hasta tener que parar, miraron al frente, un muro les cerraba el paso, la pareja se dio la vuelta, un ser monstruoso se arrastraba una cola puntiaguda se balanceaba de lado a lado amenazadoramente, unas garras que rompían el pavimento por donde avanzaba, siseando como una serpiente, dos ojos amarillos y pupilas felinas, dos colmillos se asomaban de su dentada boca y su piel rojiza como un ladrillo, el chico y la chica se abrazaron.
Criatura: Hora de morir mortales.
Los dos temblaban de miedo, se oyó una carrera seguida de un golpe, los jóvenes miraron, lo que parecía ser un lobo negro estaba en frente de ellos con los pelos erizados como un gato y gruñendo ferozmente, mostraba los colmillos intimidando a la criatura, esta se mantenía a una distancia prudente.
Criatura: Hijo de las sombras.
El lobo se mantenía en su posición, la chica miró a al chico.
Chica: ¿Qué sucede?
Chico: N-N-No lo sé.
La criatura trató de atacar, pero el lobo avanzó amenazadoramente.
Criatura: Muévete, o tendré que asesinarte.
El lobo se lanzó rápidamente sobre la criatura mordiéndole la cola y arrancándosela, la criatura dio un chillido y retrocedió rápidamente.
Criatura: ¡Muéstrate!
El lobo aulló y la piel se le rompió vaporeando, de en medio salió una figura, los chicos se asustaron más, la sonriente cara apareció.
Smiley: ¿Qué hacen aquí? Su raza no es permitida, asesinos.
Criatura: No eres diferente de nosotros, tendrás el mismo final que los mortales por aliarte con ellos, basura Ak’sei.
Smiley: Probablemente, pero tú no estarás para verlo.
Criatura: ¿Eh?
Smiley se quitó la chaqueta y la dejó caer, la criatura miró hacia la chaqueta, antes de que tocara el piso si quiera, Smiley sacó una espada y cortó a la criatura a la mitad velozmente y volvió para tomar la chaqueta nuevamente, la pareja estaba abrazada temblando de miedo aun, Smiley se giró mientras el cuerpo de la criatura se volvía cenizas.
Smiley: Ustedes dos, vayan a casa, y jamás digan a nadie lo que pasó aquí.
Los dos miraron confundidos, Smiley habló con su voz espectral.
Smiley: ¡Fuera!
Los dos asintieron, salieron corriendo lo más rápido que pudieron, Smiley se sacó la máscara, Sosei miró las cenizas.
Sosei: Esto es nuevo, se están preparando… No pensé que enviarían cazadores, deberé estar más atento.
Sosei miró hacia arriba y saltó hacia la cima del edificio.
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Nagisa: ¡Primer día de vacaciones!
Asuna: ¿Qué harás hoy?
Nagisa: No he pensado aún.
Asuna: Hitomi y yo llegaremos muy tarde esta noche, puedes volver tarde si sales.
Nagisa: ¿Estás suponiendo algo?
Asuna: No, no, sólo te aviso si vas a ver a Yu o si ella viene a verte.
Nagisa: Ah, espero que sea eso.
Asuna: Pero si quieres ir con Sosei es tú problema.
Nagisa: ¡Mamá!
Asuna rió y tomó su bolso, besó a Nagisa en la frente.
Asuna: Te quiero.
Nagisa: Y yo a ti.
Asuna salió del apartamento, Nagisa se estiró y caminó por la sala hasta llegar a una suave alfombra, suavemente se lanzó sobre el piso acurrucándose con esta.
Nagisa: ¿Debería ir a ver a Yu?
Nagisa miró su celular, lentamente se arrastró hasta la mesa de centro y lo tomó.
Nagisa: La llamaré.
Nagisa marcó el celular, luego de unos segundos Yu respondió, su voz se notaba agotada.
Nagisa: ¿Yu?
Yu: ¿N-Nagisa? ¿Q-Qué sucede?
Nagisa: ¿Qué te pasó? Suenas terrible.
Yu: Mis sobrinos, los tuve que cuidar toda la noche… Me duele la garganta de gritarles… Es doloroso.
Nagisa: Oh, entonces… No te molestaré, veré que otra cosa puedo hacer.
Yu: Lo siento Nagisa, me gustaría salir contigo, pero tengo problemas reales.
Nagisa: Tranquila, quedan vacaciones aun, descansa, otro día saldremos.
Yu: Gracias Na… Nagisa, te debo esta, adiós.
Nagisa: Adiós.
Las dos cortaron, Nagisa bloqueó su celular y se lanzó de nuevo en la alfombra.
Nagisa: ¡Que día más aburrido!
Nagisa se arrastró hasta un sofá y tomó uno de los cojines, lo lanzó al aire y lo atrapó con dos manos.
Nagisa: ¿Debería?
A Nagisa se le cayó el cojín en la cabeza.
Nagisa: Au, au, au.
Nagisa se sacó el cojín lentamente y miró su celular.
Nagisa: Ahora que lo pienso… Me dijo que llamara a Haruo porque se levantaba tarde.
Nagisa miró su reflejo en el celular.
Nagisa: Mientras más lo pienso, más vergüenza me da.
Nagisa marcó rápidamente, el teléfono casi no alcanzó a sonar antes de que le contestaran.
Nagisa: ¿H-Hola?
Haruo: ¿Señorita Nagisa?
Nagisa: S-S-Sí.
Haruo: ¿Necesita algo?
Nagisa: ¡N-No! Es sólo… Saber si Sosei está.
Haruo: Sí, el señorito se encuentra… ¿Desea venir? Puedo enviar alguien por usted.
Nagisa: ¿E-Enserio? Digo, gracias.
Haruo: Estarán por usted en diez minutos.
Nagisa: Gracias.
Haruo: La esperamos.
Nagisa: Adiós.
Haruo: No, hasta la vista.
Nagisa cortó.
Nagisa: Mamá tenía razón al final… Diez minutos.
Nagisa miró al techo.
Nagisa: Espera… ¿Diez minutos? ¡Estoy en pijama aun! ¿Q-Qué me voy a poner?
Nagisa se levantó corriendo y se fue a la habitación rápidamente.
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Nagisa: Aquí estoy.
Nagisa estaba parada frente a la puerta de la mansión, llevaba una polera blanca con un estampado negro, unos shorts de jean y unas zapatillas con calcetines tobilleros, se acercó tímidamente, la puerta se abrió suavemente, Haruo salió a atenderla.
Nagisa: H-Hola.
Haruo: Bienvenida.
Nagisa: ¿E-E-Está Sosei?
Haruo: Sí, pero está durmiendo, deberá ir a despertarlo.
Nagisa: ¿Enserio? Digo, ¿No se molestará?
Haruo: No señorita, es hora de que se levante.
Nagisa: Gracias.
Haruo: Está arriba, Kano la llevará a su habitación.
Nagisa: Gracias.
Kano se le acercó.
Kano: Señorita, si lo desea, puedo despertarlo y usted recorrer un poco.
Nagisa: ¿Enserio? Digo… No es problema.
Kano: Está bien, iré a buscarlo, vea lo que quiera, si lo desea, en la puerta de ahí está la biblioteca, junto a esta está la continuación de la mansión.
Nagisa: Iré a la biblioteca.
Kano: Con su permiso, volveré en unos instantes.
Nagisa: Está bien.
Kano subió las escaleras, Nagisa caminó hacia la biblioteca, las puertas estaban abiertas así que entró suavemente, la biblioteca era inmensa, Nagisa no podía creer la cantidad de libros que había.
Nagisa: Esta es una buena colección.
Nagisa miró las estanterías de cerca, a simple vista, medían más de cuatro metros.
Nagisa: Quiero leer algunos de estos… ¿Me prestara alguno?
Voz: Ejem.
Nagisa se asustó, se giró rápidamente, Haruo estaba seriamente mirándola.
Nagisa: H-Hola.
Haruo: ¿Necesita algo?
Nagisa: No, no creo.
Haruo: ¿Cuánto lleva conociéndose con el señorito?
Nagisa: ¿Eh? Un par de días… Como cuatro creo.
Haruo: ¿Qué ha podido deducir sobre él en estos cuatro días?
Nagisa: ¿Eh? Es alguien… Especial, no tan solo por el hecho de quién es… Como persona, tiene una particular manera de ver la vida, es amable, tierno, e inocente en cuanto a lo de sexualidad se refiere.
Haruo: Mmm.
Nagisa: Mamá lo ha molestado bastante, por lo que me hace enojar, somos amigos… ¿Es tan difícil de entender?
Nagisa se dio cuenta de que estaba desviándose.
Nagisa: Lo siento… Es que… Sosei es tan inocente… Que me da miedo que termine entendiendo las cosas que dicen.
Haruo: Lo entiendo… Él… Bueno, sabe lo que es una relación en su totalidad, pero no entenderá las indirectas de ninguna manera, pero… ¿Qué quiere usted con él?
Nagisa: ¿Yo? Una amistad… Digo… Es lo que intentaré, aún queda un poco de miedo en mí, pero es superado por los buenos momentos que he pasado junto a él.
Haruo: Es por eso que estoy preocupado.
Nagisa: ¿Eh?
Haruo: Como debe saber ya, el señorito lleva años preparándose para combatir a sus enemigos… Pero, igualmente, está emocionado… Demasiado emocionado diría yo… Y como todo niño con un juguete nuevo… Perdió su enfoque, incluso canceló toda esta semana por usted… A diferencia de todos los demás, usted es la única que le ha pedido algo que de verdad le costaba mucho… ¿Tiene en cuenta eso?
Nagisa: Yo… Pues…
Nagisa miró al suelo, Haruo tenía razón.
Nagisa: Soy la primera… En pedirle algo que de verdad le costó.
Haruo: Está bajo la presión de administrar toda la zona de Tokio, y ahora está preocupado de que nadie, ninguna criatura, ni ninguno de ellos, haga algo que vaya a molestar el festival, anoche solamente, se expuso más de una vez por cazar a unos pocos que estaban molestando… ¿Entiende lo que hace?
Nagisa: Es que… Yo… Pues… Él… Digo.
Nagisa miró a Haruo, este la miraba despectivamente.
Haruo: Si sabe lo que le conviene, se mantendrá alejada de él.
Haruo salió de la biblioteca, Nagisa lo siguió con la mirada hasta que la puerta se cerró frente a ella.
Nagisa: ¿P-P-Por qué? Es… Porque soy de clase baja, ¿No es así? Nadie puede superar esa barrera.
Nagisa caminó hasta la puerta completamente triste, de verdad creía que ese hombre era diferente, al salir, Sosei iba pasando caminando casi como un zombi, su cabello despeinado, descalzo y sólo con pantalones de pijama.
Sosei: Hola a todos… Hola Nagisa.
Sosei se detuvo, miró a Nagisa y enrojeció completamente.
Sosei: ¿N-Nagisa?
Nagisa lo miró y sonrió penosamente.
Sosei: ¿Eh? ¿Qué sucede?
Nagisa: Creo que debo irme.
Sosei: Estás triste, ¿Qué sucede?
Nagisa: No es nada, de verdad.
Sosei: Nagisa, me preocupa…
Nagisa: Tranquilo, estaré bien.
Sosei: Lo siento.
Nagisa: ¿Por qué?
Dijo antes de que Sosei se le acercara y pusiera su frente contra la de ella, Nagisa enrojeció, pero sintió como de a poco la tristeza se iba.
Nagisa: ¿Sosei?
La mirada de este se notaba molesta.
Nagisa: ¿Qué sucedió?
Sosei: Espera aquí.
Nagisa: ¿Eh?
Sosei: ¡Izuma! ¿Dónde está Haruo?
Izuma: ¿Señorito?
Sosei: No tengo tiempo ahora, dilo.
Izuma: C-Creo que fue a la cocina.
La voz de Sosei sonaba tosca.
Nagisa: ¿Lo sabes? ¿Puedes leer mis recuerdos?
Sosei: No tiene derecho a hacer eso.
Nagisa: Sosei, no.
Sosei caminó molesto, Nagisa lo siguió.
Nagisa: Sosei, tiene razón, lo que te pedí, además…
Sosei llegó a la cocina, Haruo hablaba con algunas de las cocineras.
Sosei: ¡Haruo!
Este se dio vuelta, cuando Nagisa notó que la miró trató de ocultarse tras Sosei.
Haruo: ¿Qué su…?
Sosei: No hagas una pregunta que sabes la respuesta, sabes bien porque estoy aquí.
Haruo: Supongo que ella le contó todo a su manera.
Sosei: No Haruo, no fue ella, tuve que buscar en su mente para poder saber por qué estaba triste, ¿Sabes lo que encontré? Sí, lo sabes bien… Yo confiaba en ti… Creí… Creí que hacías lo mismo, pero veo que no es así… ¿Por qué Haruo? ¿Por qué? Te consideraba un amigo, como mi padre.
Haruo: Ella es sólo una molestia, incluso ahora está siendo una molestia, si no le dijera nada, tal vez…
Sosei: Ella no dijo nada, incluso, estaba dispuesta a no volver a hablarme, a hacerme enojar si era necesario para apartarse, sólo… Porque pensaba que tenías razón… Te digo, si haces que ella se vaya… No pienses que volveré a hacer nada por terminar esto.
Haruo: ¿Es una amenaza?
Nagisa: Sosei…
Sosei la miró.
Nagisa: No puedes hacer eso, si los demonios son tan peligrosos como dices, necesitamos alguien que nos proteja, y no creo que haya nadie mejor que tú para hacerlo, tienes que terminar esto, y quizás… Algún día, después de que todo esto acabe, podremos ser amigos.
Sosei: Nagisa no.
Nagisa: Hasta ese día, lo mejor es que no nos veamos más.
Sosei: N-N-No, y-y-yo, n-no quiero eso.
Nagisa: Tranquilo, esperaré hasta que eso pase, nos vemos.
Los ojos de Sosei se llenaron de lágrimas.
Haruo: Bien, es bueno saber que se puede confiar en usted señorita.
Nagisa y Sosei lo miraron.
Haruo: ¿De verdad creían que iba a dejar una de las cosas más valiosas a cualquiera?
Sosei: ¿Eh?
Haruo: Usted está dispuesto a dar todo por protegerla, pero no podría saber sobre ella, así que hice esto, si ella estuviera dispuesta a sacrificar algo similar no es una persona que vale la pena, pero no es así, demostró que no es una persona interesada en nada de lo que posee sino por una amistad, así que pueden ser amigos, sin ninguna complicación.
Sosei: Me dices… ¿Planeaste todo esto?
Haruo: Sí, es obvio, después de todo, yo le enseñé lo que sabe.
Sosei: Yo… Nagisa…
Nagisa: Sosei, creo que no es la manera de hacerlo, pero… No me molesta, yo le dije que haría todo lo posible por demostrar que no quería nada más que tu amistad, y si esto lo demuestra, está bien.
Sosei: Yo… Sigo molesto.
Haruo: Tiene razón para estarlo, pero está perdiendo tiempo de la señorita.
Sosei: Cierto… Nagisa, no te di la bienvenida como corresponde, aun así, me sorprende que vinieras tan temprano.
Nagisa: Son casi las doce.
Sosei: ¿Eh? ¿Enserio?
Nagisa: Además, debería ponerte algo de ropa, estás muy desordenado.
Sosei: Oh, sí, verdad, lamento tanto que tuvieras que verme así, iré a mi habitación corriendo.
Nagisa: Toma tu tiempo.
Sosei: No sé porque ando así, espérame.
Nagisa asintió, Sosei salió corriendo inmediatamente.
Nagisa: Estaba muy avergonzado cuando me vio.
Haruo: El señorito siempre anda así en la casa, sólo que no quiere darle esa impresión a usted.
Nagisa: Es un chico después de todo, a todos nos agrada ese pequeño gusto.
Haruo: Lo sé, bueno señorita, tengo mucho que hacer, nos vemos luego.
Nagisa: Sí, iré a esperarlo.
Nagisa salió al Hall, Izuma caminaba limpiando todo.
Nagisa: H-Hola.
Izuma: Señorita, ¿Desea algo?
Nagisa: N-No, sólo veía que hacías.
Izuma: Oh, al señor Haruo le gusta que todo esté en orden y limpio, así que de eso me encargo.
Nagisa: Pero, es muy grande aquí.
Izuma: No es problema, créame.
Nagisa: Oh… ¿Cuál es tu historia con Sosei?
Izuma: ¿Eh? ¿Con el señorito? ¿A qué se refiere?
Nagisa: ¿Cómo terminaste trabajando para él?
Izuma: Ah, eso… Pues yo era una ladrona.
Nagisa: ¿Enserio?
Izuma: Mi hermana y yo no teníamos un buen pasar, así que yo le decía que trabajaba, aunque en realidad robaba, aprovechando nuestras habilidades médicas, podía anestesiar a la gente para que no sintieran que les robaba o que las estaba tocando.
Nagisa: Oh.
Izuma: Así fue como le intenté robar a Sosei Hamada, lo que no imaginé es que pasaría luego, a pesar de haber utilizado mis habilidades él no estaba anestesiado, me tomó la mano y me miró a los ojos “Con habilidades como esa deberías estar haciendo una mejor cosa que robar”
Nagisa: Oh… ¿Así fue?
Izuma: Algo más complicado, me llevó a comer, y por las conversaciones se enteró de mi hermana, entonces me ofreció un hogar y pagarnos escuela a mí y a mi hermana, con la única condición que mantuviéramos un promedio decente, yo no quería al principio, pero él me dijo que no lo hiciera por mí sino por mi hermana, y bueno, vine a vivir aquí y cómo él nos estaba regalando tanto decidí pedirle que me dejara trabajar para él, al principio se negó diciendo que había sido un regalo, pero con el tiempo y mi insistencia, Haruo le recomendó que me dejara manejar algunas tareas menores.
Nagisa: Oh, entonces… Tú le pediste trabajar.
Izuma: Sí, él es muy amable así que tampoco nos pide hacer mucho, excepto, bueno, curarlo cuando él no puede hacerlo.
Nagisa: ¿Qué tan herido ha llegado?
Izuma: Pues, creo que la peor vez, venía con siete costillas rotas, el brazo izquierdo dislocado, cortes en todo el abdomen, un golpe en la cabeza que le cubría la mitad de la cara de sangre, cojeaba y tenía dos cuchillos clavados uno en el pulmón derecho y el otro cerca del corazón.
Nagisa: Eso suena horrible.
Izuma: Era peor verlo, sobrevivió de suerte, no sé qué haríamos sin él.
Nagisa: No deben pensar en eso.
Izuma: Sí, así es, bueno, lamento tener que dejarla, pero tengo que ir a limpiar cosas en el comedor.
Nagisa: No te preocupes.
Sosei: ¡Estoy!
Sosei venía con una camisa roja, jeans negros y unas zapatillas.
Sosei: Lamento la demora.
Nagisa lo miró.
Nagisa: No te preocupes.
Sosei bajó rápidamente y sonrió.
Sosei: ¿Qué deseas hacer?
Nagisa: ¿No desayunarás?
Sosei: Oh, no, no tengo hambre.
Nagisa: ¿De verdad?
Sosei: Sí, tranquila.
Nagisa: De verdad, no sé qué hacer.
Sosei: Oh, pues… ¿Quieres ir al cine?
Nagisa: ¿Enserio?
Sosei: Sí, vamos, tú di la película y la veremos.
Nagisa: Pues hay varias, no sé cuál decidirme.
Sosei: Pues, veámoslas todas.
Nagisa: Estás loco.
Sosei: Quizás… ¿Vamos?
Nagisa: Yo pago los snacks.
Sosei: Vale, vale.
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Nagisa: Eso fue… ¡MARAVILLOSO!
Sosei: Debo admitirlo, fueron buenas películas.
Nagisa: Aunque me dio pena en la que murió el protagonista, el malo ganó tan fácilmente.
Sosei: No es lo último que sabrás de ese villano.
Nagisa: ¿Hay una continuación?
Sosei: El director dijo que quería hacer todos los libros, y hay una continuación.
Nagisa: ¿Lo tienes?
Sosei: Sí.
Nagisa: ¿Me lo pasas?
Sosei: Sí, no hay problema.
Nagisa: Oh, quiero leerlo ya.
Sosei: Tranquila, lo buscaré llegando a la casa.
Nagisa: Estuve hablando con Izuma, ¿Has estado a punto de morir no?
Sosei: Sí, más de una vez.
Nagisa: ¿No te preocupa morir?
Sosei se detuvo pensativo.
Sosei: No lo haré, tengo muchas cosas que resolver aún.
Nagisa: Tranquilo, te ayudaré en lo que pueda.
Sosei: ¡Llegamos!
Ambos entraron en la mansión, Haruo paseaba de lado a lado.
Sosei: Espera aquí, iré por un libro inmediatamente ¡Vuelvo de inmediato!
Nagisa: Bien…
Haruo: ¡Señorito! Debemos hablar.
Sosei: ¿Eh? Espera, iré a buscar un libro y volveré.
Sosei fue corriendo a la biblioteca.
Haruo: Pero es importante.
Nagisa: ¿Sucede algo importante?
Haruo: No se preocupe, es…
Izuma: Señor, las cocineras lo necesitan en la cocina.
Haruo: Vamos de inmediato, lo lamento, me retiro.
Haruo e Izuma se fueron, Nagisa quedó sola.
Nagisa: Bueno, tendré que es…
El timbre sonó, Nagisa esperó unos segundos, pero nadie llegó.
Nagisa: ¿Debería?
Nagisa se acercó a la puerta y la abrió suavemente, Nagisa abrió completamente, una niña de unos diez años estaba parada en la puerta, pelirroja y con un uniforme escolar y dos maletas al costado, al abrir esta miró hacia arriba tímidamente, Nagisa pudo ver sus claros ojos verdes.
Nagisa: ¿H-Hola?
Niña: Hola.
“¿Quién será…? Esperen… Esos ojos… Ella… Ella es la hija.”
Niña: ¿Se encontrará Haruo?
Nagisa: Sí, fue a la cocina… ¿Eres la hija de Sosei?
La cara de la niña se horrorizó.
Niña: No, él no me deja decirle padre ni estar cerca de él, nunca debe mencionar eso o él podría realmente enojarse.
Nagisa: ¿Eh? ¿Cuál es tu nombre?
Niña: Soy Kira, Kira Hamada.
Nagisa: Soy Nagisa, soy amiga de Sosei,
Kira: Oh, eso… Yo.
Nagisa: Tranquila, Haruo volverá, deberías entrar.
Kira asintió, tomó una maleta en cada mano y entró, dejó sus maletas en el piso.
Kira: Iré a la cocina.
Nagisa: Sí, yo estaré aquí, tranquila.
Kira se giró e iba a correr, pero en ese instante Sosei volvía, ambos chocaron y cayeron al piso sentados.
Kira: Ay, ay, ay.
Los dos se miraron, Kira se paró rápidamente y reverenció.
Kira: ¡Lo lamento! ¡Lo lamento tanto señor!
Sosei se paró completamente serio.
Sosei: No es nada.
Nagisa lo miró, este esquivó el contacto visual y salió corriendo hacia el segundo piso, Nagisa lo vio ocultarse en su “oficina”
Nagisa: ¿Qué sucedió?
Kira temblaba en su posición.
Nagisa: ¿Qué sucede Kira?
Kira: C-C-Cometí un error… É-Él, se enojará, él… N-N-No, por favor.
Nagisa se acercó y miró a Kira a los ojos.
Nagisa: Tranquila, él no te hará nada, menos estando yo cerca.
Kira: ¿E-Está segura? ¿Me lo promete?
Nagisa: Te lo juro, ahora ve con Haruo tranquila.
Kira: G-Gracias.
Kira sonrió tiernamente y salió corriendo hacia la cocina, Nagisa miró confusa.
Nagisa: Eso fue extraño.
Nagisa caminó y recogió el libro que Sosei había tirado, luego suavemente subió al segundo piso, se dirigió a la oficina de Sosei en silencio, llevaba el libro entre sus brazos, al llegar a la puerta iba a golpear, pero esta estaba abierta, la empujó suavemente para ver a Sosei furioso, tiraba las cosas de lado a lado armando un gran desorden.
Sosei: ¡¿Por qué?!
Sosei se quedó mirando la mesa apoyado con ambas manos en la mesa, Nagisa lo miró atentamente hasta que este habló, su voz estaba quebrada.
Sosei: ¿Por qué ahora?
Nagisa vio las lágrimas de Sosei caer a la mesa, este cayó de rodillas llorando amargamente, Nagisa entró tímidamente.
Nagisa: ¿S-Sosei?
Sosei cayó sentado llorando, Nagisa se acercó y se sentó junto a este.
Sosei: Soy un imbécil.
Nagisa: ¿Qué pasó entre tú y ella?
Sosei trató de calmar su llanto, suspiró suavemente para retomar el control.
Sosei: Fue hace algunos años, cometí el peor error de mi vida.
Nagisa: Cuéntame.
Sosei: Ella tenía seis, Haruo se había encargado de cuidar a Kira, porque yo… Bueno, yo no la soportaba, ella era el recuerdo de lo que había sucedido, cada vez que nos topábamos yo le gritaba, y cuando me decía “papá” era lo peor, la insultaba a más no poder, en ese entonces sólo podía sentir odio por ella y tenía que hacer mi trabajo, recuerdo que ese día estaba planeando un ataque a una base militar, y tenía los papeles ordenados, Kira se le escapó a Haruo porque tenía algo importante que enseñarle a su papi, un dibujo que había hecho, se metió en la oficina y yo la regañé inmediatamente al entrar, la eché inmediatamente, pero al empujarla para que se fuera ella se tropezó y desordenó los papeles, ni siquiera fue su culpa, fue la mía, pero me molestó tanto, que le grité y la zamarree violentamente, ella comenzó a llorar lo que me hizo enojar más, “Pero papi, yo quiero que veas mi dibujo”, dijo, antes que tomara el dibujo y lo arrugara lanzándolo lejos, ella sólo lloró más, mi límite comenzaba a llegar y ella me dijo “Papá”, fue cuando exploté, no sé lo que pensaba, ni sé por qué realmente lo hice, la abofetee violentamente, mi mano quedó marcada en su pálida cara, ella me miró a los ojos con mucha tristeza, recuerdo claramente lo que le grité, “No eres mi hija, no eres nada más que una bastarda mal nacida, no quiero que me digas papá nunca más y ni se te ocurra acercarte a mí nuevamente, la próxima vez, te mataré”, la iba a golpear nuevamente cuando Haruo entró y me detuvo, tomó a Kira en sus brazos y se apartó con ella, yo estaba furioso, tanto que ni en la misión me concentré bien y terminé con dos cuchillos en mi pecho.
Nagisa: Así fue como.
Sosei: Me los merecía, me merecía algo peor.
Sosei sacó un papel de su bolsillo y lo extendió, Nagisa vio un dibujo infantil de dos personas.
Sosei: Lo llevo siempre para recordar lo estúpido que soy.
Nagisa lo miró, los ojos de Sosei estaban llenos de lágrimas.
Nagisa: Tenías catorce entonces, ¿Sigues pensando lo mismo?
Sosei: No, y no debería haberlo pensado si quiera, ella… Sólo quería un padre, y yo… Fui un monstruo.
Nagisa: Pero, ¿Quieres arreglar eso?
Sosei: Sí, obvio, pero no merezco perdón, le negué a mi propia hija un padre, ella quería un amigo, alguien en quien confiar… Y yo, ¿Qué le dije? La insulté…
Nagisa: No debes castigarte por lo que fuiste, sino por lo que serás, si sabes que cometiste un error, debes levantarte e intentar corregirlo, no quedarte llorando por ellos, levántate y demuéstrale que quieres cambiar, que no eres la persona que le dijo esas cosas y que ahora quieres ser su padre si te lo permite, y si no quiere, al menos lo intentaste.
Sosei: Pero… ¿Qué le digo?
Nagisa: ¿Me preguntas a mí? Eres Smiley, uno de los Ak’sei más organizado que existe, ve y demuestra lo que sientes.
Sosei: Nagisa… Gracias.
Nagisa: Oye, eso hacen los amigos.
Sosei se levantó y le estiró la mano a Nagisa para ayudarla a levantarse.
Sosei: Lamento lo del libro, es… Estaba en un trance mental.
Nagisa: Tranquilo, nos vemos después.
Sosei: Debo arreglar esto.
Sosei salió caminando pensativo, Nagisa sonrió y miró el libro.
Nagisa: Espero que pueda arreglarlo, todos necesitamos un padre…
Nagisa sonrió mientras una lágrima caía por su mejilla.
Nagisa: Todos.
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