Vlad

CAPITULO 21

El reloj estaba a punto de dar las doce. Sebastian y yo estábamos solos en la mansión. Todos los demás fueron a la iglesia a arreglar las cosas. No había más remedio. Pero nadie sabía lo que les esperaría allí. Sabía que si iba, sólo les estorbaría, así que acepté quedarme en casa. Pero cuanto más se acercaba la medianoche, más ansiosa me sentía.

(No quiero que nadie salga herido. Además...)

No podía dejar de pensar en la mirada fuerte y cariñosa que tenía Vlad cuando miraba casi cualquier cosa.

SEBASTIN- MC. Te gusta mucho ese Vlad, ¿verdad?

MC- ¿Qué?

SEBASTIAN- Tienes una mirada tan triste desde que se fueron.

(Sólo estoy preocupando a Sebastian, que ya está bastante preocupado por los residentes)

MC- ...Son imaginaciones tuyas, Sebastian.

SEBASTIAN- No tienes que negarlo por mí. Además, mientes fatal.

Los ojos de Sebastian eran tan serios y amables que no pude contener más mis emociones.

MC- Sebastian... Vlad está haciendo cosas que son inhumanas. Y quiero detenerlo. Por el bien de todos y por el suyo propio. Pero...

Le dije lo que sentía, le di la mano, pero me dejó igual. Y no pude sacarlo de mi corazón.

MC- No importa lo que diga, no le llega. No creo que lo haga nunca...

Bajé la mirada con tristeza. Y justo entonces, Sebastián me dio un manotazo en la frente sin piedad.

MC- ¡Ay! ¿Por qué has hecho eso?

SEBASTIAN- Porque estás siendo un cobarde.

Me miró fijamente a los ojos y luego sonrió.

SEBASTIAN- ¿Te vas a rendir porque tus palabras no le han llegado? Creía que no podías rendirte.

MC- ......

SEBASTIAN- Entonces sólo puedes hacer una cosa, MC. Si las palabras no funcionaron, es hora de actuar.

MC- ¿Acción...?

Sus ojos se agitaron suavemente, como si él mismo estuviera recordando algo.

SEBASTIAN- Cuando te enteraste de que no podías volver a casa, no perdiste la sonrisa. Mantuviste la cabeza alta. Corriste hacia un edificio en llamas para proteger el cuadro del maestro Vincent. Claro, a veces puedes ser imprudente. Pero la cuestión es que has superado todos los obstáculos a los que te has enfrentado. Eres resistente y fuerte. Me enseñaste que si sigues enfrentando tus problemas, encontrarás esperanza. Adoro eso de ti, MC. Tu tenacidad y tu falta de voluntad para rendirte ante nada ni ante nadie.

Su sonrisa y sus amables palabras me calaron hondo.

(Tiene razón. Intenté olvidarme de Vlad cuando me enteré de su verdadera identidad.)

Pero no pude. Y por eso decidí que no podía dejar de tenderle la mano. Decidí no renunciar a él, por mucho que no le entendiera, o por muy lejos que estuviera.

(¿Qué hago aquí sentada?)

MC- Sebastian. Tienes toda la razón. Gracias.

SEBASTIAN- Hice lo que haría cualquier amigo. ¿Qué vas a hacer ahora?

MC- Puede que sea una imprudencia, pero voy a ir a la iglesia y...

¿?- Sólo perderás el tiempo si haces eso.

Oí una voz cantarina familiar y levanté la vista para ver a Shakespeare allí de pie, vestido de traje.

MC- ¿Qué haces aquí?

SHAKESPEARE- Un grupo de plebeyos están reunidos frente a un teatro de la ciudad, listos para atacar y matar a los nobles.

MC- ¿Matar a los nobles?

SHAKESPEARE- Seguro que hasta tú te has dado cuenta de las luchas que hay últimamente entre plebeyos y nobles.

(Sí... Como el niñito que tenía esa sucia moneda porque había estado trabajando en las minas. Y el incendio en la galería fue causado por disturbios civiles provenientes de los plebeyos. No es de extrañar)

Los tristes acontecimientos que habían asolado el mundo últimamente estaban grabados en mi corazón.

SHAKESPEARE- Aunque creo que su plan está a punto de fracasar.

SEBASTIAN- ¿Cómo puedes estar tan seguro?

SHAKESPEARE- Porque le Voivode... Lord Vlad fue a detener a los plebeyos, él solo.

MC- ¡...!

(¿Lo hizo Vlad?)

SEBASTIAN- ¿Conoce a Vlad, maese Shakespeare?

SHAKESPEARE- Eso no es importante ahora.

(Se suponía que Vlad debía estar en la iglesia a medianoche para enfrentarse a todos. Entonces, ¿por qué...?)

Miré el reloj de pie y ya era más de medianoche. Ya era Navidad.

(Puedo preguntar por qué más tarde)

MC- Lo dices como si fuera mucha gente. Aunque Vlad sea inmortal, seguro que no puede detener a una gran multitud él solo.

SHAKESPEARE- Sí, así es. Así que fui a buscar a Charles y Fausto para ayudar. Pero cuando fui a la iglesia, todos los residentes estaban allí. Una vez que se enteraron, corrieron al teatro. Estoy seguro de que podrán detenerlo.

Respiré aliviado, pero entonces se me pasó una pregunta por la cabeza.

(En ese caso...)

MC- ¿Entonces por qué has venido hasta aquí para decirnos eso?

Shakespeare entrecerró sus ojos de distinto color mirándome.

SHAKESPEARE- Desde que Lord Vlad reunió a los residentes en la iglesia, parece que había planeado llevar a cabo su plan esta noche. Sin embargo, vio a los plebeyos protestando en el camino y decidió detenerlos en su lugar.

MC- ......

SHAKESPEARE- Su fuerte deseo de llevar a cabo su plan no sería disuadido tan fácilmente. Y sin embargo... Esto es sólo una suposición, MC, pero... ¿podrías haber sido tú quien provocó su cambio de opinión?




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