MC- ¡...!
(¿Dónde estoy...?)
Me di la vuelta y vi el paisaje familiar de la mansión, señalando el final de mi sueño.
(...No, no era un sueño. Era el pasado de Vlad que había guardado en su corazón todo este tiempo)
Todavía tenía los dedos helados por el aire nevado. Sentía las mejillas heladas y el corazón aún me latía con fuerza, diciéndome que era real.
(E hice una promesa a Vlad, intentar darle a su corazón aunque fuera un poco de esperanza)
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MC- No estás solo.
VLAD- ......
MC- Te estaré esperando, dentro de mucho tiempo... más allá de la eternidad.
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(Y también me hizo una amable promesa)
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VLAD- ¡Gracias, señorita! ¡Por encontrarme! La próxima vez vendré a buscarte, ¿vale? Se lo prometo.
(Había vivido siglos desde entonces, manteniendo esa promesa cerca de su corazón)
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VLAD- Por eso aún recuerdo vívidamente la fuerza y el calor de sus brazos cuando me abrazó. Y la promesa que nos hicimos.
MC- ¿La promesa?
VLAD- Creo que me guardaré esa parte para mí.
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(Incluso después de conocerle, no recordaba la promesa que nos hicimos)
Pero ahora que supe lo que pasó, cambió cada palabra que dijo, cada mirada que me dio.
(No puedo quedarme aquí sentada lamentando haberle hecho daño. Tengo que hacer algo)
Me levanté y respiré hondo.
MC- Tengo que ir a verle otra vez. Porque en este mundo, quiero...
(Me estuvo esperando todo este tiempo...)
MC- ...abrazarte.
Di un paso adelante y vi a Shakespeare y Sebastián corriendo hacia mí.
SEBASTIAN- MC, no te encontrábamos y te hemos estado buscando por toda la mansión.
SHAKESPEARE- ...No me digas que tu...
MC- Déjame que te lo cuente mientras vamos a ver a Vlad. Tenemos que darnos prisa.
La escena en el exterior de la fiesta de Navidad era cada vez más caótica. Los ojos rojos como una rosa se volvieron blancos por la nieve.
VLAD- ¡...!
El aldeano armado atacó a Vlad cuando estaba frente al teatro, apuñalándolo sin piedad. Lo apuñaló una y otra vez. Pero por muchas puñaladas que le diera, por mucho que sangrara, Vlad no se desplomaba sobre la nieve.
HOMBRE 1- ¡¿...?!
VLAD- Es inútil. Tus armas no pueden matarme.
HOMBRE 1- ¿Qué eres? ...¡Eres un monstruo! ¡Matadle!
Más gente le atacó con sus armas afiladas, pero Vlad no movió un músculo. Protegió al niño de la gorra con ambos brazos, bajó la mirada y le sonrió.
VLAD- Siento haberte asustado.
NIÑO- No te preocupes por mí. Pero Florista, ¡si no huyes morirás!
HOMBRE 2- ¡Eh! ¡Que alguien traiga un hacha! ¡Seguro que si le cortamos la cabeza, este monstruo morirá!
HOMBRE 1- Jaja, sin duda. ¡Eso servirá de ejemplo para los nobles de dentro antes de que les demos un baño de sangre!
Alguien blandió un hacha oxidada hacia el cuello de Vlad cuando de repente...
...es un crimen atacar a alguien que no se resiste.
Una capa ondeó en la noche mientras la punta de una afilada espada atravesaba el mango del hacha.
NAPOLEÓN- ...Sois unos desalmados. ¿Quiénes son los verdaderos monstruos aquí?
Jean, Mozart, Leonardo y el resto de los residentes se abrieron paso entre la multitud de plebeyos.
VLAD- ......
Pero había uno de ellos que estaba justo delante de Vlad, con su largo abrigo ondeando en la nieve.
SAINT-GERMAIN- ......
VLAD- ...Conde, ¿por qué?
Hizo un muro entre Vlad y los plebeyos. Saint-Germain volvió la cabeza, con los ojos vacilantes por la confusión.
SAINT-GERMAIN- ...Vlad. Cuando viste el fin del mundo, juraste protegerlo controlando la ideología humana. ¿Entonces por qué no usas tus poderes de compulsión? Nunca antes tuviste dudas. ¿Por qué haces esto?
VLAD- Ahaha... Tienes razón. No tiene ningun sentido. Pero... es que pensé que si MC estuviera en mi lugar, esto es lo que haría.
SAINT-GERMAIN- ...Vlad.
Shakespeare, Sebastian y yo saltamos del carruaje. Ni siquiera me molesté en usar un paraguas mientras corría por la nieve. En cuanto doblé la esquina hacia el teatro, lo vi. Vi al Conde de pie, protector, delante de Vlad, que llevaba un niño en brazos. Y luego vi a los residentes conteniendo a la multitud de plebeyos.
(Vlad... ¡Todos!)
SEBASTIAN- ¡MC, es demasiado peligroso ir allí!
Estaba a punto de correr hacia allí, pero Sebastian y Shakespeare me agarraron.
COMUNES- ¡No son humanos! ¡Tenemos que matarlos antes de que nos maten!
SHAKESPEARE- Vinieron aquí para ganar su libertad, pero ahora su objetivo ha cambiado.
Los plebeyos parecían asustados de Vlad y los otros. El miedo los dominaba y los empujaba a la violencia.
(A este paso, todos van a salir heridos)
LEONARDO- No podemos sofocar la violencia a este ritmo o morirá gente. ¡Eh, Vlad! ¡Usa tu poder!
VLAD- ...da Vinci.
LEONARDO- ¡Eres inmortal como nosotros así que sabes que una vez que un humano muere, nunca puede recuperar su vida!
SAINT-GERMAIN- ......
Vlad se levantó lentamente y respiró hondo. Un intenso fuego ardía en sus vívidos ojos rojos.
VLAD- Duerme... ¡Duerme al borde de los sueños!
PLEBEYOS- ¡...!
VLAD- Te olvidarás de atacarnos y de tus malvados pensamientos. Olvidaréis todo lo que habéis visto esta noche.
De repente, los plebeyos soltaron sus armas al unísono, con un fuerte estruendo en el suelo. Todos se apresuraron a regresar a sus casas, completamente confundidos por lo sucedido. Regresarían a sus casas y celebrarían la Navidad sin enterarse de nada.
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Editado: 19.07.2025