Cuento #3
En un pequeño pueblo, perdido entre colinas y bosques densos, se alzaba una antigua mansión conocida como la Casa de los Vientos. Nadie sabía con certeza por qué la llamaban así, pero las leyendas hablaban de susurros extraños que se escuchaban cuando el viento soplaba. La casa había estado vacía durante décadas, y los vecinos solían evitarla, temiendo la oscuridad que parecía emanar de sus ventanas rotas.
Una familia joven, los Martínez, decidió mudarse a la mansión con la esperanza de encontrar un hogar lleno de historia y misterio. Pedro, el padre, era un restaurador de antigüedades con una profunda fascinación por el pasado. Su esposa, Clara, y su hija, Valeria, de seis años, estaban emocionadas por comenzar una nueva vida. Sin embargo, lo que no sabían era que la mansión guardaba un secreto oscuro y sanguinario.
El primer día en la mansión, mientras Pedro y Clara comenzaban a desempacar, Valeria encontró un viejo baúl en el desván. Dentro, entre polvo y telarañas, descubrió una muñeca antigua con un vestido de encaje roto y ojos de cristal que parecían seguirla. Valeria se enamoró de inmediato de la muñeca y pidió a su madre que la dejara en su habitación.
Clara, aunque un poco inquieta por el aspecto de la muñeca, accedió. "Es solo una muñeca vieja", dijo, tratando de tranquilizarse. La muñeca fue colocada en la estantería de la habitación de Valeria.
Esa noche, mientras el viento ululaba fuera, Valeria se despertó sobresaltada por un susurro que parecía venir de la muñeca. Aterrorizada, miró hacia la estantería, pero la muñeca estaba inmóvil, con su rostro inexpresivo. Sin embargo, algo en sus ojos de cristal parecía diferente, más vivos. Valeria se tapó con las sábanas, temblando de miedo, y trató de dormir de nuevo.
Las noches siguientes, los susurros se volvieron más frecuentes. Valeria aseguraba que la muñeca le hablaba, pidiéndole cosas y llamándola con un tono que no podía describir. Clara, preocupada, pensó que su hija estaba simplemente adaptándose al cambio y a la nueva casa. Pedro, por su parte, estaba absorto en su trabajo de restauración, y no le prestó demasiada atención a las quejas de Valeria.
Una tarde, mientras Clara limpiaba la habitación de Valeria, notó que la muñeca estaba en una posición diferente a la que había dejado. La colocó de nuevo en su estantería, pero no podía sacudirse la sensación de que había algo inquietante en la forma en que la muñeca la observaba. Sin embargo, decidió no decir nada para no alarmar a Valeria.
Una noche, Valeria se despertó con un dolor agudo en el brazo. Al mirar, vio que la muñeca había sido colocada extrañamente cerca de su cama, casi como si hubiera sido arrojada desde la estantería. Al examinar su brazo, Valeria notó que tenía una marca roja, como si algo o alguien hubiera intentado rasgar su piel.
La preocupación creció cuando Valeria comenzó a tener pesadillas. En sus sueños, la muñeca la seguía por la casa, moviéndose con una velocidad inquietante y dejando un rastro de sangre a su paso. Los gritos de la muñeca resonaban en sus sueños, y Valeria despertaba temblando y llorando.
Una noche, después de que Valeria se quejara de un dolor severo en el abdomen, Clara decidió investigar la muñeca más a fondo. Al examinarla, notó que tenía una serie de pequeñas hendiduras en la madera que no había visto antes. Al intentar limpiar las hendiduras, Clara descubrió algo aún más perturbador: debajo de la superficie de la muñeca había un mensaje escrito en un idioma antiguo. El mensaje estaba teñido con lo que parecía ser sangre seca, y el significado era claro: "Ella viene por ti."
Clara se lo mostró a Pedro, quien decidió investigar la historia de la casa. Descubrió que la mansión había sido construida en el siglo XIX por una familia adinerada, los Blackwood. La hija de la familia, Emily, había tenido una muñeca similar a la que Valeria había encontrado, y había muerto bajo circunstancias misteriosas. Los rumores indicaban que Emily había sido poseída por una entidad maligna a través de la muñeca, que luego había desaparecido misteriosamente.
Pedro y Clara se alarmaron al descubrir que la muñeca parecía ser una réplica exacta de la muñeca original de Emily Blackwood. Decidieron buscar la muñeca original, con la esperanza de encontrar respuestas. Sin embargo, la búsqueda resultó infructuosa, y la muñeca que Valeria tenía seguía atormentándolos.
Esa misma noche, Valeria se despertó con el sonido de una risa macabra proveniente de su habitación. Corrió al cuarto de sus padres, temblando de miedo, pero al entrar en su habitación, encontró la muñeca en el centro de la habitación, sentada con una expresión grotesca de satisfacción. La risa continuó, cada vez más fuerte, y Valeria sintió una presión creciente en su pecho.
Pedro y Clara entraron en la habitación y encontraron a Valeria desmayada en el suelo. La muñeca estaba en la estantería, como si nada hubiera pasado. Al revisar a Valeria, Clara notó que su piel estaba pálida y que había manchas de sangre en sus sábanas. La llevaron al médico, pero no encontraron ninguna explicación médica para su estado.
A medida que pasaban los días, la situación empeoraba. Valeria seguía teniendo episodios de pesadillas y dolor, y la presencia de la muñeca se hacía cada vez más inquietante. Clara y Pedro intentaron deshacerse de la muñeca, pero cada vez que la llevaban lejos de la casa, la muñeca aparecía de nuevo en la habitación de Valeria.
Una noche, Pedro decidió enfrentarse a la muñeca. La tomó y la llevó al desván, donde la colocó en el centro de una habitación vacía. Decidió quemarla, creyendo que esto podría poner fin al tormento. Sin embargo, mientras las llamas consumían la muñeca, Pedro sintió un frío helado en el aire y escuchó un susurro amenazante que le advertía de lo que le esperaba.
Al día siguiente, Pedro despertó con una serie de heridas profundas en el torso. Las heridas parecían como si alguien hubiera intentado rasgar su piel con garras afiladas. Valeria estaba cada vez más enferma, y los médicos no podían encontrar una causa para sus síntomas. La familia estaba desesperada, y la mansión parecía convertirse en una trampa mortal.
Editado: 19.12.2024