Voces de un Deseo

Capítulo II:

Mirada Única

 

 

El día se torna oscuro a veces, está el sol pero no hay claridad. Vemos todo pero no nos encontramos, buscas y buscas pero… nada hallas… A veces, puedes ver claramente lo que los demás buscan de ellos mismos. Intentas, intentas e intentas… pero no resulta igual contigo. Una mirada basta para darte cuenta que has intentado de  todo y que simplemente, todo este tiempo te has hecho el ciego… Lo que tanto has buscado sencillamente tiene su mirada plasmada en ti, siempre te ha observado, solo que no te lo ha dicho… Las mejores oportunidades son así, están pero no se dejan ver, solo para probarnos de alguna manera.   
Una mirada única es capaz de convertir tu mundo de gris a color, es pura, es justa, es directa e intimidante,es amor…   

Contaba los billetes mientras caminaba, cuando de repente el impacto fue tan doloroso que hasta el efectivo que tenía en mis manos lo veía regarse en toda la parada…  
- ¡Ay!- Gritamos los dos simultáneamente. Puse mi mano en la parte que me había golpeado justo encima de mi ceja izquierda, un poco más hacia mi frente …  
- ¡Ay joven disculpe!- me dice una señora mayor mientras yo estaba todo desubicado. – venga y lo ayudo a recoger.¿Estás bien mi niña?  
<< ¿Mi niña?>>enseguida levante la mirada para ver con quien me había golpeado en realidad.Era una señora mayor, pero con ella no me había tropezado sino con su hija al parecer. Una chica  de ojos claros y pestañas perfectas y pecas poco pronunciadas, -¡Es hermosa!. Dije en mi mente apenas la vi…  
- Tranquila, señora yo lo hago- decía apenado, mientras recogía los billetes. –Más bien discúlpeme a mí por ser tan despistado.- Miraba a la hija –El golpe fue duro, espero que estés bien- le dije, pero ella puso sus manos donde la había golpeado y replico  
- Si, tranquilo…- me pareció raro que no quiso verme, simplemente respondió como tímida y siguió caminando.  
- ¡Vamos Mitchell!- le dice su madre. La chica tenía puesto el uniforme beige del liceo. La mamá la toma por un brazo y se la llevaba lentamente… No le quite la mirada hasta que, se me perdió de vista, y por lo visto caminaban hacia la Monumental (barrio cerca de la Plaza de Toros)…   
Llegue a casa… 
Abrí la puerta y encontré a mi madre viendo televisión.   
- -¿Dónde estabas?- me pregunta, pero su tono no era de enojada.  
- -En plaza de toros- respondo pensando que me iba a regañar. –Me fui temprano,  
¡toma!- Les doy los billetes. Ella simplemente los toma…  
- -Sentí cuando te levantaste, te bañaste, te vestiste y saliste cerrando la puerta con cuidado. ¿Creías que no me no me iba a dar de cuenta?-Pone los billetes que le di en la mesa que estaba cerca y se levanta de la silla y camina hacia el cuarto…Al ratico salió con el paño…  
- -Voy a bañarme porque hace mucho calor. Pendiente si llaman al teléfono.  
Es muy raro que no me haya dicho nada, ya que el día anterior me había hecho una mueca como que no me dejaría salir…  
- -Me llamo tu hermano de Colombia… Me habla como si no me quisiese contar. –Tuvo un accidente con una moto…- Mi reacción fue instantánea.   
- -¡Que!... ¿Y cómo fue eso? ¿Está bien?- Me senté en la silla que estaba cerca. no lo podía creer…  
No pudo mi madre contener las lágrimas al contarme lo sucedido… -No hablamos bien ya que la llamada se cortaba. Según el salió a una entrevista de trabajo, cuando de repente cruzando la avenida lo arroyo una motocicleta…-Decía con voz entre cortada.  
- ¿Pero que más te dijo, está bien?- Insistí en preguntarle. Mi hermano esta solo en Colombia prácticamente, y si no tiene trabajo poca oportunidad tiene que lo atiendan bien en una clínica…  
- Tendré que irme de emergencia quizás sea hasta que se recupere. Quitare prestado para ir y atenderlo…-  Se silenció todo así culmino la conversación. Ni siquiera le pregunte a quien le iba a quitar el dinero prestado.   
Era casi de madrugada, no podía dormir por la noticia, tenía algo en mi pecho, podía sentir como la tristeza inundaba mi ser lentamente, como se adueñaba de mí. Siempre buscaba una forma de desahogarme en estos casos, y una de esas formas era escribir música y cantar, esta vez no eran las rutas sino que lo hacía por algo más profundo y de sentimiento.   
- ¿A dónde vas?- pregunta mamá cuando apenas me levanto. Desde que mi hermano se fue, yo me quedo a dormir con ella todas las noches…  
- Estaré aquí afuera un rato.- cierro la puerta del cuarto y voy en busca de mi cuaderno para escribir. Eran tantas palabras que se me venían a la mente que, tenía que plasmarla en algo y guárdalas. Siempre lo hago…  
 
 
Aprendí…  
 
Aprendí a no aceptar cuando ya me había caído, que levantarme seria mi sueño preferido...  
Que un camino me esperaba y que la espera era corta, un futuro incierto de un ser imperfecto que para muchos aporta…  
He aprendido a levantarme de los golpes y los daños, siendo tan joven he enfrentado los peldaños…  
De mi madre escucho siempre sus consejos y moralejas, de mi vieja lo que más amo son los regaños…  
Muchos años han pasado desde que deje ser niño, y aprendí que un afecto no se demuestra a cualquiera…  De mi madre aprendí que siempre hay quedar cariño, y que si creas una amistad que sea la más sincera…  
 
Siempre voy por la alegría aunque mi día sea triste, ya que el recordar se apega y a uno suele dañar…  
Y aunque recordar no quieras por todo lo que viviste, sino te superas créeme que nunca estarás en paz…  
 
Aprendí que el escribir aporta a la imaginación y que antes de dormir servirá una canción…  
Despertar al día siguiente con la mayor emoción, de que al fin triunfaras siempre, tu frente es tu convicción…  
Que, entre lo malo y lo bueno uno colgara de un hilo, que siempre en esta vida queda todo por cumplirlo… ¡Que!  
El trabajo te condena hacer siempre un esclavo, pero no sobrevives sino tienes un centavo… ¡Bravo!  
Te gritara la gente, las personas cuando vean tu éxito brevemente…  
Cuando vallas por tus triunfos hazlo silenciosamente. Hazlo junto a la persona que ha estado frecuente…  
La muerte es lo más seguro que queda en la vida, ya que no tiene salida por si te quieres fugar…  
El ser humano está lleno de muchas interrogativas, quedando a la expectativa de que le puede pasar…  
 
Aprendí…  
Que la victoria se gana con el esfuerzo, que las películas nunca ganarán los perversos…  
Que el amor puede unir hasta lo grande del universo y que tú puedes sentir escuchando un solo verso…  
Que en las guerras y peleas nunca habrá un victorioso y que el más ingenioso siempre suele estar arriba… El amor para mucho es lo más hermoso, pero que siempre el tramposo se coleara en la fila…  
 
He aprendido, que la felicidad no llega sin las pruebas y que hay cosas nuevas que llegaran a tu vida…  
Que hay persona que prefirieron darse la vuelta y aunque así fuera, la intención es que hoy tú sigas…  
Aprendo mucho con el paso del tiempo, y con las personas que poco a poco se han estado yendo…  
Trato de asimilar las cosas y lo que estoy viviendo ya que es la vida real y no forma parte de un cuento… Entiendo que el que habla mucho hace poco pero es que, esforzarme  y hacer las cosas bien es que me enfoco…  
De nunca rendirme, a eso es que me aboco, ya que soy un chavo sin limitaciones siendo más devoto…  
Voto…  
Por el amor que las personas demuestran, y sé que mucho dirán que “¡pavor eso no cuenta!”…  
Esa es la clave para abrir las puertas, de oportunidades, tú tienes la llave de un mundo mejor  así que, ¡entra!…  
 
 
 
Termino de escribir y veo la hora, mi teléfono marca las tres de la madrugada, es muy tarde digo en mi mente. De alguna manera, me sirvió escribir algunos versos, despeje  mi mente un rato de algunos problemas, siempre lo hago cuando estoy agobiado….  
Guardo mi cuaderno en una caja vieja que tenía en la sala, allí guardaba todos mis cuadernos que contenían mis versos. Me paro de la silla y lentamente voy al cuarto, veo a mi madre dormir y camino sigilosamente. Tomo la almohada que estaba un poco alejada y  me recuesto en ella…  
 
 
-¡Raúl párate!-  se escuchaba a mi madre… -¡Raúl!- esta vez  escucho la voz más intensa, más cerca…Abro mis ojos y me quedo un rato mirando el techo. Volteo mi rostro y veo a mi hermano a mi lado, durmiendo… había ruido como de gotas de lluvia cayendo en la lata del techo de mi cuarto, me paro de la cama y camino hacia la ventana, la abro y noto que estaba lloviendo afuera. Camino hacia el otro cuarto, donde está mi mamá para ver, si había goteras y buscar un tobo… veo que la puerta está abierta…  
Había sangre en el piso, mi madre estaba acostada dándome la espalda, las sábanas blancas machadas de sangre estaban colgando de la cama, no comprendía lo que estaba pasando.  Entro un temor en mí, algo extraño. Me acerco a mi madre, la angustia crecía pero esta vez, aumentaba rápido en mí.  
-¡Ma párate!, ¿qué está pasando?-  Pregunto. Volteo a mi madre con cuidado, mi respiración estaba agitada y mis manos frías. La volteo lentamente.  No tenía ojos, era la imagen más tétrica, más escalofriante, su boca estaba cosida y eran un vaivén de sensaciones, imágenes como de película a blanco y negro que se alejaban y se acercaban. Mis manos mantenían la cabeza de mi madre, pero no tenía ningún control de mi cuerpo solo era espectador de lo que estaba pasando… Cerré mis ojos…  
Me paro rápidamente con el corazón acelerado. Era una pesadilla nada más. Veo la hora en el teléfono y marca las  (11am). Mamá no estaba en casa y el sueño que había tenido era escalofriante y extraño…   
Me bañe, me vestí y salí de nuevo a plaza de toros, solo para no estar solo en casa después de lo que había soñado… Hice lo mismo que había estado haciendo, volví  a cantar las rutas.   
- -¡Combate, la chancha, bicentenario!- ¡Combate, la chancha, bicentenario!- Mientras cantaba, veo a la misma chica al otro lado de la parada viéndome fijamente, nuevamente estaba con su madre. Alce mi mano para saludarla… movía la mano de un lado otro, parecía bobo, pero ella nada que me saludaba, es mas no hacia ninguna mueca…  
La vi como nuevamente se me perdía de vista y otra vez caminaba hacia la monumental… ¡Era bellísima!, un chamo como yo jamás tendrá una chica así, es por eso que ni me saluda.  Además ¿qué le puede ofrecer un carajo como yo que no tiene ni un centavo? y esas chavas así solo ven lo físico…  
No pensé más en eso… espere que se hiciera más de tarde y me fui a caminar un rato para el Parque Recreacional Sur que estaba cerca… Veía el paisaje, despejaba mi mente un rato, era una paz inmensa, podía sentir la brisa que hacia mover las flores en el camino. Los arboles daban la sombra perfecta para caminar, ya el sol se estaba ocultando, era la calma que necesitaba mi ser. Le di una vuelta completa al parque, hasta que llegue a un banquito y me senté por un momento solamente para cerrar mis ojos. 
- -¡Mitchell, espérame que vamos con tu primito y le duele la barriga, cuidado te caes¡-  
- -Tranquila, mamá Yuya. Conozco el camino y jamás me perdería en este paraíso…-   
El nombre lo había escuchado antes. ¿Mitchell?... Abrí mis ojos para ver.  No lo podía creer, era la misma chica con la que me había golpeado en la parada… Venia hacia donde yo estaba lentamente con su vestido largo color turquesa, su cabello castaño suelto, era hermoso por lo largo que es.  Abrió sus brazos como si fuese a abrazar la brisa, con una sonrisa en su rostro, al parecer amaba también la paz que se respiraba en el parque…   
Volví a cerrar mis ojos, pero antes saque mi celular y puse mi lista de reproducción  
“MMDC” estaba en modo aleatorio, agarre mis auriculares rápidamente y los conecte con el teléfono, empecé hacerme el loco, igual ella no me parara lo sé, decía en mi mente.   
  
Que vale más  
Una mirada de tus ojos  
Que vale más  
En el camino de la noche Que vale más  
Si mi razón desorientada  
O esta canción desesperada  
Que vale más  
Que vale más  
 
Suena la canción… Era voz de Simón Díaz…  
Inmediatamente lleve mi mano derecha a mi oído y quite el auricular, lo mismo hice con el otro rápidamente. Lo desconecte y empezó a sonar en alta voz. – ¡Cónchale!- dije desesperado, tratando de darle pausa a la música…  
- Esa canción es muy linda- Escucho a la chica. Estaba con su mirada fija, sentada en el banquito que se encontraba al otro lado del camino, justo al frente de mí.  
Que rayos… ¿dónde se metió su madre con el niño? No sabía que decir…  
- -Sí, es muy linda.- Respondo pero en ese mismo momento que me dirijo hacia ella, noto que su mirada estaba perdida, como si estuviese viendo a la nada.   
- -¿Te gustan, las canciones del tío Simón? Me pregunto.   
- -Si – fue mi respuesta, ya que estaba detallándola…  
Era ciega,  entendí de inmediato. Comprendí por que la madre la llevaba de manos la primera vez que la vi. O cuando la salude temprano y ni me devolvió el saludo. Sonreí burlándome de mi mismo por lo lento que era.  
- ¿Puedes dejarla? No la quites por favor- Me pide ella sutilmente.  
- ¡Claro! Te la dejare, para que la escuches completa si quieres- Desbloqueo el celular y repito la música.  
  
Que vale más  
Una mirada de tus ojos  
Que vale más  
En el camino de la noche Que vale más  
Si mi razón desorientada  
O esta canción desesperada  
Que vale más   
Que vale más   
 
Que vale más  
Gacela triste del camino  
Que vale más  
La salvación de mi destino  
Que vale más  
Si presentirte ya pérdida  
O que me dejes una herida  
Que vale más  
Que vale más  
 
Nada   
Comparable contigo  
Nada  
Con tus labios nocturnos y tus carias  
 
Que vale más  
Gacela triste del camino  
Que vale más  
La salvación de mi destino  
Que vale más  
Si presentirte ya pérdida  
O que me dejes una herida  
Que vale más  
Que vale más  
 
Y dime que vale más…  
 
 
Me pare del banquito en donde estaba y camine con el teléfono en la mano hacia donde estaba ella para que terminara de escucharla mejor.   
- -¿Por qué te gusta tanto esta canción?- le pregunte un poco curioso.   
- -Me recuerda a mi madre…-  confeso ella bajando su rostro.  -  ¿Tu madre es cantante?-   inquirí indiscreto.  
Se levantó y camino hacia el  banquito que yo me había parado minuto ante.  
- -No, no lo es-. Responde ella entrelazando sus manos y colocándolas en su hermoso vestido turquesa. Mi subconsciente me decía <<no la riegues, no preguntes más. >>  no dije más nada. Solo baje mi vista y me quede en silencio. Ese no era mi problema, además ella solo me pidió que dejara la música, no que le empezara hacer preguntas.  
 
Agarre el teléfono y le di siguiente () a la reproducción. Otra canción de Simón Díaz empezó a sonar, “Caballo Viejo” era su nombre…  
- -¡Oye!-desde el otro banquito, exclamo. –Esa es perfecta- dijo. Levanto la mirada, pero ella se me había adelantado… su mirada fija, ya no estaba tan perdida. La tenia plasmada en mí. Volteé para no caer en la profundidad de su mirada, por un instante pensé que en realidad me estaba observando y volví a  
caer en cuenta que era ciega. La volví a mirar y no dejaba de decir en mi mente  
<Ella es perfección>>… Sonrió y enseguida sus hoyuelos empezaron a relucir. Era lo mejor de la tarde, eso sí que me hacía disfrutar de la vista…  
- -¡Ey!-  exclame. –Tienes una sonrisa hermosa- Dije un comentario halagador pero temía a que ella se lo tomara a mal.  
- -Gracias- encogiéndose de hombros contesto. – ¡y tú, tienes  las mejores músicas del mundo en tu corneta!-.  
¿Cómo le decía que era mi teléfono el que sonaba y no una corneta?... No quería hacerla enfadar, ya había dado un paso. Faltaba solo conocerla bien…  
- -¡Mitchell! Vente ocurrió un pequeño problemita.- llama su madre la cual de la nada apareció a pocos metros de donde estábamos.  
- -¡Voy!- se levantó y camino a donde estaba la madre. Mientras yo solo me quedaba apreciando su belleza.   
- -¡Chao Mitchell!- Trato de despedirme. Sabía que probablemente era la última vez que la vería y perdí la oportunidad de conocerla un poco.  
Se detiene de golpe y se voltea. –Disculpa, ¿cómo es que te llamas?-   
- -Raúl, Raúl es mi nombre- revelo tímidamente.  
- -¡Ha, qué bonito nombre¡- Mucho gusto, ya sabes el mío por lo que escuche-  con una sonrisa se despidió y saliócon la abuela del parque. Otra vez, veía como se me perdía de vista. <<Por lo menos  le había hablado…>>….  
 
 




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