Es curioso pensar que todo lo que he vivido me ha llevado a este solo punto.
Como si el resto de mi historia no significara más que motas de polvo en un rayo de sol, fugaces e inconsecuentes.
Como estrellas esparcidas en la negrura del cielo de mi ventana, su brillo, apenas perceptible bajo la constante luz de la luna que siempre he visto.
Así de pequeño se siente el hecho de dar un respiro para iniciar la vida, aunque... al igual que el satélite que adorna la noche conocida, se necesita una fuente de luz para simplemente ser visto en la penumbra.
¿Cuántas veces no observé este preciso instante?
¿Cuánto tiempo dejé pasar esta sensación, sin esperarla realmente?
Lo que varió, fue que sucedió en el momento en que "Clank" estuvo en el suelo, dejando abierta esa barrera que siempre estuvo allí.
Tal vez por el simple hecho de nunca haber visto más que la luna desde la ventana de mi encierro, no encuentro otra forma de señalar este punto de mi historia.
También porque no conozco más que estas cuatro paredes de arcilla grisácea, donde sé que cuando el sol se dibuja en las rejillas comienza otro día, que cuando siento el roce áspero de mis pies es hora de que me den alimento, y cuando la luz toca mi rostro, es momento de atender a los clientes.
Mi profesión es... Fue, de lo más rutinaria y demandante, pues entre aquellos cuerpos que me rodearon como una serpiente, cercana y tibia, una que simplemente estaba, se me exigió producir sonidos que fueran de su agrado.
No eran difíciles de complacer, pues lo único que parecía importarles era el tono de mi voz y la habilidad de mis dedos.
Llegaban con trapos de colores y objetos brillantes colgando, como las figuras extrañas con las que alguna vez me compararon.
¿Acaso, como ellos, provengo de ese cielo distante?
Pero después de una sensación dulce y compacta, nos volvíamos similares, ambos sentados en el suelo, sin adornos a la vista.
No conozco... Conocía, que el mundo era mucho más que el cielo cambiante de mi ventana, los constantes roces de mi cabeza contra el suelo y el salpicar de un líquido carmesí que llenaba mi boca con un sabor habitual.
Eso siempre era así, sin variación.
El sol ya se había retirado y la luna tocó mi rostro cuando "Clank" se desplomó en el suelo, como si buscara imitar mi quietud.
Entraron los clientes.
Me observaron con detenimiento, y con un pequeño gesto les indiqué que aún no estaba listo para atenderlos; "Clank" no había retirado las cadenas de mis muñecas.
Me resultó extraño que no trajeran ropas coloridas, ni objetos brillantes; sus vestimentas eran apagadas, al igual que sus rostros, pero al cruzar miradas, una chispa se encendió en sus ojos.
Distinto.
Uno de ellos se acercó, con movimientos lentos, como si yo fuera un pequeño animal que salía de las paredes buscando algo de comida cuando no se miraba.
Tomó mis manos, no como solían hacerlo, ni siquiera como lo hacía "Clank". Simplemente me rodeó con sus brazos y sentí una humedad tibia en mi hombro.
¿También les agradará escuchar su voz?
Los clientes no dejaban esa humedad, solo él... y "Clank".
Me alzó, ahora sí parecido a los demás. No me dio nada comestible, no era poco común, aunque una parte de mí lo esperaba.
Estaba listo para comenzar...
Y él cruzó el umbral.
Me moví en sus brazos, no debía cruzar la barrera, ahora accesible.
Si no... "Bum" se molestaría con ellos.
Y "Clank" ya no me daría esos pequeños dulces a escondidas.
Otros lo miraban sin expresión.
¿No se los había dicho "Bum"?
"Bum" siempre lo mencionaba.
A pesar de los sonidos que emití y mi falta de quietud, seguían alejándome.
"¡Clank! ¡Clank!"
¿Por qué no se movía?
Estaba en un charco de ese líquido espeso y rojo, pero era algo que ocurría a menudo.
Cerré los ojos...
Y entonces, el frío que sentía solamente como brisa a través de mis cabellos por medio de la rendija, se expandió por todo mi ser, envolviendo el cuerpo sucio en el manto de la noche.
La Luna era mucho más grande.
Aquel manto, nunca terminaba.
¿Qué era este sentimiento?
¿Aquello se se expandía y hacia picar su rostro?
Sus pies tocaron una fibra diferente.
Fresca, verde.
Me agaché, la sentí, como un animal olfatee el aire y toda mi mente explotó.
Por primera vez emití otro sonido, no provocado, no obligado, por.... Voluntad.
¿Qué era eso en primer lugar?
¿Por qué mis pies no se detuvieron?
Estaba seguro que en ese instante mis ojos eran como las estrellas, por primera vez... me sentía...
Libre.
¿Alguien que nunca conoció esa palabra puede siquiera concebirla?
El cliente que estaba adelante me miró, y al igual que él, sus ojos estaban rotos, el resto solo se limitó a observar mientras el agua caí por su rostro.
El resto gritó, pateó el suelo verde y otros miraron al cielo.
Yo solo me límite mirar, como siempre lo hacía, como siempre haré...
"Lo siento..."
Su voz se escuchaba como la mía, desgarrada, rota, cansada, pero había algo interesante.
Un objeto, alargado, brillante y negro, tenía el olor al cigarrillo que algunos llevaban.
"Lo siento..."
Se detuvo, y la realidad lo volvió a golpear.
Los clientes.
Solo se sentó, lo miró a los ojos y lo invitó a seguirle, no estaba acostumbrado a este ambiente y seguro le dará frio.