Voces del Viento

Capítulo 9: Closet sin espacio

P or un momento solo escucho sollozos por parte de Heather, no sé qué hacer, no estoy con ella y demonios, no entiendo que está pasando. ¿Qué hizo? ¿De qué tiene la culpa? ¿Y por qué? Estoy algo asustado, obviamente está inestable, puede hacer cualquier cosa ¡No sé qué demonios pasa!

—Heather, ¿Qué ocurre? —insisto para que me responda y por unos pocos segundos los sollozos cesan, y suelta un suspiro tembloroso —Me estás preocupando.

—Lamento haberte llamado, no debí hacerlo —me dice con voz quebrada y un sollozo se escapa —No te preocupes, solo fue una pesadilla.

—¿Sobre qué era? —la pregunta se me escapa —No respondas si no quieres —agrego rápidamente golpeando mi frente.

—No quiero hacerlo —vuelve a usar el tono frio que usaba cuando recién nos conocimos y suspiro, no la iba a presionar, cosa que me he dicho muchas veces— Vuelve a dormir, siento haberte despertado y gracias por no insistir. Adiós —Heather corta la llamada antes de que pudiera responder algo y por mi parte, dejo el celular en mi mesa de noche, junto al despertador y me dejo caer en la cama, ¿Ahora cómo se supone que vuelva a dormir? Mi mente es un desastre mayor.

Tu mente es un desastre siempre.

Solo te recordamos jejejejeje

Eso es cierto, siempre es un desastre y siempre están ustedes para recordármelo, gracias por eso. Ahora es uno de esos raros momentos en los que mis voces no son agresivas, solo es como hablar con alguien más, alguien que te conoce muy bien.

Oh, ahora indirectamente pensaste en ella.

Sofíaaaaa

Y tenían que mencionarla, ¿Por qué ahora? ¿Por qué recordármela ahora que estoy bien?, mejor dicho no estoy bien, digo… no estoy mal, pero tampoco bien, ya no siento como antes.

Si sientes, antes no sentías y quieres volver a lo de antes. Es una lástima que no puedas.

Cierto, muy cierto. Odio cuando me hablan así, con lástima fingida y burlesca, es casi tan malo como cuando están agresivas. Las odio. ¡No mencionen a Sofía!

¿Sintiéndote culpable por no haberte dado cuenta? ¿No te has preguntado nunca por qué no tienes amigos normales? Todos tienen jodida la mente.

Eso no es cierto, no lo es. ¡Cállense! ¡Cállense! ¡Cállense!

Eres el culpable y lo sabes.

Si no hubieras sido tan ciego, ella no estaría tres metros bajo tierra.

Tú culpa.

Tú culpa.

Tú culpa.

El bullicio se hace insoportable y el aire empieza a faltarme, abro los ojos de golpe y simplemente no encuentro la manera de hacer que el aire entre a mis pulmones. Sudor frío baja por mi espina dorsal, tengo la boca entreabierta tratando de hacer que el aire llegue a mí.

Abro los ojos y mi habitación esta iluminada por la luz del día naciente.

No recuerdo cuándo cerré los ojos, la confusión me inunda. Es horrible cuando eso pasa, es como si perdiera contacto con la realidad, pero a veces no sé si es un sueño, odio cuando pasa. Demonios.

Tu siempre pierdes contacto con la realidad.

¿Cómo sabes que es real y que no?

Veo la hora en el despertador, son las seis y media, tengo tiempo. Normalmente me despierto a las siete, pero no importa.

Me siento en la cama y estiro la mano para desactivar la alarma para que no suene en vano. Tomo una de mis almohadas y la llevo a mi cara, para luego soltar un gruñido de frustración. No quiero tener un ataque de pánico.

Me levanto con mucha pereza y con mis manos estrujo mi cara, pero de forma repentina, me siento observado, me doy vuelta y la veo de espaldas.

—No puede ser —ella no se mueve, es como si fuera una estatua —No es real, no lo es. No es real. No es real. No es real —me repito cerrando los ojos con fuerza. Vamos, Leo, ya has pasado por esto muchas veces, sabes que no es real. Respiro profundo y abro los ojos, veo hacia donde ella estaba y en efecto, ya no está —Las mataré, ¿me escuchan, voces estúpidas? Me desharé de ustedes, lo hice una vez y podré hacerlo otra vez, no me atormentarán más y sí, sé que tomará tiempo, pero lo haré. Yo ganaré esta guerra.

¿Nos fuimos?

¿Cómo nos matarás sin matarte? Somos lo mismo.

Nunca nos fuimos. No seas estúpido, eres una puta mariposa o qué.

Mente blanca, mente chueca, mente negra, punks morenos bailando entre tus neuronas jejejejeje.

Hablo firme, no muy alto porque no quiero que mi madre o Travis me oigan, ya hay mucho drama que solucionar y aparte, yo. Esto no puede ser, ya me propuse mejorar. Y sé que eso implica volver a ver a un psiquiatra y que ese psiquiatra me recomiende a una psicóloga o psicoanalista, tomar sesiones y más drogas.

Ahora que lo recuerdo… ayer tenía que haber ido a mi primera sesión. Mierda, no fui.

Miro mis antebrazos y las heridas se ven mal, se habrían infectado de no ser por Heather. Tomo una ducha y me visto, no me peino (nunca lo hago) y salgo hacia la habitación de Travis, sin tocar entro y él está plácidamente dormido, lo observo durante unos minutos y suspiro. Me siento al borde de su cama y tomo su despertador para que suene al siguiente minuto, y así no tenga que despertarlo yo, así puede culpar al despertador.




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