Heather y yo nos quedamos mirándonos directo a los ojos. Yo, tratando de entender el misterio de su esencia y ese universo tan incierto que posee. Ella, con seguridad marcando las curvas de los secretos tras el arco de sus labios, de manera repentina cambia su atención y mira de frente, al cielo nocturno que nos rodea.
Joder, trato de imaginármela con su cabello natural, pero no logro hacerlo. En este momento puedo pensar en ¡tantas cosas! Tantas cosas relacionadas con ella y al momento de tratar de decirlas en voz alta no puedo, las palabras no salen y eso es porque tengo las ideas, pero me falta la calma para darles orden y coherencia, quiero que ella me escuche y que pueda verse a través de mí.
—Tal vez deberíamos volver, han pasado dos horas y los chicos deben estar haciendo alguna locura —confirmo con un gesto y me bajo del barandal, luego extiendo mis brazos para ayudarla.
—No, Leo. Esto es la vida real, no perderé el equilibrio y caeré en tus brazos, ni tampoco me tomarás de la cintura, ni me besarás después. —Lo dice en tono burlesco.
No le gustas.
Debiste empujarla.
—Tampoco planeaba besarte, linda y para nada inocente, Heather —me alejo un poco para darle espacio y que baje, ella rueda los ojos. Salta hacia el piso y pierde el equilibrio momentáneamente, pero se recupera al instante. Me río y digo —No iba a sostenerte si te caías.
—Idiota —dice risueña y camina hacia las escaleras por las que subimos.
Cuando entramos de nuevo al club, ya no encontramos a nuestros amigos por ningún lado y hay más gente de la que había antes de que desapareciéramos.
—Mejor si tú vas a buscar por un lado del club y yo por el otro, cuando encontremos a alguien volvemos aquí mismo —estábamos en la parte derecha de la barra. No estoy muy seguro de que la idea de Heath funcione, pero prefiero no contradecirla.
—Está bien —ella se abre paso entre la gente y desaparece por el centro del club, yo hago lo mismo, pero por el lado derecho.
¿Por qué tuve que venir por la pista de baile? Oh si, con la esperanza de encontrar a Jesse ligando con algún chico o a Matt con la chica de la escuela. Pero, luego de recorrer la pista de baile no encontré señales de esos locos. Me alejo un rato para fumar un cigarro sin quemar a nadie por accidente.
Al llegar cerca de los baños, por una esquina, enciendo mi cigarrillo y expulso el humo. Estuve así durante dos caladas más, hasta que de reojo veo una cabellera pelirroja muy familiar. Me doy vuelta para ver bien y si, en efecto es Ariana. Oh vaya… se está besando con Katie. Como si me sintiera, Katie abre los ojos y al verme, se separa de ella.
—¡Leo! Esto… puedo explicarlo —Katie se aleja varios pasos— ¡Katie! —la chica se da vuelta y la observa molesta, para luego irse.
—Hey, tranquila —me acerco a mi amiga y coloco mis manos en sus hombros —No tienes que explicarme nada, sabemos que eres bise…
—No lo digas —rueda los ojos cuando empiezan a aguarse.
—¿Y Katie? —apunta por donde se fue la chica— Hemos estado saliendo hace tres meses más o menos, pero ya todo se fue a la mierda.
—No digas eso, dile que yo no diré nada sobre ustedes —le respondo creyendo que ese era el problema.
—Eso es lo de menos, ya me cansé de intentar. Hoy iba a terminar con ella de todos modos. —Se abraza a sí misma, primera vez que la veo tan vulnerable.
—Ven aquí —rodeo su cuerpo con mis brazos y acaricio su cabello para que se sienta reconfortada. Ella se separa con una sonrisa y me da un beso en la mejilla.
—Gracias, Leo.
—No hay de que —le sonrió de igual manera— Ahora ven, tenemos que encontrar a los chicos.
—¿Dónde está Heather?
—Nos separamos para buscarlos —Ari agradece y se agarra de mi brazo para no perdernos mientras caminamos a través del gentío.
Al llegar al centro de la pista, decidimos que es mejor bordearla y ¡por todos los demonios! casi mato a dos idiotas que manosearon a Ari. ¡Sí! soy protector con mis amigas.
Cuando finalmente llegamos a la barra donde había quedado con Heath, me paso la mano por el cabello con frustración y bastante molesto.
—Leo, ya tranquilo. No fue nada.
—Pero, es que… te malditamente manosearon —Ari rueda los ojos.
—Sí, ya paso. Estoy bien —respiro profundo y ella levanta la vista— Allá esta Heather, con mi hermano y Jesse ebrio, para variar.
—No estoy ebrio, perras, —dice Jesse soltándose de Matt para acercarse a mí. No se tambaleaba, pero en la cara se le notaba el efecto del alcohol— hermano, tienes suerte de que seamos amigos, porque si no, ya te habría engatusado —escucho la carcajada de los chicos y acto seguido, me empiezo a reír.
—Ya es hora de irnos —dice Matt todavía riendo por el comentario de Jesse.
Matt y yo nos ponemos al lado de ambas chicas para cubrirlas de los ebrios del lugar, y al mismo tiempo nos encargamos de Jesse que no estaba menos ebrio.
El pelirrojo y yo, medio bailábamos mientras pasábamos entre la gente, Heather mantuvo su pequeña sonrisa de lado y Ari, ella trataba de verse animada, pero puedo ver que está decaída.