Volando al Viento [ Genshin Impact ]

Capítulo 25. Duelo Amistoso

Capítulo 25
Duelo Amistoso

El tiempo simplemente se fue volando para Kazuha y Ayaka mientras ambos se perdían en su conversación, acompañados de té y panecillos que no tardaron en acabarse. Ciertamente la mayor parte de la plática la dominó Kazuha y sus detalladas anécdotas sobre todos sus viajes. Ayaka se sentía fascinada por todo lo que el muchacho le contaba, y no podía evitar hacerle diferentes preguntas para ampliar aún más el relato. Kazuha respondía pacientemente cada una de dichas preguntas. No le molestaba en lo absoluto tener que hablar tanto; de hecho, resultaba bastante cómodo para él hablar con su vieja amiga, como lo era cuando eran pequeños. No parecía en lo absoluto que hubiera ocho años de separación entre ellos 

—¿Y así fue como conociste a Tomo? —comentó Ayaka, una vez que Kazuha terminó de dar el detalle sobre su primer encuentro con el espadachín errante de la visión Electro.

—Se podría decir que sí —asintió Kazuha—. Aunque no nos volvimos amigos de inmediato. Es una persona muy agradable, pero sólo hasta que logras conocerlo mejor.

—Sí, eso parece —comentó Ayaka tímidamente, esbozando una media sonrisa. Ella misma había sido de cierta forma testigo de lo que decía—. ¿Entonces no siempre viajas con él?

—No. De hecho, hacía unos meses que no lo veía, hasta que me lo crucé en un pueblo de Yashiori y me pidió que lo acompañara para…

Kazuha calló abruptamente, quizás al darse cuenta de que posiblemente estaba por hablar más de lo debido.

—Para ayudarlo en su asunto aquí en Inazuma —añadió al fin tras unos segundos de vacilación. Ayaka solamente asintió, comprendiendo—. Frecuentemente tengo compañeros de viaje como Tomo, pero la mayoría del tiempo estoy solo.

—Debe ser muy solitario.

—Con el tiempo te acostumbras a estar lejos de la gente. Hasta comienzas a apreciar el silencio, la calma, y la sensación del viento o la lluvia al aire libre. Aunque de vez en cuando una buena taza de té como ésta, con una agradable compañía, ayuda a recargar las energías.

Al pronunciar aquello, Kazuha alzó su taza, ya medio vacía, y le sonrió a su anfitriona con entusiasmo. Ésta le correspondió su sonrisa del mismo modo, con sus mejillas sonrosándose apenas un poco.

—Todo lo que me cuentas es fascinante e increíble, Kazuha —indicó Ayaka con una emoción que a todas luces se notaba que intentaba moderarse—. Apenas puedo creer que existan tantos lugares en nuestra nación que nunca he visto. Y hace que te preguntes también qué puede haber más allá, ¿cierto? Pero incluso antes de que las fronteras se cerraran, viajar fuera de Inazuma era más un sueño que otra cosa para mí.

Kazuha pudo sentir rastros claros de amargura y tristeza en esas últimas palabras. Podía entender cómo se sentía. Él mismo cuando era un niño de familia noble, siempre imaginó cómo sería conocer todos esos sitios alejados de su hogar. Pero las responsabilidades que su estatus conllevaba limitaban mucho todas sus opciones. Y muy seguramente había sido igual para ella. Y ahora que Ayaka era mayor y tenía más obligaciones con su clan y la comisión Yahiro, ese sentimiento debió sólo ir a más.

—Quizás algún día puedas hacerlo —indicó Kazuha con optimismo.

—Quizás —respondió Ayaka con casi nula emoción en su voz—. Pero con la situación actual, lo veo muy lejano.

Ahora que mencionaba justo eso, Kazuha estaba comenzando a preguntarse cuál sería la opinión real de la joven Kamisato con respecto a esa “situación actual”. ¿Qué opinaba del Decreto de Cierre de Fronteras? Y más importante, ¿qué opinaba del Decreto e Captura de Visiones? Como miembro del Triunvirato, lo más esperado era que trabajara codo a codo con las demás comisiones para garantizar el correcto cumplimiento de ambos, y confiar ciegamente en la voluntad de la Todopoderosa Shogun. Pero todo lo que la había visto hacer y decir ese par de días, incluido su actitud con aquel ronin de la noche anterior, le hacía preguntarse si acaso podría no estar del todo de acuerdo en realidad.

Se sintió tentado a preguntárselo directamente, pero temía estar cruzando una línea si lo hacía. Después de todo, ella sabía que estaba huyendo y evitando que se llevaran su visión, pero no que estaba ahí para participar en la compra de visiones falsas de Tomo. Quizás hacer la pregunta incorrecta podría levantar sospechas innecesarias en él.

De todas formas, Ayaka se las arregló para cambiar el tema antes de que él pudiera preguntar algo. Aunque de cierta forma más bien volvía un poco a lo que estaban conversando anteriormente.

—Anoche mencionaste que Tomo fue una de las personas que te enseñó tu nuevo estilo combate. ¿Así fue?

—Algo así —respondió Kazuha, inclinando su cabeza hacia un lado—. Quizás no lo parezca a simple vista, pero Tomo es uno de los espadachines más talentosos que he conocido. Ha perfeccionado su estilo en base a su visión Electro, y sus habilidades físicas y elementales se encuentran en perfecta sintonía. Así que una vez que obtuve mi visión, su consejo fue de gran ayuda para saber cómo aprovecharla.

—Ahora que lo mencionas, ¿cómo obtuviste tu visión? —preguntó Ayaka de golpe, notablemente interesada por conocer dicha anécdota. Hasta ese punto de la conversación, Kazuha no había hablado al respecto.

—No es una historia tan interesante, en realidad —le contestó con algo de humor. Aproximó por mero reflejo su mano hacia la visión Anemo colgando de su cinturón, pasando sus dedos lentamente por ella—. He oído que las visiones de muchos aparecieron ante ellos a mitad de un combate complicado, incluso de vida o muerte. En mi caso, una noche de tormenta hace unos años, me fui a dormir reflexionando un poco sobre mi viaje hasta ese momento, y sobre a dónde iría después. Y al día siguiente, la visión simplemente ahí estaba.




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