Volando al Viento [ Genshin Impact ]

Capítulo 41. Noche libre para los Kujou

Capítulo 41
Noche libre para los Kujou

Conforme se aproximaba el atardecer, las calles de la ciudad comenzaron a llenarse considerablemente de personas, varias de ellas luciendo sus mejores yukatas, e incluso portando algunas máscaras. Las luces que decoraban las calles comenzaron a alumbrar el paisaje, y los puestos de comida, juegos y regalos comenzaban a abrir oficialmente sus puertas al público. El primer día del festival cultural organizado por la Comisión Yashiro estaba al fin por comenzar.

Sin embargo, no todos podían aún darse el lujo de disfrutar de las festividades. Para esas horas de la tarde, Kujou Kamaji se encontraba en su última reunión del día, una de carácter menos formal, pero aun así importante para el asunto que más le atañía últimamente. Tras sus días de discreta, y quizás no del todo ética, investigación, Shikanoin Heizou tenía ya unas cuántas cosas que deseaba reportarle.

Como le había prometido a Chisato, Kamaji se tomaría la noche libre para que ambos pudieran pasear juntos por el festival. Por supuesto, de manera oficial aquella salida no era en lo absoluto una “cita”, sino un mero gesto hospitalario de un miembro del Clan Kujou a un miembro del clan Hiiragi, y para inspeccionar que todo estuviera en orden. Una cuestión de trabajo, en otras palabras. Era claro que casi nadie se creía esa historia, pero ninguno daba señal alguna de contradecirla.

Como fuera, antes de poder reunirse con Chisato, debía concluir su plática con Heizou. Y, ciertamente, le fue complicado no sentirse algo preocupado por las nuevas sospechas que su investigador le compartía.

—¿La Tienda de Pirotecnia Naganohara? —murmuró Kamaji con tono serio—. ¿Qué te hace sospechar de ellos?

Heizou se encontraba de pie, apoyado contra la pared lateral del estudio del hijo de en medio de los Kujou. Su porte, como de costumbre, era relajado, pero sus palabras mostraban seguridad.

—Los artesanos expertos que contactamos, y han estado estudiando e intentado replicar las visiones falsas, han logrado sacar una lista de los materiales que serían necesarios para su creación. No es del todo segura, ya que el proceso exacto aún nos es desconocido, pero creemos que puede ser muy aproximada a lo real. Sin embargo, estos resultan un tanto complicados de rastrear, ya que la mayoría de estos son algo comunes, y se utilizan en la fabricación de muchos productos.

—Entre ellos los fuegos artificiales, supongo —concluyó Kamaji, a lo que Heizou respondió asintiendo.

—Por eso revisamos los negocios locales que han realizado encargos grandes de uno o más de estos materiales en las últimas semanas, y Pirotecnia Naganohara aparece siempre en al menos los primeros tres puestos.

—Eso podría ser algo totalmente normal —señaló Kamaji, encogiéndose de hombros—. Son un negocio muy popular. Todos en Inazuma saben que sus fuegos artificiales son los mejores. Y es de esperarse que su trabajo y producción aumente aún más con la proximidad de un festival como éste.

—Es correcto, señor —indicó Heizou, señalándolo de forma casi juguetona con un dedo—. Y justo por eso son la fachada perfecta para adquirir este tipo de materiales sin llamar lo más mínimo la atención. De hecho, si nosotros no hubiéramos estado atentos y sabiendo con anticipación lo que buscábamos, es muy seguro que nunca nos hubiera cruzado por la mente la idea de voltear en dicha dirección.

—Pero presiento que no es el único negocio de la ciudad que funciona igual —reflexionó Kamaji, cruzándose de brazos. Su mirada inquisitiva se fijó como flecha en su investigador—. ¿Qué fue lo que te hizo ponerle mayor atención a éste en especial?

Heizou sonrió ampliamente con complacencia. Parecía contento, casi como si hubiera esperado ansioso a que le hiciera esa pregunta.

—De todos los negocios de la lista —explicó—, es el que al parecer tiene una relación más estrecha, se podría decir incluso personal, con la Srta. Kamisato Ayaka. Ella misma parece ser un cliente frecuente del local. De hecho, hemos visto a su sirviente y asistente personal, ese chico extranjero de nombre Thoma, visitar con frecuencia las instalaciones de Pirotecnia Naganohara. Incluso esta misma mañana se reunió con la hija del dueño, la Srta. Yomiya. Y no ha sido ni de lejos la única vez.

—Espero que no estés insinuando que son culpables sólo por ser amigos de la Srta. Kamisato —puntualizó Kamaji con severidad—. Te recuerdo que aún no tenemos siquiera confirmado con total seguridad que Kamisato Ayaka esté detrás de este asunto. Hasta ahora todo es sólo una sospecha.

—Igual que esto, señor —indicó Heizou con inmutable temple—. Hasta ahora no tengo las pruebas suficientes para acusar a los Naganohara de nada concreto; sigue siendo sólo una sospecha, igual que con la Srta. Kamisato. Pero hay un motivo más que me hace sospechar de ellos en concreto. Y es que, de todos los negocios de la lista que le comenté, Pirotecnia Naganohara es el único que tiene dentro de los miembros de la familia que la administra a alguien con una visión. En específico, la señorita antes mencionada, Naganohara Yoimiya. Adquirió una Visión Pyro hace unos pocos años atrás. No fue algo muy sonado, por un lado al no pertenecer a una familia noble de alto rango, y también porque a diferencia de otros, no buscó gloria o reconocimiento por ello. Pero en la ciudad los niños la conocen bien porque usaba sus habilidades de fuego para entretenerlos y protegerlos de los monstruos o asaltantes; y claro, también en la fabricación de los fuegos artificiales de su familia. Al igual que el resto de los habitantes de la ciudad con una visión, se supone que entregó la suya cuando el decreto entró en vigor.




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