Viejo gimnasio — 04:51pm.
Nathan se encuentra sin camisa bastante sudoroso golpeando un saco de boxeo con mucha fuerza e ira a la vez mientras que recuerda una y otra vez como los hombres encapuchados se llevaron a Danny y sus últimas palabras que logró escuchar antes de quedarse totalmente inconsciente.
—¡Nate!... ¡Nathan!... ¡Ayúdame! — Con mucha ira acumulada, el señorito O’Brian da un golpe al saco que lo destroza por completo haciendo que toda la arena que tiene dentro salga disparada y caiga en el suelo. Él observa su mano derecha con la cual es la que uso para golpear el saco y decide buscar algo con lo que poder limpiar el desastre que dejó. Al darse la vuelta se da cuenta que Arthur está allí viéndolo.
—¿Qué haces aquí? — Preguntó mientras camina para tomar un trapeador y barrer el sucio que hay en el suelo.
Arthur se mantiene un momento en silencio sin responderle porque está tomando algo de aire para hablar ya que aún se siente exhausto por haber corrido hacia el gimnasio.
—Estoy aquí porque eres mi amigo y me preocupas que estés mal por lo que sucedió con Danny — Finalmente le responde.
—No tienes ni idea por lo que pasé y por lo que estoy sufriendo ahora mismo. Nadie lo entiende — Exclamó Nathan algo frustrado. Arthur al escuchar esto se molesta con él y comienza a gritarle mientras se acerca cada vez más.
—¡Sabes perfectamente que la persona que más te puede entender soy YO! ¿O acaso no lo recuerdas? Tú y yo nos parecemos bastante. Sé que no puedo ponerme en tus zapatos por el tema de Danny, pero por todo lo demás sí que puedo — Él agacha la cabeza sabiendo que lo que dice su amigo es cierto y comienza a recordar un día en el pasado donde ambos tuvieron una conversación interesante.
14 de Febrero de 2017 — Casa Holland.
En esos días donde el joven O’Brian acababa de conocer a Arthur y a Amaya, todos se encontraban en casa luego de una larga noche de descanso. Nathan está en la habitación de invitados tomando su ropa para meterla en su mochila junto con la del niño que lo acompaña. Es ahí cuando de pronto Arthur entra a la habitación y observa lo que está pasando.
—¿Qué estás haciendo? — Preguntó.
—Estoy empacando nuestras cosas para irnos de aquí. La verdad estoy muy agradecido por lo que has hecho con nosotros esta semana, pero ya no quiero serte una molestia — Decía Nathan mientras tomaba su mochila para retirarse. Arthur intenta convencerlo para que se quede todos los días que sea necesario, sin embargo no obtiene resultado. Él se da cuenta de la actitud peculiar de Nathan y decide indagar preguntándole antes de marcharse.
—Parece que a ti no te ha ido bien en la vida, ¿cierto? A mí tampoco me ha ido de maravilla, tuve una infancia difícil. Mi madre me dejó con cuatro años en la puerta de un orfanato, sé que mi apellido es Holland debido a que había una pequeña nota que lo decía en mi cuna. Nunca conocí a mi padre y nunca supe quién era. No tengo idea si tengo hermanos y así pasé años en ese orfanato sin que nadie me adoptara para lograr tener algo parecido una familia. Debido a mi suerte, pude entrar en una escuela que quedaba aquí mismo en San Diego, en ese lugar era muy tímido hasta que conocí a una persona maravillosa llamada Moira quien luego me presentó a su hermana, Amaya. Juntos estudiamos sin descanso hasta lograr tener una buena vida, una estable. Moira se fue del país a cumplir sus metas y nosotros dos nos quedamos aquí. No hay un día en que no piense en ella y en que no la extrañe. ¡Daría lo que fuera para poder verla en persona y volver a abrazarla con todas muy fuerzas! — Nathan luego de escucharlo con detenimiento y darse cuenta de que su pasado es bastante parecido al de Arthur, le hace una pregunta.
—¿Por qué me dices todo esto? Prácticamente soy un desconocido para ti.
—Porque siento que a ti te sucedió algo parecido. Siento una extraña conexión ya que la actitud que tienes es parecida a la que tenía yo en el pasado, la actitud de un hombre solitario. ¡Ah, y no te conté todo sobre mi, aún faltan muchas cosas! — Contestó Arthur con una sonrisa y con una actitud bastante peculiar y graciosa.
En ese momento alguien abre la puerta de la casa y se percatan que es Sam el que entró. Nathan observa al joven Bennet y lo saluda de lejos ya que sabía que no le agradaba.
—Aun sigues aquí, muy bien. Sígueme si quieres obtener un empleo mucho mejor que el de camarero de un restaurante chino — Dijo Sam muy serio. Arthur y Nathan intercambian miradas sorprendidos por la actitud de Sam.
—No hay mucho tiempo. En el edificio donde trabajo "Sully Industries", tienen un puesto bacante para un nuevo guardia de seguridad así que decidí venir a buscarte — Decía Sam al darse cuenta que el joven con la mochila no reacciona.
Editado: 26.05.2020