Voluntad de Guerrero

Capítulo V - Dentro de una mente retorcida

Una luz ciega la vista de Nathan la cual estaba algo perdida y lentamente pierde el conocimiento cerrando por completo los ojos mientras escucha las pisadas de una persona acercándose a él.

31 de Diciembre de 1998 — En el pasado.

Luego de que la monja, y única persona que lo entendía en el orfanato, se marchara. Nathan quedó totalmente solo y aislado como lo era antes de conocer a Verónica. Ahora sale al patio nada más para sentarse en un columpio varias horas sin hablar con nadie. En el último día del año, las monjas deciden hacer una pequeña fiesta junto con todos los niños para festejar la noche vieja. En la habitación de Nathan, una mujer bastante joven a la vista entra para hacerle compañía.

          —Ya es hora de que te arregles y salgas a estar con todos nosotros allá afuera. ¡Vamos, pequeñín! Esta es una noche muy importante — Decía la monja muy animada. El pequeño se anima un poco y decide arreglarse con ayuda de la monja la cual lo trata con mucha amabilidad.

El pequeño se anima un poco y decide arreglarse con ayuda de la monja la cual lo trata con mucha amabilidad             

          —¿Qué has sabido de Verónica? — Preguntó Nathan mientras se colocaba los calcetines.

          —No he hablado mucho con ella, pero la última vez que lo hice me dijo que estaba tranquila en casa con sus seres queridos — Contestó ella, Helena.

Minutos después. Nathan termina de arreglarse y agarra de la mano a Helena con una sonrisa en su rostro. Ambos se van caminando hacia donde están las demás personas alrededor de una mesa repleta de comida. Los demás niños al verlo bien vestido y peinado de una manera diferente a la de siempre comienzan a aplaudir mientras se acerca a la mesa. La monja Helena toma un vaso vacío para servirle un poco de jugo de naranja.

          —Ten un poco de jugo — Le dice ella a Nate dándole el vaso con una sonrisa muy dulce. Un tímido Nathan toma el vaso lentamente y le agradece a Helena tomándola de su mano izquierda.

          —Gracias por preocuparte por mí — Dijo con una voz tierna.

          —No tienes por qué agradecerme. Eres un niño bastante especial y tienes una voluntad muy sobresaliente — Dice Helena hablando sinceramente.

El momento es interrumpido por una chica quien sujeta a esta monja por su otra mano alejándola de él. Nathan da unos cuantos pasos hacia adelante y sin darse cuenta se tropieza con la pierna de Helena haciendo que se caiga al suelo derramando el vaso de jugo. Todas las personas que se encontraban allí se quedan en silencio total. Helena se zafa de la niña que la jalaba alzando su mano derecha dando la vuelta rápidamente, y justo en el momento donde Nathan se estaba levantando del suelo. Helena al alzar su mano y al darse la vuelta accidentalmente le da una bofetada en el rostro al tímido niño ya que se encontraba muy cerca.

          —¡Oh, dios mío, Nate! D—Discúlpame. Fue un accidente — Exclamó Helena pidiendo perdón por lo que hizo.

Las personas alrededor se asombran por lo que acaba de suceder. Nathan mira a las demás monjas y a los niños y comienza a sentirse frustrado y un tanto tristeza. Sin saber qué hacer, él mira fijamente a Helena para luego irse corriendo a su habitación.

          —¡Oye! Espera. No te vayas. ¡L—Lo lamento! — Decía Helena mientras veía como se alejaba cada vez más.

Al llegar a su habitación, Nathan se acuesta en su cama con indicios de llorar tarde o temprano, pero resistía para no mostrar debilidad. No obstante, él logra escuchar el escándalo de las personas hablando entre ellos con alegría.

          —¡¡¡Feliz año nuevo!!!

Justo después se escucha como alguien toca la puerta de la habitación preguntando que si podía pasar. Nathan se da cuenta que es la voz de Helena y deja que pase tranquilamente.

          —Ya son las doce en punto. Deberías estar allá afuera con las demás personas celebrando — Dijo algo triste.

          —Es mejor estar contigo, Nate. Prefiero estar con alguien tan especial y cariñoso como tú — Decía Helena mientras lo miraba muy decidida.

Prefiero estar con alguien tan especial y cariñoso como tú – Decía Helena mientras lo miraba muy decidida             

Nathan se extraña al escuchar esto, aunque a la vez se alegra de no estar solo. Luego Helena se queda un momento en silencio colocando sus manos por atrás de su cuello intentando quitarse un collar que lleva puesto.

          —Quiero darte una cosa que espero conserves muy bien. Este collar es bastante peculiar y significativo para mí. Me gustaría que tú te lo quedaras, creo que va con tu estilo — Dijo Helena quien consigue quitárselo y sin dudarlo se lo coloca a Nathan en la palma de su mano derecha.



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En el texto hay: heroes, aventura, suspenso.

Editado: 26.05.2020

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