🦋Geraldine🦋
— ¿Qué?
Él frunció el ceño, ladeo la cabeza expectante por la respuesta que iba a darle pero yo no comprendí muy bien en que situación me encuentro en estos momentos.
— ¿Te gusta o no?
No sabía qué demonios decir, sentía que el aire me faltaba cada vez más. Obviamente Cameron no me gustaba, pero las palabras no salían de mis labios debido a que Cayden me abrumaba. Baje la mirada pero el levantó mi mentón, cosa que no me agrado y moví la cebeza de lado, él respeto eso y me dió un poco de espacio.
—Yo... —Sus ojos son demasiado perfectos, no puedo evitar mirar todo su rostro en busca de alguna imperfección pero es inútil porque no encuentro nada desprolijo en el.
—No sé porque pero que salgas con Cameron parece disgustarme cuando sé que no tiene nada de malo.
— ¿Por qué? —No pude evitar preguntar. No tenía nada de malo salir con él, es mi amigo, además él no es quien dijo que se gusta de mí.
—No me gusta —Refunfuño soltando un suspiro. Ese suspiro fue directo a mi rostro, mentolado. Relamió sus labios de manera lenta y yo trague saliva.
¿Por qué no lo empujó y ya?
Baja su cabeza y besa mi mejilla, me quedé tiesa.
¿Qué demonios?
Volvió a dejar otro beso mientras yo cerraba los ojos, otro más abajo, otro en mi mandíbula, así fue descendiendo hasta llegar a mi cuello.
Calor, tengo mucho calor.
—La verdad... —Otro beso, solté un suspiro— me pone extremadamente celoso que estés cerca de él, muy celoso. ¿Pero sabes qué es lo gracioso? No sé como actuar ante este sentimiento tan patético.
Respiraba de manera brusca, nunca antes mi pecho se movió de esta manera. No quería separarlo, nunca me había sentido así de bien, pero con todo el dolor del mundo lleve mis manos hasta su pecho en un tonto intento de separarlo. Él puso sus manos sobre las mías guiándome hasta su corazón, el cual latía de manera absurda como el mío. Va besarme, va besarme, va besarme y no lo detendré. Mi mente estaba como loca, todo mi cuerpo entro en una especie de locura en donde las reglas que había establecido acerca de los chicos fueran ignoradas por algún dictado de mi corazón.
—¡Cayden ven rápido el partido va a comenzar!
Ese grito nos asustó a ambos, viendo que estaba sorprendido lo empuje con todas mis fuerzas y entre a la casa. Cayden me siguió. Fui directo a la sala donde Nath me miraba sonriendo. Vino corriendo hacia mí y me abrazó.
— ¡Hola Ger! Llegas a tiempo para el ver el partido —Dijo jalándome hasta el sofá.
—Hola Nath, se nota que estas emocionado.
Todavía sentía mis mejillas arder y que decir del recorrido de besos que dejó Cayden. Esa zona ardía como llamas y el cosquilleo permanecía. Todo mi cuerpo deseaba ese beso.
Cayden Harrison iba a besarme.
Quiero ponerme feliz y lanzar gritos como una adolescente normal pero sé que él sólo se gusta de mí porque no sabe lo jodida que estoy. Escucho lo emocionado que está Nathan, me cuenta que es su equipo favorito aunque su papá diga que apestan. Me río y veo el partido con él. Cayden no apareció en la sala junto a nosotros lo cual fue otro alivio, no podría tenerlo cerca sin que mi rostro arda. En el entretiempo Nathan me pidió unas palomitas, el puchero que hizo fue adorable y no pude negarme a prepararlo y más aún cuando su sonrisa dejaba a la vista ese hoyuelo. Prepare las palomitas y luego se las lleve con un poco de jugo.
— ¡Gracias Ger! Eres la mejor niñera.
Sonreí.
—No es nada —Murmure acariciando su cabello—, vuelvo enseguida.
El pequeño asintió. Debía ir al baño, no pudo contenerme más así que subo las escaleras rápidamente dirigiéndome al baño. Cuando salgo nuevamente me detengo al escuchar unos suaves acordes de guitarra. Me percate que las melodías provenían del cuarto de Nathan, no quería ir y parecer un entrometida pero lentamente me acerqué a la puerta y asome mi cabeza.
Lo primero que vi fue a Cayden, luego me percate de la guitarra que sostenía y tocaba. Sus ojos estaban cerrados y de alguna forma parecía sentir lo que tocaba. Me apoye por el marco de la puerta viéndolo tocar, sostenía la guitarra de una manera tan delicada, mantenía sus ojos cerrados mientras se balanceaba al compás de la música. Solté un leve suspiro, me quede unos segundos más mirándolo embelesada pero luego reaccione y salí del lugar, con una sonrisita tonta que no abandono mi rostro.
💎💎💎💎
— ¿Cómo que te encerró? —Exclama con un volumen de voz alto.
—Cindy baja la voz —Farfullo mirando por los lados, pero parece que nadie escucho nada.
Ella me miró con decepción.
—Geraldine, no puedes dejar que esa perra haga contigo lo que quiera.
Acomode mi mochila, tenía razón, toda la razón. Pero no soy fuerte, no hay forma de que yo pueda defenderme ante ella.
—No pude defenderme ya te lo dije.
—No me vengas con eso —Refunfuño enojada—, espera que la encuentre...
—No, ni se te ocurra.
Ella me ignoro por completo y siguió buscándola con la mirada. El colegio es muy grande dudo mucho que la encuentre...
— ¡Allí está!
Demonios. Salió dispara en la dirección donde Diana se encontraba la seguí pero aun así no pude detenerla. Cuando se posiciono detrás de ella Cindy la empujo con fuerza. Diana dio la vuelta furiosa no esperaba ese empujón por lo cual se veía mucho más que furiosa.
— ¡Deja en paz a mi Amiga! ¿En serio eres tan zorra cómo para seguir molestandola? ¿A caso es la culpa de Geraldine que tu padre se acostara con la madre de ella? —Jadeé sorprendida—. Deja de molestarla porque si está maldita directora no hace nada voy a denunciarte a la policía, y no me importa si Ger esta de acuerdo o no. Soy su amiga, y no voy a dejar que hagas de ella lo que quieras.
Me posicione detrás de Cindy, ella siempre tuvo una personalidad muy dulce pero dura, detrás de ella me sentí realemente protegida pero igualmente Diana me fulminó con la mirada.
Editado: 15.01.2022