Volver a Amar. #3

Capítulo 19.

Al día siguiente amanezco mejor, mi tía afirma que es debido a su sopa de pollo, el cual no fue algo delicioso, pero la intención es lo que cuenta. Cindy vino ja casa muy temprano para poder completar algunos apuntes, he dejado el colegio muy de lado y creo que es hora de ponerme las pilas, no me quejo mientras realizo toda la tarea atrasada, me gusta aprender solo que no estoy con tanta energía por lo que me cuesta más que de costumbre terminarla. 

— ¿Segura que no te gustó? —Negué reiteradas veces. Mi tía es buena con las prendas, pero no con la cocina.

—La quiero mucho, pero estuvo asqueroso.

— ¿Qué estuvo asqueroso, Geraldine?

Me sobresalto en mi lugar al escuchar a mi tía, Cindy se ríe y yo continúo hablando.

—Oh ya sabes... asquerosamente delicioso.

Cindy comienza a reír como nunca, intento mantener una expresión seria pero me es imposible no acompañar sus carcajadas. Me siento en la cama junto a ella mientras seguimos riendo, intento coger aire pero la risa no se va lo que me dificulta respirar.

El rostro de mi tía se suaviza y se sienta junto a nosotras.

—Eres terrible —Dice acariciando mi cabello—. Me alegra de que te encuentres mejor cariño.

—No estaría así sin tu sopa especial —Digo con sarcasmo y ella lo nota.

— ¡Sabía que no te gusto! Las muecas valen más que mil palabras.

Se me escapa una risita y junto mis manos pidiendo disculpas en su dirección.

—Lo siento, pero debes admitir que eso no tenía sabor.

— ¡Agt! eres idéntica a ella —Dice riendo, pero al entender de quien esta hablando la sonrisa abandona mi rostro. Ella se percata de lo que dijo sin querer y se lleva las manos a la boca al instante. Muerdo el interior de mi mejilla para no llorar, nunca antes me habían comparado con ella, nunca antes he visto una faceta divertida y alegre en ella ya que yo arruine su vida, fui solo un estorbo para mi madre, lo sé. Siempre me lo decía, me echaba en cara lo feliz que era...

Lo feliz que era con mi papá hasta que yo llegue a arruinarlo todo. Que yo le quite la atención que ella se merecía. Mis ojos pican y mi tía se acerca para abrazarme.

—Lo siento... Dios Ger lo siento mucho —fregó mi espalda—, eso fue muy imprudente de mi parte.

Negué con la cabeza.

—No te disculpes, no lo hiciste apropósito —Abanique mi rostro—. Soy una blanda.

— ¡Mejor vamos a prepararnos para ir al colegio! —Exclamó Cindy zanjando el tema.

Nos levantamos y nos dispusimos a buscar que llevar el día de hoy mientras me contaba algunos chismes. La bomba explotó cuando me dijo que terminó con su novio porque según ella ya no sentía lo mismo por él. Me sentí muy mal por Sebas, él también era mi amigo y conociéndolo debe estar pasándolo fatal.

— ¿Y qué paso con lo de "Amo a Sebas" "Es el indicado"?

Suspiro sentándose en la cama para jugar con su cabello.

—Eso... él dijo que todavía no estaba listo —Mire sus ojos azules—, me sentí rechazada Geraldine.

— ¿Qué? ¿Terminaste con él solo por eso?

Me enoje, ella paso por tanto para que venga a dejarlo solo por eso.

— ¡No! Claro que no —Ella se levantó—. No era lo mismo... ya no siento las mariposas, no me siento nerviosa, sus besos se volvieron sencillos, nuestra relación se volvió... monótona y aburrida.

Fruncí el ceño. El amor, las parejas y todas esas cosas son un mundo completamente extraño para mi, el único romance de mi vida lo experimente leyendo novelas así que comprenderla me resultaba difícil.

—No lo entiendo, lo amaste ¿Cómo puedes superarlo tan fácilmente?

Ella se acercó, paso su brazo por mis hombros y habló:

—Por qué él no era el indicado para mí —Suspiró, movió su brazo derecho para explicarme mejor las cosas—. En este instante hay otra chica que se enamorara de él, que será su otra mitad.

—Pero tú eras esa persona.

—En realidad nunca lo fui.

— ¿Y cómo sabrás quién es el indicado?

—Porque cuando lo vea a los ojos... me perderé en ellos, cuando su piel roce la mía saltaran chispas, no dejare de pensar en él, mi corazón se volverá loco —Mis ojos seguían el movimiento exagerado de su mano—. Y como una tonta caeré en cosas tan pequeñas y básicas como los celos.

La mire aún más sorprendida ¿Desde cuándo Cindy se volvió tan poética?

—Lo tendré en cuenta.

Cuando llegamos al colegio no me sorprendía ser el centro de atención como siempre, las malas miradas como dije antes eran tan normales que hasta parecía que no lo hacían. Cindy pareció darse cuenta y entrelazo nuestros brazos de manera sobreprotectora para seguir caminando, sonreí. En nuestra caminata pude ver de reojo a Sebas, él nos miraba a nosotras mejor dicho miraba a Cindy la cual seguía sonriente y ni siquiera se percató de él, la mueca en su rostro me hizo fruncir los labios, él alguna vez fue mi amigo creo que debo hablar con él.

—Cindy —Murmure frenando, ella tuvo que hacerlo también—, voy a ir un rato al baño tú guárdame un lugar ¿sí?

—De acuerdo, pero no te demores la clase ya estará por comenzar.

Asentí, ella se fue caminando y yo camine en dirección de Sebas. Él al verme se puso rígido.

—Hola Sebas, me enteré que Cindy termino contigo —Apreté los labios—. ¿Cómo te sientes?

Él comenzó a mirar detrás de mi y a los alrededores.

— ¿Qué quieres en realidad Geraldine?

Confundida ladeé la cabeza.

— ¿De qué hablas? Solo vine para saber si te encontrabas bien.

Él negó con la cabeza.

—No debería estar aquí hablando contigo —Murmuro disculpándose con la mirada—, lo siento Ger, pero no quiero estar cerca de ti.

— ¿Por qué? Si es porque ya no hablamos tanto como antes...

—No quiero que me vean con alguien como tu —Guardo silencio unos segundos—, mira Ger, estoy bien ¿Sí? Cindy terminó conmigo porque yo quería eso, si ella no lo hacía lo haría yo.




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