Volver a Amar. #3

Capítulo 27.

 

🍃Cayden🍃


Salimos de la práctica de natación como de costumbre. con la diferencia de que está vez estaba molesto.

—Ese tal Edgar es un idiota.

Asiento.

—Quiero darle una golpiza ¿Qué se creé para venir y decirnos que hacer?

El tal Edgar es el hijo del Entrenador. Nunca en su puta vida entrenó y ahora que su padre consiguió que ingrese al equipo ya se creé el Capitán. No soporto que otra persona me diga que hacer, menos si es un maldito que consigue todo a través de las influencias de su padre. Mi puesto de capitán lo gane con esfuerzo desde muy pequeño me mato en los entrenamientos y que él venga de la nada y quiera decirme que hacer o no... me cabrea.

—Yo también —Acomoda su mochila—, pero no quiero tener problemas con el entrenador.

—Yo menos —Digo bufando.

Caminamos hacia la plaza y un grupo de chicas se nos acerca. Paro al ver que ese es el grupo que trata mal siempre a Geral me detengo.

—Mierda —Lo escucho decir— Esas chicas son unas verdaderas perras, tratan muy mal a Ger.

—Lo sé, mejor vámonos de aquí.

Pero lo dije algo tarde ya que vienen junto a nosotros como si fueran las reinas del Universo, para nuestra desgracia se detienen en frente de nosotros.

—Pero miren si son los guardaespaldas de Geraldine.

Me cruzó de brazos y ella me mira mordiéndose el labio.

—Ya nos íbamos.

Me sostiene del brazo y yo me apartó en un movimiento brusco. Ella ríe y sus dos amigas también.

— ¿Geraldine les habló de su antigua vida? —Juguetea con su cabello.

— ¿Qué? —Pregunta Cameron.

Yo frunzo el ceño y la miro.

— ¿De qué hablas?

Ella continúa sonriendo y jugando con un mechón de su cabello rubio.

—La muy zorra se guarda todo ¿eh?

—Cameron mejor vámonos —Murmuro—, algunas ya no saben que chisme inventar.

Doy media vuelta.

—Tu novia era prostituta.

Paro de golpe. Giro y la miró con desprecio.

— ¿Por qué la odias tanto? Me das lastima, inventando cosas de alguien que no te ha hecho nada...

— ¡Si lo hizo! —Exclama sin contenerse—. Su madre tuvo que meterse con mi Papá —Aprieta sus dientes—, por eso mi mamá nos dejó... al enterarse que mi padre la engaño.

— ¡Pero eso no es culpa de Ger! —Digo explotando.

—Eso no me importa yo te digo la verdad, ella tiene Sida por culpa de eso porque se metía con tantos y no se protegía. Es una puta con Sida y tú eres un idiota que no se da cuenta —Ella suelta una carcajada—. Sólo está contigo para contagiarte en la oportunidad que tenga y luego te votara como a todos, vamos ve junto a ella y pregúntaselo.

Doy un paso hacia ella y Cameron me ataja del brazo.

—Por más ganas de golpearla que tengas no lo hagas —Dice él con la mandíbula marcada.

Mi respiración es agitada, aprieto mi puño con fuerza.

—Te reto Cayden —Su sonrisa me causa nauseas—. Ve junto a tu novia perfecta pregúntale si tiene Sida o no yo cumplí con decirte como lo contrajo.

Ella saca su paquete de cigarrillos mientras una de sus amigas saca un encendedor.

—Ella odia la vida... entonces busca a chicos idiotas para jugar con ellos y cuando al fin estén enamorados acostarse con ellos y contagiarlos.

— ¿Sabes? —Digo acercándome a ella—, iré a preguntárselo —Ella sonríe—. Y Sé que ella negara todo.

Se encoge de hombros.

—Sé todo de ella... hasta que es una perra suicida. Agradécemelo luego.

Da media vuelta sus amigas siguen la siguen.

—Cam voy a casa de Ger...

—No me digas que creíste lo que dijeron Cayden.

—Claro que no pero así puedo estar tranquilo —Desordeno mi cabello—. Tengo un mal presentimiento Cameron.

Algo me molesta, no me agrada mucho esa sensación, es como si sintiese una opresión en mi pecho que no me deja respirar tranquilo.

—De acuerdo ve con ella hermano.

Me despido de Cameron y corro hacia donde dejé estacionado el auto. Unos minutos después llegó a el y subo para ir a su casa. Creo en ella. Geraldine no sería capaz de vender su cuerpo... aunque hubo un tiempo en donde ella me dijo que necesitaba dinero.

Pero según esa rubia, Ger quiere contagiarme. Suelto una carcajada sin poder evitarlo, ella sería incapaz ¿no? Llegó a su casa y estaciono el auto en frente bajo y camino hasta la puerta. Toco el timbre pero nadie sale.

Suelto un bufido y voy a recostarme por mi auto. Un mensaje llega en ese momento.

La llamo pero no me contesta, la voz de la chica diciéndome que cosas de Geraldine no abandona mi cabeza.


Dani :
Cayden ven a casa debo hablar contigo.


Frunzo el ceño y antes de contestar escucho unos pasos.
Veo a Geraldine demasiado pálida. Camina apresurado hacia mí pero yo me pongo recto y camino hacia atrás.


— ¿Es verdad? —No puedo contenerme.

— ¿Qué?...

Ella poco a poco abre los ojos como platos.

No.

No puede ser que sea cierto.

— ¿Por qué no me lo has dicho?

Que no sea verdad. En serio me enamoré de ella... No podría soportar saber que sólo fui un juguete al cual iba a usar.

— ¿Quién te lo dijo?

Es cierto. El nudo en mi garganta incrementa y suelto una carcajada a secas.

— ¿Eso importa? —Pregunto a secas—, joder Geraldine no me lo has dicho, no me dijiste nada sobre este asunto, si lo sabía yo no...

— ¿No hubieses salido conmigo?

"No me hubiese enamorado de ti"

—No. 

—Sabía que pasaría esto.

—Lo siento Geraldine —Digo tragando saliva—, pero lo nuestro se termina aquí.

La miró una última vez y subo a mi auto rápidamente. Aceleró y voy hasta otra cuadra, estaciono intentando pensar lo ocurrido.

¿Por qué jugó conmigo de esta manera?

¿Así se siente un corazón roto?




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