Volver a Amar. #3

Final

🍃Cayden🍃


Otro trago más y todavía puedo sentir el dolor.

¿Cuánto más debo beber para olvidar todo?

Todavía puedo recordar el día de su entierro. Quiero olvidar y ni eso puede hacer bien el whisky.

Dicen que el alcohol ayuda a olvidar, pero creo que en mí no funciona. Lo único que hago es pensar en ella.

Debería irme, sé que a ella no le gustaría saber que mi vida se derrumbo sin ella, quiero ser fuerte como le prometí, pero ya veo que hay promesas que no se cumplen. No creo poder cumplir con la mía.

Veo todo borroso, la camarera me mira negando con la cabeza y toma mi celular.

— ¡Mierda! Eso... eso es mío... —Digo arrastrando las palabras.

—Voy a llamar a alguien para que te saque de aquí.

Una idea aparece en mi cabeza.

—Lla-llama a Ger...

Ella arruga el ceño, apenas puede entender lo que digo. Pero solo asiente. La extraño, quiero besarla, quiero mimarla, quiero tenerla entre mis brazos. La quiero a ella junto a mí.

Sigo tomando, pero cuando mi bebida acaba la señora tacaña no quiere servirme más. Veo que alguien se acerca y noto que es Cameron. Frunzo mis labios y veo a la camarera.

—¿Lo lla-llamaste a él? —Ella asiente y yo gruño enojado— ¿Dónde está... Geraldine?

Digo haciendo un puchero con los labios. Cameron niega con la cabeza y me mira con tristeza mezclada con decepción.

— ¿Qué haces aquí? —Murmura decepcionado — , creí que no volverías a tomar, Cayden.

Me encojo en mi lugar.

—No lo sé, solo quiero beber —Mi mirada se encuentra con la suya— , no me sirve para olvidarla pero creo que esto es lo único que ayuda...

— ¿Te estás escuchando? Esto no te ayudara y tampoco te hará olvidar a Geraldine.

Su nombre suena tan vacío que tapo mis oídos.

—No la nombres.

Cameron suelta un suspiro.

—Vamos a casa amigo.

Todo se volvió borroso luego de eso.


💎💎💎

 

—¡No puedes seguir así Cayden! ¿Crees que Geraldine quería esto para ti?

Bajo la mirada. Ya han pasado dos meses desde que perdí a Geraldine.

Dos meses sin sus besos, risas... siento un nudo en mi garganta.

—¿Qué pensaría de ti? ¡Ella no quería esto!

Dos meses bebiendo.

La Universidad se ha convertido en Historia, el trabajo como profesor de Natación se fue a la basura. No me preocupo ya que tengo una buena cantidad de dinero ahorrado, dinero el cual se estaba esfumando en alcohol.

— ¿Y ella pensó en el daño que me haría al no seguir el tratamiento? —Pregunto furioso—, ¿Ella pensó en mí? ¡No! ¡No lo hizo!

Él me fulmina con la mirada.

— ¿Te estás escuchando Cayden? Te desconozco, no tienes el porqué de estar enojado con ella.

— ¡No estoy enojado con ella! ¡Estoy enojado con el maldito Universo! Ella no se merecía nada de lo que paso... nunca pudo ser feliz.

—Contigo fue feliz.

Me quede sentado en la cama mirando el suelo, me encogí de hombros.

—Vamos hermano —Dijo Cameron acercándose—. No puedes seguir así. Estoy aquí para apoyarte.

Negué con la cabeza y comencé a llorar, a llorar de verdad. Sentía las lágrimas salir a borbotones y Cameron se sentó y me abrazo. Seguí llorando y él me consolaba como podía.

—La amo, Cameron... no puedo quedarme aquí.

Rápidamente me levante y limpie mis mejillas de forma bruta.

— ¿De qué estás hablando? —Preguntó él, note las lágrimas en sus ojos.

—Quiero que me vendas la empresa que heredaste de tu abuelo.

— ¿Qué? ¿Qué mierda dices Cayden? —Dice él levantando la voz—. ¡Sabes que está en bancarrota!

—Yo podre con eso.

—Tú no tienes idea de cómo levantar una empresa Cayden —Se levantó y se puso en frente mío—. Tú quieres ser un psicólogo...

—Cambie de opinión.

— ¿Sabes que debes ir a Estados Unidos? ¿Quieres ir allí?

Podía oír la incredulidad en su voz, puse mis manos en sus hombros y lo mire a los ojos.

—No puedo estar aquí. Todo me recuerda a ella —La compresión brillo en sus ojos—. Mi departamento, la casa de Dani, la Universidad el parque... Todo me recuerda a ella. Y duele Cameron.

—Dejaras a tu familia...

—Allá podre seguir estudiando, sé el idioma... —Trago saliva—. Puedo hacer que se convierta en una gran Empresa de Tecnología.

—¿Y cuánto años demorará eso? ¿Veinte años?

Niego con la cabeza y vuelvo a alejarme.

—No, no creo que no será tanto... tal vez unos quince...

—¿Me estás jodiendo? Es lo mismo Cayden —Dijo cabreado—. La Sede es allá no podrás volver hasta que lo tengas todo controlado... si es que logras levantar esa empresa ¡Que es imposible!

—Nada es imposible —Digo con una triste sonrisa—. ¿Quién iba decir que Cayden Harrison terminaría enamorándose?... Y con el corazón roto.

Él me mira y puedo ver que la idea no le agrada.

—No te la voy a vender —Dijo soltando un suspiro—. Te la regalo, yo nunca la quise.

Iba a protestar pero sabía que sería en vano.

—Tal vez tu novia pueda echarme una mano en la Sede de aquí.

Él sonrió de lado, Cindy podría hasta ser jefa al finalizar sus estudios.

—Dalo por hecho.

Tome mi chaqueta de la cama y mire a mi amigo.

—No voy a caer de nuevo... voy a ser fuerte, lo prometo.

El soltó un suspiro de alivio. Salí de allí y solo podía pensar en que lo que voy a hacer es una gran locura.

Tal vez no pueda hacer nada con esa empresa y termine endeudado... viviendo en las calles de Nueva York.

Pero nada importaba.

Cada noche solo puedo pensar en ella, veo las estrellas y quiero pedirles a gritos que le digan a esa pequeña de ojos dorados... que la extraño tanto ya que de seguro ellas pueden verla.

Lamentablemente nuestro amor fue corto pero sé que se me hará largo olvidarlo.

Yo sé que nunca podré olvidarla y ni que yéndome lejos de aquí hará que duela menos, pero sé que con el tiempo podre aprender a vivir con ello. Aprender a vivir con el dolor.




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