Volver a amar

Capítulo 26 "Una visita"

No puedo dejar de pensar en aquellas palabras. ¿Hasta cuándo van a interferir en mi vida? ¿Por qué no me dejan vivir tranquila? A pesar del daño que han causado desean seguir haciéndolo. Me duele y molesta que se comporten de tal forma, me coloco las zapatillas deportivas color negras y decido salir a correr, sin saber dónde ir; solo dejo que mis piernas conduzcan sin rumbo alguno.
Después de veinte minutos me dentego frente a su puerta, no debería estar aquí pero que más da, toco el timbre y nadie abre. A lo mejor saben que soy yo y por eso no se molestan en atender insisto dos veces más y nada. Es extraño que Gisela no se asome siquiera.
Regresaré en otro momento, alguno de los dos debe darme una explicación. Merezco saber porque intentan controlarme si para ellos deje de existir aquel día.
Llego a casa y decido darme una ducha, mientras el agua cae sobre mi cuerpo pienso en aquel beso, en sus brillantes ojos verdes. Nunca antes sentí algo igual. 
Lo único que tengo en claro es que en el corazón no se manda y Anthon se ha vuelto muy especial.
Termino de secarme y me visto con mi pijama cómodo color rosa; camino hacia la cocina a preparar la cena.
Tocan la puerta y me dirijo a abrir, no espero a nadie en especial. En cuanto abro quedo perpleja viéndola
-¿me dejarás aqui toda la noche?- inquiere con cierta arrogancia, me hago a un lado sin poder hablar -supongo no sabes porque vine a verte- toma asiento en el pequeño sillón de la sala
-no, no tengo idea- la observo seria
-tu escogiste esta vida que llevas, cada quien tiene lo que se merece ¿no crees?- mamá eleva una ceja, sigo sin comprender a que se debe su visita. La cual no es cordialidad -una muchacha como tu, sin clase ni futuro no puede aspirar a un chico como ese jugador, famoso, apuesto y millonario- ya todo tiene sentido -alejate de el, deberías pensar que alguien como Cindy es de su clase. No interfieras porque no sabes de lo que puedo ser capaz- se levanta como resorte
-creeme que lo se- replico segura, esboza una risita burlona
-comenzamos a entendernos, sabes el poder que imponemos. No me pongas a prueba o ese chico pagara las consecuencias de tus actos- camina hacia la puerta
-¿por que intentas sobornarme? ¿Que pretendes de mi?- pregunto, se detiene y gira a verme a los ojos
-no preguntes, se que no lo quieres oír- asegura
-necesito saberlo, después de todo este tiempo apareces solo para amenazarme. Nunca antes me has visitado, mucho menos intentado arreglar las cosas- mis ojos se llenan de lagrimas
-tu escogiste alejarte de nosotros, te advertimos que si salias de casa jamás debías regresar. Eres la misma ingenua que aquel día, la miseria no te deja pensar ¿a esto le llamas vida?- observa con desprecio la casa -tu abuela se empeñó en llenarte la cabeza de sueños tontos, jamás serás nadie, no se vive del talento- lleva la vista hacia un rincón y luego camina allí. Miro y veo la guitarra recargada en la pared. Mamá la toma entre sus manos
-no te atrevas a ...- antes de que pueda finalizar la frase ella golpea la pared con fuerza haciendo que se rompa. -¡no!- grito a todo pulmón. Aún viendo cómo se empaña en destrozarla dando golpes en el suelo. Corro y se la quito de las manos aunque ya es tarde, mi pequeña está irreconocible. Sin poder evitar mi angustia empiezo a llorar y solo escucho la puerta azotarse.
Me levanto del suelo y cojo mi movil, se que esta por ahí, busco entre los mensajes antiguos y llego finalmente a Marko.

~ Narra Anthon~

Suena el timbre Ian salio a hacer unas compras para la facultad por eso me toca abrir. Camino hacia la puerta y al abrir veo mis padres, me abalanzó sobre ellos mientras me reciben con los brazos abiertos ¡es increíble que estén aquí! Se que no les gusta viajar, ya que son de avanzada edad. Pero soy su hijo consentido por esa razón han hecho la excepción. Los invito a entrar y tomamos asiento; en cuestión de segundos han cambiado mi ánimo. De vez en cuando hacemos videollamadas cuando esta mi prima con ellos, pero no son aliados de la tecnología.
-es increíble que estén aquí- digo sonriente
-te extrañabamos demasiado- responde mamá
-sabemos que tu no puedes visitarnos hijo, por esa razón decidimos darte la sorpresa o el disgusto- bromea papá
-para nada, les agradezco que estén aquí. Podemos salir a cenar por ahí, quiero que conozcan la ciudad- hablo rápido y ambos sueltan una risita
-no hijo, calma. Ya habrá tiempo para eso. Sabes que nos gusta lo tranquilo; por esta noche queremos estar solo contigo- mamá se levanta de su lugar y se acerca a mi
-esta bien mamá, es un buen plan- sonrío.
No suelo cocinar, de hecho no lo hago muy bien pero ellos merecen el intento -preparare algo rico-
-lo haremos juntos- propone, me agrada la idea. Después de platicar un poco y ponernos al día en cuanto a las novedades caminamos hacia la cocina, se me ocurre hacer lasagna.
Papá corta la panceta en cuadraditos, mientras que mamá prepara la masa y yo pico en trozos las verduras.
-¿tu primo no está aquí?- inquiere mamá
-salio hace un par de horas, no creo que tarde en llegar. Le dará gusto verlos - replico
-nos agrada que se lleven tan bien-
-es el hermano que no te hemos podido dar- agrega papá con cierto aire de tristeza
-lo importante es que han crecido juntos y siguen siendo compañeros- agrega ella intentando dar animos
-claro que si- digo. No ha sido sencillo para ellos traerme al mundo, incluso mamá tuvo dos pérdidas y ya no tenían esperanzas de que pudieran concebir alguna vez, pero después de unos años de lucha llegue a sus vidas. Y fui un niño muy mimado ademas de amado, a pesar de ser su único hijo ellos me apoyaron desde el principio para que siguiera mi sueño 'ser futbolista profesional' gracias a ellos estoy aquí y soy quien soy.
Es cierto que Ian es mi primo pero crecimos juntos y es como mi hermano de sangre. Al igual que su hermana menor Irina, ellos dos son un eslabón muy importante en mi vida.
Mamá agrega tomate troceado en el sartén; papá hierve la pasta y esta vez preparo la bechamel. Empiezo derritiendo la mantequilla, luego agrego harina, pasando dos minutos rehogandola en fuego lento le agrego la leche fría. No dejó de batir hasta que empieza a espesarse.
En cuanto la retiro del fuego le agrego nuez moscada, una pizca de sal y pimienta negra.
Ya con la preparación lista en una fuente mamá la lleva al horno. Decido llevar los platos a la mesa, poco después nos sentamos a cenar. Huele increíble y la verdad es que no solo es el aroma, esta exquisito. La puerta se abre y entra mi primo como loco.
-¡Bro no sabes lo que paso con ...- se calla de golpe al ver mis padres -¡tíos, no sabia que estaban aquí, que sorpresa!- intenta cambiar su expresión pero lo conozco muy bien y se que algo le preocupa.
-¡hola mi niño!- lo saluda mamá
-Ian, que bueno verte- replica papá.
-te traeré un plato- me pongo de pie dispuesto a invitarlo a la mesa
-no es necesario, ya he cenado- anuncia. Frunzo el entrecejo pero le resto importancia, él se concentra en su celular; de vez en cuando le lanzo miradas advirtiendo que deje su móvil para más tarde pero no parece captar las señales. Terminamos de comer y mamá intenta recoger la mesa pero la dentego al instante, son mis invitados y no quiero que hagan nada. Aunque me ayudaron en la preparación del menú.
Llevo los platos al fregadero, Ian se apresura a cojer los vasos y me sigue
-primo no sabes lo que acaba de pasar, Sami me llamo para contarme que...-
-sabes que te quiero pero están mis padres aquí y no quiero arruinar el momento. Si hay malas noticias me las cuentas luego- lo interrumpo
-Ally esta en la clínica. Esta mal- suelta de golpe.
-¿quién es Ally?- inquiere mamá asomándose tras la puerta, deja la jarra de juego sobre la encimera mientras nos observa preocupada
-es una amiga- responde Ian
-de su novia- agrego para intentar calmar el ambiente
-y de nosotros- finaliza el rubio
-deberias ir a verla- se apresura ella
-no, no los dejaré solos- aseguro 
-no te preocupes por nosotros- toma mis manos entre las suyas.
-de todos modos no podremos verla ahora-
-pero mañana si,  ve tranquilo. Estaremos bien- deja un beso en mi mejilla y asiento. En cuanto mamá nos deja solos mi primo me observa nervioso
-¿qué tienes?- cuestiono
-hay algo que no te he dicho...- hace una pausa -la internaron por sobredosis de drogas- lo miro sin saber que responder. Solo espero que Allison este bien. 

 



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En el texto hay: mentiras, conflictos, amor

Editado: 15.10.2021

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