Escuche a muchas personas hablar de cómo el amor era la peor cosa que les pasó, escuche historias de cómo les rompieron el corazón, chicas diciendo que el amor no existía, que el amor verdadero solo existía en las películas, que nadie conocería al amor de su vida.
Lo llegué a pensar hace años por mucho tiempo, pero llego una persona que lo cambió todo, la persona que me enseñó a amarme a mí misma y amarlo a él, con la que soñé estar siempre, con la que tuve las historias que solo hay en las películas, con la que viví momentos increíbles, con la que reí, lloré, célebre, viví.
A la persona que puedo llamar el amor de mi vida, con la que imagine una boda de princesa, la persona que mis hijos llamarían papá y con la que sostendría mi mano en mi último aliento.
Pero eso fue solo un pensamiento, ese fue mi error, anhelar una vida que solo estaba en mi imaginación, en vez de aprovechar los momentos que estaba viviendo y con la persona que los estaba viviendo, me di cuenta bastante tarde.
Con la persona que imagine que estaría en el altar estaba frente a mí, sin vida, en un ataúd, con sus brazos acomodados a la altura de su abdomen, sus ojos cerrados y ese traje azul rey.
—Te has imaginado cómo sería nuestra boda? — Le pregunté mientras dibujaba garabatos en un post.
—¿Boda?, ¿ya estamos en esa fase?
—No habló de ahorita si no en unos años después, leí que si te imaginas con una persona en un futuro es porque sabes que durarán. —Deje el bolígrafo a un lado y levante mi vista directo a el verde de sus ojos.
Los ojos de Nick siempre fueron lo que más me llamo la atención, esos ojos podrían decirte tantas cosas con tan solo verlos, tenían un brillo especial que jamás le había visto a otra persona.
—Bueno te imagino a ti, con un vestido enorme estilo princesa, cuando camines al altar seguro se me escapará una lágrima, porque me daré cuenta que estoy a punto de juntar mi vida con la persona correcta, el lugar donde haremos la fiesta será grande, arreglos con toques dorados me imagino. —El me observo unos segundos antes de ver el techo como si estuviera imaginándose todo.
—Quiero que sea azul, tú traje, azul como el de los príncipes, eso es todo lo que pido en nuestra boda. —Murmure antes de volver mi vista a el post donde seguía garabateando.
Una mano en mi hombro me hizo salir de mis recuerdos, era Bella la madre de Nick, llevaba un traje de pantalón y una blusa elegante negra, su cabello castaño claro como el de su hijo lucia descuidado a comparación cómo lo traía siempre.
—Está en un mejor lugar. —Rompí el silencio mirando el rostro de su amado hijo. —Eso fue lo que dijo su esposo. No creo que haya un mejor lugar que aquí.
—Está descansando, querida, eso es lo que importa.
Le regale una sonrisa reconfortante y me aleje de él lado de Nick, la funeraria estaba llena, aún lado de ella estaba la familia de él, conocía a la mayoría, por otro lado, estaban nuestros amigos de la escuela, Nick era un chico muy sociable era normal que hubiera tanta gente, a otros no los conocía, muchos se notaban dolidos, otros solo guardaban silencio.
Regrese a mi asintió donde estaba Noah, Hanna y Venecia, ambas me acariciaron el hombro y apenas sonreí, el padre de Nick se acercó a su esposa junto a donde estaba su hijo e imagine el dolor que estaban sintiendo.
Era su único hijo y había sido los ojos de ambos, Nick los amaba demasiado y no había duda que sus padres lo amaron a él y ahora estaban solos, viviendo el recuerdo constante de un hijo que perdieron.
Por otro lado, estaba yo, ¿que si sentía dolor? El dolor más grande que había sentido para ser exacta. Conocer a la persona que te complementa a la perfección es difícil, alguien que te conozca tan bien que sepa cómo vas a reaccionar a cualquier situación, conozca tu personalidad y las decisiones que tomarás antes de decirles, tener una persona que te conozca mejor que tú es muy difícil de encontrar y eso era Nick, nos conocíamos bastante bien, nos gustaban la mayoría de las cosas, siempre sabíamos que decir cuando uno se sentía mal. Era mi alma gemela.
Nick solo ocupaba aparecer para hacerme sonreír con cualquier cosa que dijera, sus ojos me transmitirán tanta paz, en sus brazos encontraba la calma que tantas veces necesite y su hombro siempre fue el lugar perfecto para poder llorar cuando todo se desmoronaba. Mi otra mitad ahora no estaba. Se había ido y no iba a regresar jamás.
—¿Leía, estás segura que podrás? — Escuche el susurro de Venecia y la mire agachando un poco mi cabeza para disimular.
—Quiero hacerlo.
—Se qué quieres hacerlo, cariño, si no puedes seguir solo voltéanos a ver e iremos por ti. —Hanna me miro con tristeza y solo asentí.
Daría unas palabras frente a todos, Bella había organizado eso, que cada quien dijera algo sobre su hijo, Bill su padre había dicho unas al comienzo ya que su esposa no pudo hacerlo, Noah el mejor amigo de Nick habló sobre unos recuerdos que tuvieron juntos y por último hablaría yo.
No escribí nada como los demás, quería decir lo que saliera de mi en esos momentos, no habría nada más real que eso, sin ser planeado. Bella me miro haciendo la señal para que fuera al frente al lado del ataúd.