Me estaba empezando a gustar trabajar, desde que llegue en la mañana, me había mantenido bastante ocupada. Pero todo se fue abajo cuando acabe antes del almuerzo, no tenía nada que hacer, regrese a mi cubículo y mi mente dejo de estar en pausa y todo se empezó a reproducir.
Sentí un bajón, trate de pensar en otra cosa, pero todo volvía a él, una y otra vez y no podía pararlo, mis ojos se empezaron a poner rojos y sabía lo que sucedería, no quería llorar todos me verían raro en mi primer día.
Fui hasta el baño para lavar mi cara. — Vamos, Leia, no es momento. —Me dije en el espejo como si pudiera pararlo.
Escuché los tacones de alguien acercarse y corrí a esconderme, me senté en la tasa de baño y cerré la puerta.
Estando ahí deje salir todo mientras me tapaba la boca para que nadie se diera cuenta, desde el día de su muerte todo era lo mismo, si lograba distraerme lo suficiente no pasaba, pero cuando dejaba de hacer algo y me daba tiempo de dejar mi mente en blanco lo veía, todo lo que paso venia a mi mente y me derrumbaba.
Tomé mi tiempo, cuando estuve segura de que ya no había rastro de que había llorado, me prometí poner mi mejor cara y fui hasta mi cubículo por mi bolsa.
—¿Crees que pueda salir al almuerzo ya?, faltan 20 minutos, pero acabe antes, no me queda más que hacer. —Le dije a la morena alta frente a mí, Sabrina si no me equivocaba.
—Por supuesto, solo recuerda volver antes.
Me despedí de ella y salí del edificio a la velocidad que me dejaban mis tacones, cuando llegué a mi auto pude respirar de nuevo, podía ser yo misma ahí.
Fui hasta la cafetería donde habíamos quedado para almorzar, era a la que íbamos cuando acababan las clases, así que la conocía muy bien. Mientras conducía encendí el radio, estaba el Cd de siempre. Nick me lo había hecho en un aniversario, estaban todas las canciones que decía que le recordaban a mí, fui hasta la 15 The only exception de Paramore y subí el volumen mientras conducía.
Solo faltaba yo, cuando me estacione pude verlos desde la ventana, están los tres charlando. Entre a la cafetería y era como si fuera regresado el tiempo y estuviéramos saliendo de la universidad.
—Según yo, venia con 10 minutos de anticipación. —Saludé a cada uno y me senté al lado de Noah.
—No vienes tarde, de hecho, acabamos de llegar, no tenemos ni 5 minutos aquí. —Respondió Hanna.
Me lleno de orgullo verla ahí sentada con su filipina azul de doctor, el tiempo había pasado muy rápido y por parte de nosotros tres íbamos muy formales que era raro vernos así.
—¿Como les está yendo? —Todas nuestras vistas fueron a Noah cuando hablo, llevaba un traje gris muy elegante y su cabello está un poco largo.
—Muchas horas de trabajo, poco descanso. —Dijo Hanna pasando su mano por su cabello.
—Bien, pero no tengo paciencia cuando la gente no se decide por algo. —Esta vez fue Venecia la que hablo, parecía harta de todos, pero así era ella siempre.
Noah y yo volteamos a vernos, con su mirada supe que le había ido como yo. Le sonreí de lado y el hizo lo mismo.
—Podría ir mejor. —Me anime en hablar y Hanna tomo mi mano acariciándola.
—Estoy igual que Leia.
Mientras comíamos empezamos a hablar de recuerdos juntos, nos reímos y bromeamos sobre otras cosas, era como si de nuevo estuviéramos los cinco juntos, se sentía esa vibra, tal vez Nick estaba ahí. Viéndonos de nuevo juntos, como antes.
—Entonces, ¿nos hablaras sobre lo de Bella? —Agradecí internamente a Venecia por preguntar eso.
—Cierto, lo había olvidado por un segundo, me hablo diciéndome que encontró unas cosas en la habitación de Nick que seguro nosotros queríamos, la de San Mateo y fue por sus cosas de la habitación de la residencia y me dejo la caja en la universidad, fui por ella hoy.
—¿Te refieres que quito la habitación de Nick de su casa? —Dije frunciendo el ceño
—Oh, no, no, era cosas que nosotros le dimos, no todas, pero dijo que tal vez nosotros las queríamos como un recuerdo, voy por ellas. —Noah se levantó de la mesa y salió del local a su auto.
—Yo también pensé que había desocupado su habitación. —Hablo Venecia haciendo una expresión de extrañeza
—No sabremos si es verdad.
Noah apareció con una caja de cartón, dejándola en sus piernas, nos miro a las tres y apenas asentimos cuando Noah la abrió y observo lo que había adentro, lo primero que saco fue una pequeña caja tornasol con unos dibujos, la recordaba, Hanna se la había dado en un cumpleaños eran de una saga de películas que el y ella amaban.
—Esto es para ti, seguro están rayadas unas, las repetía cada vez que podía en las noches. —Noah le dio la caja a Hanna, ella la acepto con una sonrisa triste.
El ambiente se había tornado gris. Esperamos ansiosas ver qué otras cosas había en la caja, lo siguiente que saco fue un cuadro, era para mí, lo sabía. Noah no dijo nada, solo me lo dio y al ver la foto sonreí, éramos Nick y yo tirados en el césped de la universidad riéndonos, habíamos sacado fotos para que cada quien tuviera una en la habitación, ahora abría algo que poner en mi buro.