Especial de San Valentín
Zeck
Por las calles se miraban puestos de personas vendiendo osos de peluche, flores, globos, chocolates, cualquier cosa con forma de corazón y se miraban cientos de personas desesperadas comprando, los centros comerciales estaban llenos que ni siquiera se podía andar por ahí.
Esta no era una de mis fechas favoritas, tampoco soy de esas personas que odian el 14 de febrero solo por estar solteros, solo me parecía otra fecha más, pero era un día donde se respiraba amor.
—¿Por qué no decoraste el lobby como los otros edificios? —Sabia lo que iba a decir, pero solo tenía ganas de divertirme con su respuesta.
—Por que odio este día, solo es un pretexto para que tu pareja te folle en modo romántico. —Respondió tecleando en el computo.
Este hombre era un sabio de grande definitivamente quería ser como él.
—Eso no te lo voy a negar porque hay muchas personas que si lo hacen por eso, pero también es para celebrar la amistad y el amor que le tienes a ella, no sexualmente. —Respondí empezando a tocar la campanilla que tenía ahí, una y otra vez.
—Cada uno tiene sus ideas acerca de ese día, Zeck, eso es lo que pienso yo. —Me volteo a ver y me arranco la campanilla de la mano. —¿No tienes que ir a un sitio?
Sabia a donde se refería había veces que no podía pasar el día con él por estar allá y seguro eso lo ponía triste porque yo alegraba sus días, aunque diga que no.
—Hoy no.
—Lastima.
—Es el día de la amistad también y por eso estoy contigo. —Le dije bromeando, en ocasiones llegaba a enfadarlo demasiado.
—Mira quien viene llegando, corre ve con ella, anda, enfádala. —Con la vista Russell señaló a Leia que venía llegando, buscando sus llaves en su bolso.
Hoy llevaba una falda gris pegada pero no lo suficientemente corta como me gustaría, una camisa blanca y un tipo de chongo medio despeinado.
Me despedí de Russell con nuestro típico saludo militar y fui hasta la chica de ojos medio azulados.
—¿Hoy vas a salir con tu amigo de el otro día?
Ella me volteo a ver dándose cuenta de que estaba frente a ella y volvió a buscar sus llaves.
Siempre tan encantadora.
—No, no estamos saliendo. —Respondió encontrando sus llaves y empezó a subir las escaleras.
—¿Por qué todos piensan que este día es solo para parejas?, no sabes que se llama, día del amor y la AMISTAD. —Recalque mas la ultima palabra.
—Pues los amigos no suelen invitarte un 14 de febrero.
—En eso te equivocas.
—¿Por qué?
—Porque yo pensaba invitarte a comer, no en plan cita ni nada de eso, si no en plan amigos, seguro tienes mucho que no te distraes así y te vendría bien.
—No creo que sea lo mejor.
—¿Temes enamorarte de mí en esa cena? —Pregunte divertido.
—Serás idiota. —Casi cerraba la puerta de su departamento en mi cara, por suerte fui más rápido y alcance a poner mi pie para que no la cerrara.
—Hoy a las 8, vamos a cenar en un restaurante lindo.
—Dije que no, Zeck. — Ni siquiera me miraba a los ojos, solo miraba mi pie entre la puerta.
—Vendré a las 8, si no estas lista te sacare cargando como sea y te llevare a ese restaurante, tu decides si es a la fuerza o no.
—No te creo capaz.
—Soy capaz de muchas cosas.
Volteo para verme unos segundos y después asintió.
—Estaré lista.
Quite el pie de la puerta y deje que la cerrara, sabia que cuando le ofreciera ir a cenar se iba a negar, había pensado en dejarlo así y no insistir, pero algo dentro me dijo que intentara convencerla y al parecer salió mejor de lo pensado.
De camino a mi departamento pensé en lo que acababa de pasar, Leia tenia una personalidad que aun no descifraba, tampoco teníamos tanto conociéndonos, pero la primera vez que pude hablar con ella me di cuenta de que era una persona centrada en lo que quería y después de el encuentro en la azotea me di cuenta de que era de las chicas que sonreían y parecían felices por fuera cuando por dentro estaban destruidas, eso podríamos tener en común.
Cuando recién conoces a alguien puedes especular muchas cosas, por ejemplo, cuando la vi por primera vez pensé que era la típica hija de mama y papa que le compran todo, la hija que se quiere ir a vivir sola para "independizarse" y al mes regresan con sus padres, pensé que tenia la vida perfecta. Después la vi a los ojos y sabia que esos lindos ojos que tenía escondían algo, se le miraba que sufría y quería descubrir que era eso que la tenia tan mal.
Cuando me lo conto no pude ponerme en sus zapatos, pues nunca había perdido a una pareja, pero sabia lo que era perder a alguien importante para ti, sabía que se sentía un vacío profundo que no se llena con nada, sabía que recordar a esa persona era sufrir, sabia que era un proceso largo.
Cuando yo perdí a alguien nadie estuvo para mí, nadie me abrazo ni me dijo "estarás bien", nadie supo como me sentía, como era soñar todos los días con esa persona, nadie sabía que me quedaba esperándola, aunque sabía que jamás regresaría, perder a alguien es una de las peores cosas que te pueden pasar y lo único que quieres es que no te dejen solo porque tu mente puede ser tu peor enemigo.
Sabia que seguro este día para ella era complicado, por supuesto que lo seria, iba a recordar a su chico todo el jodido día y lo que pudieron a ver hecho, por eso quise invitarla a cenar, quería que se distrajera y no tuviera la mente en otras cosas, quería que recordara que aún hay motivos para estar feliz.
***
Opte por ponerme una camisa blanca que subí hasta mis codos y un pantalón negro junto con unos zapatos y peine mi cabello hacia atrás.
Cuando termine solo tuve que bajar a su piso, era a la primera chica que recogía que estaba tan cerca de mí.
Di tres toques en su puerta esperando que estuviera arreglada, no quería cargarla y caminar hasta el restaurante, llegaría exhausto.