Volver a amar

Capítulo 1: ¿ Qué puede salir mal?

Día de la boda de Alyssa y Damián :

Beatriz 

Camino entre los invitados viendo que todos estén a gusto y bien, no lo voy a negar, verlos casándose no me entristece, pero si me duele, no soy de piedra y tampoco soy masoquista, pero no quería dejarlos solos, lo único que siempre he querido es que Damián fuera feliz, con o sin mí, a fin de cuentas de eso se trata el amor¿verdad? de hacer feliz a quien amas cueste lo que cueste

— Creo que estás bebiendo mucho— la voz de Jace me impide llevarme la Copa a la boca, lo miro con mala cara, la cual se me borra al verlo tan elegante en ese traje negro, el detective no está nada mal

— No te importa— me encojo de hombros y dejó de mirarlo, no quiero más problemas, no pienso cometer los mismos errores, no pienso volver a amar y sé que Jace es un mujeriego de primera.

— ¿Cómo te sientes? — pregunta con seriedad y es el único que se ha dado cuenta de lo que en verdad siento por Damián 

— Feliz — él suelta una carcajada y vuelvo a mirarlo— no dije nada gracioso

— En realidad si, nadie es feliz cuando ve a la persona que ama casándose con alguien más 

— Entonces no sabes lo que es el amor verdadero Jace

— Si lo sé— su mirada se oscurece, el detective siempre ha sido un misterio para mí, él sabe todo sobre mi vida, pero yo no sé nada de él, solo su nombre, ¿será real? 

— Bueno en fin, no me interesa su vida— miento y me encojo de hombros— iré a ver si la novia esta lista— me alejo de él, pero puedo sentir su intensa mirada en mi espalda, entró a la mansión y voy hacia la habitación donde Alyssa debe estar preparándose, pero al entrar encuentro esta vacía, frunzo el ceño y salgo de ahí 

— Tía Bea— volteo al escuchar a Samy que viene hacia mi

— Hola cariño, sabes donde esta Alyssa? 

— Mamá esta — ella sonríe pícara y siento que algo no va bien— con Damián 

— Diablos! — chillo— estos dos! ya es hora de que estén abajo y no revolc— me callo al darme cuenta de que Samy sigue mirándome — busquémoslos— comienzo a caminar

— Tía — me detengo y miro a Samy— ellos no están, se fueron 

— Como que se fueron corazón? — me acerco a la niña 

— se fugaron — ella comienza a reír — no habrá boda— continúa riendo y yo solo quiero irme bien lejos

— Bromeas Samantha? Dime que bromeas porque allá abajo hay más de 200 personas entre ellos periodistas 

— No es broma Tía, yo misma vi cuando se fueron, estaban felices

— felices? feliz estaré yo en su funeral—tomó mi teléfono y le marcó a Alyssa, cuando pienso que ya no va a responder lo hace

— Bea— se escucha feliz, yo cierro mis ojos

— Donde estás Lisa? Donde están? están locos? vuelvan ya— les digo pero solo escuchó risas

— Bea seguro Samy ya te explicó todo

— Joder Alyssa, hay más de 200 invitados y están desesperados 

—Que empiece la fiesta Bea— escucho a Damián, sonrió al escucharlo feliz, pero luego se me pasa

— Y que les digo? ambos están mal de la cabeza

—Diles que los novios han escapado, nos vemos en dos meses querida

— Son unos inconscientes  y... ¡Alyssa! ... ¿Lisa? — maldigo, me han colgado, miro el móvil con rabia y ahora que? Llevo meses preparando la boda perfecta, el vestido ideal y para nada

— Bueno, están felices — Samy me mira sin dejar de sonreír 

— Tu sabías — la señalo con el dedo— te castigaré por dos meses muchachita

— Que? no— se queja ella y comienzo a caminar hacia la salida, debo enfrentar a 200 invitados

— Estás nerviosa, ¿qué pasó? — que bien me conoce el desgraciado 

— Los novios se fueron — murmuro y Jace ríe

— Bea, donde están Damián y Lisa? — Darío llega hasta donde estoy

— han escapado

— Que? los invitados están

— ahora mismo lo arreglo — camino por todo el pasillo echo con pétalos de Rosas hasta llegar al altar, tomó un micrófono y al verme todos se callan y me miran, joder! odio hablar en público 

— Queridos invitados — sonrió forzada, miro a Jace que ríe — bueno... sé que hoy están aquí por una fiesta — río nerviosa — ¡y habrá fiesta! — exclamo y todos aplauden, algunos chiflan

— Y la boda? —pregunta el encargado de realizar la boda

— Señor disfrute la fiesta y beba mucho—son mis palabras y me alejo de él, doy órdenes para que pongan la música y repartan bebidas, haré una fiesta, claro que si, ¿qué puede salir mal? 

— Beatriz — mi nombre lo escucho lejano y bebo otro trago— Bea estás ebria, deja de beber

— No sea aguafiestas detective— lo empujó y me pongo de pie, miro a mi alrededor las personas bailan y beben y yo sí, he tomado demasiado

— Ya no puedes ni caminar — comenta este cuando me sujeto de su camisa

— Deberías beber más — acerco el vaso del que tomaba a sus labios, él lo coge en sus manos y se lo bebe

— Beberé contigo si prometes dejarte llevar — susurra cerca de mi odio haciendo que toda mi piel se erice

— Jace estoy borracha, el hombre al que amo está disfrutando de la mujer que ama en no sé donde, perdí un embarazo cuando lo que más quería era ser madre, tengo 30 años y mis padres me han rechazado — miro sus ojos — así que si, hoy me dejaré llevar y haré todo lo que me da la gana— no sé lo que estoy diciendo, ya que no lo pienso pero Jace sonríe

— Que viva la vida — acerca su boca a la mía — ambos ahora nos vamos a emborrachar Bea— roza mis labios con los suyos y soy yo quien comienza a besarlo cuando no aguanto más.. Es una fiesta, ambos hemos bebido demasiado y ambos nos deseamos ¿Qué puede salir mal? 

***
Abro los ojos, la cabeza me quiere explotar del dolor y siento como si un camión me hubiese pasado por encima, miro a mi lado y abro los ojos como platos al ver a Jace acostado ahí, completamente desnudo, Dios mío, está desnudo y destapado, recorro su cuerpo con mi mirada, no soy ciega  y el detective está buenísimo 

— Apreciando lo que disfrutaste ayer? — miro sus ojos que ahora me miran

— ¿ Qué pasó ayer? — me levanto de la cama llevándome la sabana conmigo, ya que también estoy desnuda 

— No te hagas Bea, sé que lo recuerdas — él se sienta en la cama, yo intento recordar, juro que si, pero pocas cosas vienen a mi mente, mucha bebida, una piscina, un taxi, besos, más besos, yo pegada a una pared, yo en el suelo, yo en ¿ Qué he hecho? 

— Solo recuerdo pocas cosas — murmuro mirando sus ojos, evitando su cuerpo 

— Me pasa igual, pero sí que recuerdo — él se levanta y se acerca a mí— lo bien que gritabas anoche entre mis brazos — me acerca a su cuerpo 

— Donde estamos? — lo ignoro y miro el lugar donde nos encontramos, no estoy en la mansión, ni en mi casa, Jace también mira todo y abre los ojos sorprendiéndose del lugar

— es mi casa— expresa más que asombrado, al parecer tampoco recuerda mucho lo que pasó ayer

— Cómo llegamos hasta aquí? — miro la habitación — que pasó ayer? Dios! Samy— me preocupo, corro en busca de mi teléfono y marco a Darío

— dime que Samy esta contigo — son mis palabras cuando responde

— Si Bea, la verdad no sé cómo Damián te deja a la niña, eres una irresponsable

— Discúlpame Darío, lo siento, de verdad, Samy está bien? 

— La saqué de la fiesta que armaste no te preocupes, madura Bea, tienes 30— me recuerda y cuelga, miro a Jace que aún sigue desnudo

— No piensas vestirte? 

— Que ducha de lujo— ambos miramos hacia Anastasia, la mejor amiga de Lisa, cuando sale del baño sonriendo— felicidades Jace, ahí uno sí que se relaja

— Tu que haces aquí? — pregunta Jace que enseguida se cubre con una camisa

— No te tapes, ya vi todo— y ahora si quiero saber todo lo que pasó ayer

— Ana dime que no— me acerco a ella— dime que nosotros tres no— me callo, ella me mira confundida, luego suelta una carcajada

— Que? No, no me gusta Jace— suelta sin dejar de reír — yo solo era la testigo

—¿testigo? — ambos preguntamos al unísono

— ¿No recuerdan? — yo niego con la cabeza— bueno... ¡joder! ustedes estaban peor que yo entonces, aunque la verdad tampoco recuerdo por que amanecí desnuda en el suelo 

— ¿Recordar que? — ignoro la última parte porque no quiero  ni imaginar lo que pasó entre los tres 

— Deberías buscar tu teléfono Bea y mirarlo, grabaste muchas cosas, creo que lo dejaste en la cocina— yo corro hacia la puerta y salgo de la habitación aún con la sabana envuelta en mi cuerpo pero necesito saber, doy vueltas por la enorme y lujosa casa de Jace buscando la dichosa cocina

—¿ dónde está la cocina? — pregunto a una empleada que del shock solo me señala hacia el lugar y voy hacia ahí, encima de una mesa encuentro mi móvil, lo abro y comienzo a buscar todo, lo que veo ahí me deja con la boca seca y un nudo en la garganta, no sabía que se podían hacer tantas tonterías en un día mientras uno está ebrio

— ¿Tú quien eres? — miro hacia la puerta de la cocina al escuchar esa voz, ahí de pie, hay un niño pequeño con el cabello rubio que me mira curioso

— Yo soy... soy una amiga— es mi respuesta, el pequeño me escanea de pies a cabeza— ¿tú qué haces aquí? 

— vivo aquí — responde sonriendo 

— Bea— Jace llega hasta donde estamos y mira al niño, al pequeño se le ilumina la mirada al verlo

— Hola papá, te extrañaba— el niño lo abraza, ¿papá? Jace tiene un hijo? ¿Y la madre del niño? 

— ¿Tienes un hijo? — pregunto sin dejar de observar la escena, el niño abraza a Jace, pero este ni lo mira, yo solo pasó por su lado y salgo de la cocina, llegó hasta un salón y veo fotos por todos lados del pequeño y también hay una foto que llama mi atención, es una mujer embarazada y a su lado está Jace

— Bea— miro a Jace que me ha seguido

— Tienes una familia— murmuro sin dejar de mirar la foto— una esposa...un hijo— ahora me siento hasta mareada y con asco— eres un desgraciado

— ¿Una esposa? — Ana llega hasta donde estamos— pero si yo fui testigo ayer cuando ustedes se casaron — agrega recordando lo que vi en mi móvil y Jace maldice en voz alta.



#1614 en Novela romántica
#162 en Thriller
#75 en Misterio

En el texto hay: secretos, amor, niño

Editado: 18.05.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.