Volver a amar: Josephine

CAPÍTULO 12

CAPÍTULO 12: Buenas noticias

Ese fin de semana hicimos noche de películas en casa de mamá. La idea era que ella no saliera de casa para que no tomara frío, ya que aún las noches estaban frescas. Tenía un turno con el médico la semana siguiente, así que todavía estábamos expectantes por su salud.

Ella quiso invitar a Dorian, siempre y cuando soportara una película infantil hasta que Min se durmiera. Y luego veríamos una para mayores.

La invitación incluía la cena, por lo que mamá se esmeró en hacer una comida especial ya que teníamos un invitado tan distinguido. Eligió preparar un salteado de cerdo con verduras y salsa de ostras y soja, habiéndole preguntado previamente a Dorian si le gustaba la carne de cerdo.

Él, que había aceptado encantado, apareció a las siete de la tarde con un vino Chardonnay, muy agradecido por la invitación.

Pasamos una noche hermosa. Min estaba feliz y muy conversadora con Dorian. Mamá y él también hablaron mucho. Me daba cuenta de que mi madre hacía las preguntas correctas como para conocer más en profundidad a mi amigo, teniendo especial cuidado en no tocar el tema tan sensible de su familia.

* * *

El miércoles acompañé a mamá al médico. El resultado fue que estaba perfecta, la medicación estaba resultando bien y, si seguía con los cuidados recomendados, le esperaba una vida larga.

Las noticias no podían ser mejores. Para celebrar decidimos almorzar fuera, por lo que fuimos directo a buscar a Min al jardín y elegimos un restaurante de nuestro agrado, sin pensar en los costos. La buena nueva valía la pena.

* * *

A la noche, cuando le conté a Dorian, se puso muy contento y quiso pasar a saludar a mi madre para hacerle saber que estaba encantado con la noticia.

Luego nos acompañó a Min y a mí hasta nuestra casa, y antes de despedirse, dijo:

—Ya que tu madre se encuentra bien, ¿quieres que cenemos fuera el sábado?

—Me encantaría.

—Puedes traer a Min.

Mi niña, que escuchaba atentamente nuestra conversación, se puso felicísima, por lo que estiró los bracitos para abrazar a Dorian y lo besó en la cara.

—Gacias Dodian.

La felicidad de él ante ese gesto era indescriptible. Sus ojos brillaron. Estaba obviamente emocionado, por lo que nos despedimos enseguida.

* * *

El resto de la semana, hasta el sábado, pasó con una lentitud desesperante.

Pensaba aprovechar esa cena para saber más de esos asuntos de los que él nunca hablaba, por lo que debía esperar el momento adecuado en que Min no pudiera oírnos.

Pero parecía que el sábado nunca llegaba.




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