Volver a creer. #1

Capítulo 7.

Capítulo 7.
 

 

 

Mi supuesto mejor amigo comenzó a carcajearse al relatarle lo ocurrido.

— ¿Pero tú estás tonta, Angie? —Pregunta entre risas—, ¿Cómo vas a ir por el regalo de tu cuñada? Debes admitir que fue tu culpa.

Me cruce de brazos mientras soltaba un bufido, odio que me llamen Angie. Ethan lo hace a veces porque segun él soy identica a mi madre Angela.

—Lo sé, pero es que el pendiente estaba allí y pensé que el tiempo me iba a alcanzar.

No quería admitir que era mi culpa pero lo era.

—Tú naciste tonta —Niega con la cabeza—, Karina es una perra mimada, de seguro ni se dio cuenta de que ustedes no asistieron.

Lo mire mal.

—Sé que es algo pesada —Murmure dándole la razón—, pero quiero llevarme mejor con ella, algún día será la tía de mis hijos.

Él hace una mueca graciosa.

—Yo no la quiero ni de vecina —Oculto mi sonrisa—, es una perra, vamos admítelo.

Niego con la cabeza divertida. Me percato de que falta diez minutos para que termine la hora del almuerzo así que me levanto y tomo mi cartera. Ethan se burla de mi intento de llegar temprano al trabajo, no quiero meter nuevamente la pata, eso sería sin duda un gran problema con Cayden. Mientras vamos al trabajo no puedo evitar pensar en que mi jefe no es la misma persona de anoche, esa persona solo fue alguien amable salvando a una chica en apuros. Cayden Harrison en realidad es sólo mi jefe, una persona amargada que piensa en el trabajo como forma de vida, el señor perfección.

Yo soy totalmente lo contrario así que dudo que nos llevemos bien, por lo que puedo ver es un hombre pulcro el cual llega a hora, es ordenado y es todo lo que yo no soy. Una mujer completamente desordenada, nunca puedo llegar temprano a un evento o al trabajo, no soy una amargada en realidad soy demasiado divertida, de acuerdo no, pero por lo menos no soy una amargada ¿no?

—Vi a tu jefe cuando salió por su desayuno —Se mordió el labios. No pude evitar reír, este ya no tiene remedio—, por dios esa espalda no puede ser real, quiero comérmelo enterito.

Entramos a la Empresa y le digo que cierre la boca, miro nuevamente la hora y falta cuatro minutos por lo que me apuro para llegar al ascensor, este parece no funcionar y me alarmo, pero por suerte comienza a subir. Cuando me siento en mi escritorio llego justo a tiempo ya que el Señor Harrison sale a comprobar si estoy en mi puesto. Sonreí y él solo camino hasta mi escritorio.

—Mire, Cindy pudo haberle dicho que puede elegir el diseño de la nueva campaña —Su voz suena seria, así que me tenso en mi lugar—, pero si el diseño me parece, infantil, patético o fuera de lugar no dudaré en cambiarlo.

Tomo la mejor actitud seria y hablo.

—Voy a demostrarle que no soy tan tonta como usted creé, no sé porque se la está tomando conmigo pero debo decirle que sé tomarme mi trabajo con profesionalidad, Señor Harrison —Él frunce el ceño—, no voy a ni siquiera pensar en hacer algo que perjudique a la Empresa de ninguna manera.

Él asiente, parece conforme con mi respuesta.

—Eso espero.

Piensa en dar media vuelta pero lo detengo.

—Señor Harrison —Él se detiene y me mira—, perdón por tardar hoy, fue mi culpa el demorarme tanto y en verdad lo siento, pero hoy no puedo quedarme hasta más tarde —Intento hacer mi mejor carita de cordero—, como usted sabe me intentaron asaltar ayer. Yo debía ir a una cena de cumpleaños importante pero no pude asistir y hoy debo ir a disculparme con esa persona.

—Raizel…

—Sé que no merezco salir a hora pero de verdad debo ir.

—Tienes permi…

—Le juro que nunca vuelvo a confundirme con su desayuno —Me levanto como un resorte, eso parece asustarlo—, pagaré su desayuno por una semana… ¡Espera ya sé! Aunque me parece una misión imposible prometo no volver a llegar tarde.

Creo que veo un amago de sonrisa pero sólo es eso, un amago.

—Está bien, Raizel —Suelto un suspiro y vuelvo a sentarme—, lamento mi comportamiento osco pero no quería que pensaras que soy su amigo en el trabajo.

— ¿Era eso? —Pregunto confundida— ¿Por eso se comportaba como un amarga… digo como una persona seria?

Asiente.

—Soy un profesional ante todo.

—Pero igual puedes ser mi amigo —No sé porque pero en verdad quiero conocerlo—, podemos seguir tratándonos así en el trabajo ya sabes… tú regañándome por todo y yo maldiciendo a tus espaldas, conste que todo eso ha pasado en un día.

Otra vez ese amago.

—No lo sé, no tengo muchos amigos.

— ¡Pues debe considerarme una! —Exclamo emocionada, no puedo creer que hace unos minutos lo odiaba, pero por favor, ¿Cómo odiar a la persona que salvó mi vida? —, ¿O debo confirmar tu amistad con tu asistente? Porque si es así no tengo ningún problema.

—Espero no arrepentirme de esto —Comienzo a sonreír—, pero creo que una amiga no  me vendría mal.

— ¡Sabía que no podías ser tan serio! Debo admitir que te odie unas horas pero tranquilo ahora eres mi amigo —Hago una mueca—, retiro todo lo malo que dije de ti anteriormente.

— ¿Tanto llegaste a odiarme en unas horas?

—Mm, en realidad sí —Sonrío—, pero soy algo rara así que no se lo tome personal.

—De acuerdo.

Él hace otro amago para irse pero yo continúo con mi parloteo.

—Odio que me discutan, no lo tolero creo que por eso me moleste con usted —Arrugo el ceño—, debería tener mi propia Empresa y ser mi propia jefa, eso estaría genial.

Él me mira confundido.

—Pero la mía no se sí iría de tecnología como que no me va este royo —Él va a hablar pero continuo—, una Empresa de aerolíneas… oh sí, ya me vi…

—Raizel…

—No tengo el dinero para eso así que no debería soñar tan alto pero me es imposible.

Me imagino con mi propia empresa, teniendo un departamento lujoso, un automóvil y lo demás que siempre he querido de pequeña. Desde niña he tenido expectativas altas, y eso no ha cambiado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.