Volver a creer. #1

Capítulo 10.

Capítulo 10.

 

 

Trago saliva y por inercia doy un paso atrás chocando contra el cuerpo de Cayden, el cual me sostiene de la cintura para que no me caiga pero eso solo provoca que mi novio dé un paso hacia el frente visiblemente cabreado.

— ¿Qué demonios es esto Raizel?

Siento los brazos de mi jefe tensarse por lo cual me alejo de él colocándome a su lado.

—Lo siento Raizel, este cavernícola no entiende que no puede subir sin permiso.

Le hago un gesto a Ethan para que no se meta en el asunto.

—No comiences a malinterpretar las cosas —Murmuro tranquilamente, yo no estoy haciendo nada malo—, lo mejor es que te calmes…

— ¿Qué me calme? Joder este tipo te estaba tocando —Señala a Cayden, dios mío que esto no me deje sin empleo—, y tú te quedaste quietecita permitiéndoselo.

—Estaba cansada y me dolía el cuello solo me estaba revisando —Digo enojada, no puedo creer que me venga a plantar una escena en mi trabajo, gracias a Dios nadie se encuentra en la planta baja aparte de nosotros.

Él se ríe de manera sarcástica.

—Para eso están los Doctores —Dice entre dientes—, te prohíbo que te acerques a él nuevamente.

Casi exploto en una carcajada.

— ¿Qué demonios pasa contigo? —Pregunto está vez yo—, ni mi madre me prohíbe nada, mucho menos lo vas a hacer tu Keith.

Cayden y Ethan observan nuestra discusión con la boca cerrada, creo que somos un espectáculo digno de admirar.

Keith da un paso hacia mí y me toma del brazo en un movimiento demasiado brusco el cual no esperaba hago una mueca por el dolor. Cayden que no parecía querer meterse en esto lo hace al empujar a mi novio el cual me suelta.

—No la toques —Su voz suena seria, es la única voz que puedo decir que la caracteriza—, creo que no te enseñaron como tratar a una dama.

Ethan tiene la boca abierta y yo estoy igual de sorprendida, mi corazón comienza a latir mucho más fuerte al ver que a Keith no le gustó para nada lo que hizo Cayden.

— ¿Quién mierda te crees para meterte en esto? —Keith se coloca frente a Cayden lo cual me pone alerta—, Raizel es mi novia idiota, así que aléjate de ella —Enfatiza el “mi” lo cual me sorprende ya que él nunca fue posesivo—. Raizel ven aquí ahora.

Realmente todo esto me está haciendo alucinar.

—Keith no soy tu maldito perro —Dije y él me miró mal, pero no tanto como lo hacía yo—, no, no voy a ir contigo a ninguna parte.

— ¿Prefieres quedarte con él?

— ¡Ya basta! Deja esa actitud de novio celoso Keith, no te va —Me cruzo de brazos—, tú fuiste el idiota que no me quiso atender las llamadas y que se terminó molestando conmigo. Pues adivina, ahora soy yo la que está molesta y luego de este espectáculo estoy furiosa.

—Raizel…

—Nada de Raizel —Mi voz se eleva cada vez más—, si no quieres cagar esto aún más vete de aquí.

Niega con la cabeza.

—Ya escuchaste a Raizel, sales por las buenas o llamo a los de seguridad para que te enseñen el camino.

Cayden tenía el poder y eso parecía divertirlo aún más ya que Keith tenía los puños apretados, me mira intentando descubrir mi humor.

—Está noche hablaremos tu y yo —Dicho esto pego media vuelta para salir de la Empresa.

Sentía un nudo en mi garganta avisándome que en cualquier momento me echaría a llorar.

— ¿Soy solo yo o esto se puso denso? —Fulmino con la mirada a mi mejor amigo—. De acuerdo, yo me voy a almorzar.

Se retira lo cual agradezco, llevo una de mis manos hasta mi cabello incapaz de analizar esta discusión.

¿Qué nos está pasando?

— ¿Te encuentras bien? —Levanto la mirada encontrándome con el rostro preocupado de mi jefe.

Niego con la cabeza, mis ojos pican y mis labios forman un puchero.

—Nosotros… nunca… peleamos así —Trago saliva—, él…

Cayden suspira y se acerca para abrazarme, me sorprende aquel gesto de consolación y me parece tan adorable de parte de un hombre tan duro y frío como él por lo que termino sollozando. Escondo mi cabeza en su pecho intentando tranquilizarme, él acaricia mi cabello de manera lenta, eso sí que me tranquiliza y trato de parar con el llanto.  Me alejo y sorbo mi nariz de una manera nada adecuada para una dama.

—Lo siento, es que Keith es un idiota y nunca antes me había tratado así —Suelto un suspiro—, me cabrea pero a la vez me hace sentir fatal.

Niega con la cabeza.

—No te disculpes por nada, tu novio no me causo una buena impresión.

Quiero rodar los ojos pero me contengo.

—Te llevarás bien con Ethan, ambos opinan lo mismo —Digo mientras seco mi rostro con mis manos—, puede ser un idiota pero lo quiero.

— ¿Quieres seguir yendo a almorzar? Entendería si quisieras…

— ¿Qué? Claro que iremos —Digo rápidamente—, te prometí una buena pizza y eso tendrás.

Sonríe sin mostrar su blanca dentadura haciendo un ademán para que continuara caminando lo cual hago.

Cuando llegamos a la pizzería el lugar le gustó mucho, para ser franca su rostro se veía más relajado en estos momentos.

—No bromeabas, está pizza es una delicia.

Sonreí.

—Te lo dije, una vez que pruebas una pizza de aquí… las demás no le harán competencia a esta.

Hablar con Cayden se estaba volviendo más sencillo, creo que en este tiempo él estaba aceptando que era su amiga y que no se podrá deshacer de mí tan fácilmente.

 — ¿Y jefe como es que no tienes una chica? —Mi pregunta lo toma por sorpresa haciendo que casi escupa su trozo de pizza. Se aclara la garganta pero se mantiene en silencio—. Perdón si es que esto fue una pregunta indiscreta —Siento que metí la pata—, no debes responder si no quieres.

—No pensaba hacerlo.

Frunzo el ceño.

—Bueno, ahora sí quiero saber.

—Rose… solo olvídalo.

—Oh vamos Cayden, es solo una simple pregunta.

Por primera vez lo veo nervioso, parece que sus manos le tiemblan por sobre la mesa por lo cual no tardo en poner mi mano sobre la suya.




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