Volver a creer. #1

Capítulo 15.

Capítulo 15.

 

Luego de buscar exhaustivamente a la próxima cita de mi jefe me dirigí a mi casa. Ya es jueves, lo que significa que mañana la cita se llevará a cabo, está vez me detuve a mirar todo y encontré a una chica que me pareció encajar con algunas cosas.

Lo principal es rubia y de ojos azules, según su descripción le gusta pasar el rato libre leyendo libros y es tímida.

¡Vamos! Creo que está vez si he acertado.

Trabaja en un biblioteca y pregunte primeramente su edad para que no sucediera lo mismo que la otra vez, le gustan los números y de seguro a Cayden también, o eso espero.

Entro al patio de mi casa y me sorprendo al encontrar a mi madre afuera con Cat, están cerca de su casita y acelero el paso, mi mamá levanta la vista al sentirme.

—Hola cielo —Dice cuando me acerco pero mi mirada baja en donde se encuentra mi perra acostada—, tuve que llamar al veterinario, no ha comido nada desde ayer y ni siquiera se ha levantado de allí.

Frunzo el ceño y me pongo de rodillas junto a Cat, al verme abre sus ojos pero los vuelve a cerrar mientras intenta acurrucarse junto a mí.

Mi corazón se parte al encontrarla así.

— ¿Qué te dijeron sobre ella? —Acaricio se cabeza preocupada.

—Es debido a su edad —Levanto la mirada en su dirección—, ella se está volviendo vieja cariño y bueno según él en cualquier momento puede mo…

—Ni te atrevas a decirlo —Digo con un nudo en la garganta—, a mi bebé no le va pasar nada.

La atraigo más contra mí y comienzo a mecerme, no, esto no puede estar pasando.

—Cielo…

— ¿Crees que esto está pasando porque ya no la saco a correr?

—No, no es tu culpa en realidad creo que ella te agradece que ya no la obligaras a caminar contigo.

Abro los ojos alarmada.

—Eso significa que la explote con tanta caminata y ahora se está poniendo mal por mi culpa.

—Raizel —Dice suspirando—, no es tu culpa, es su edad.

Niego con la cabeza y le extiendo mi cartera a mi madre.

— ¿Puedes meterla adentro? Yo me quedaré con Cat.

Ella asiente y se va adentro.

Acaricio todo su cuerpo mientras ella duerme. Ahora que me doy cuenta puedo ver que su pelaje tiene un leve color blanquecino por la edad y hago un puchero al notar que mi bebé está envejeciendo. Luego de unos minutos escucho la puerta que da al patio abrirse, miró para ver de quien se trata y veo a mi novio mirarme con el ceño fruncido.

— ¿Qué haces aquí con el perro?

—Cat, se llama Cat —Digo con cansancio—, está malita y la acompaño.

Él rueda los ojos.

—De seguro no es nada grave y exageras.

No digo nada y sigo acariciando a mi perro, no quiero pelear ahora.

—Voy a tener que ir a una excursión con los estudiantes del colegio —Dice de pronto.

— ¿Qué? Tú nunca sueles ir.

—Eso era en el otro colegio Raizel, en este me pidieron ser el profesor que los acompaña.

Ah, el nuevo colegio ¿Cómo olvidar eso? Todavía recuerdo que el día que nos dijo la noticia yo pensaba que me iba a proponer matrimonio.

— ¿Cuándo?

—Pues salimos el domingo por la madrugada y volvemos el miércoles.

Abro la boca sorprendida.

— ¿Hablas en serio? ¿Tanto tiempo?

—Sí, por eso vengo a contártelo, me quedaré este tiempo contigo para que no me extrañes tanto.

Ruedo los ojos.

—No voy a extrañarte —Digo en broma.

—Como digas —Se agacha para besar mi frente e intenta levantarme.

—Vamos adentro —Murmura—, tu perra estará bien.

Algo dudosa asiento y beso su frente, la arropo con las sabanas y con un poco de esfuerzo la meto dentro de su casita de madera. Al entrar bromeamos sobre lo mucho que no voy a extrañarlo, lo que Keith no sabe es que algunas palabras eran ciertas y  que alejarme de él no me afectaba tanto como debería.

***

Imprimo algunos papeles que debo presentarle a Cayden para la próxima reunión. Al final tuvimos que posponer la cita por culpa de esta reunión que se presentó sin previo aviso, tomo los papeles entre mis manos y me acerco a mi escritorio para ordenarlos y colocarlos en las carpetas correspondientes.

La cita paso para el domingo por la noche, y ese no fue el único problema ya que el lugar ya se encuentra lleno yo no voy a tener una propia mesa, quise hacerle entender eso a Cayden pero él se negó a que yo no estuviese presente así que yo iba a estar en la mesa con ellos. Así como lo leen.

Iba a ser la tercera rueda en una mesa.

Cayden se acerca junto a mí y yo le extiendo las carpetas mientras tomo mi libreta.

—Debemos irnos ahora —Digo caminando rumbo hacia el ascensor—, llegaste justo a tiempo porque iba ir a llamarte.

Nos adentramos al ascensor y aprieto los botones que nos llevaran a la sala de Reuniones.

—Soy puntual.

Al enterarse que debía suspender nuestros planes por esta reunión su semblante se transformó y volvió el señor seriedad.

— ¿Estás de ese humor porque pospusimos tu cita?

— ¿Cómo adivinaste? —Pregunta con un sarcasmo notable—. Lo que pasa es que deberé soportar a ese idiota en una reunión que ni yo mismo he planeado.

Habla sobre Jefferson, empresario el cual siempre ha querido comprar la Empresa inclusive cuando está prácticamente estuvo en bancarrota.  Es un señor de unos cuarenta que es muy molesto, recuerdo que cuando Cindy era mi jefa él me molestaba bastante a decir verdad.

Al llegar a la sala ambos vemos con incredulidad a Jefferson y su asistente. Se nota que llegaron temprano, demasiado ya que todavía no es la hora de la reunión. Cayden rápidamente cambia su rostro y me hace un ademan para que nos sentemos.

Mi jefe está en la punta, mientras yo estoy sentada a su izquierda y Jeff a su derecha junto con su asistente.

—Harrison, un placer volver a vernos —Habla y luego dirige su mirada hacía mi—, oh pero que sorpresa lindura, si no me equivoco eres Raizel ¿no es así?




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