Volver a creer. #1

Capítulo 29.

Capítulo 29.

 

Me siento tan mal, me falta el aire y solo quiero seguir llorando. Esther me mira preocupada con sus ojos azules, son tan hermosos como los de su hermanos del cual no quiero saber nada ahora. Me duele que no me haya hecho recordar nada de ayer y pensará que la mejor solución era olvidarlo. Porque de esa forma lo tome yo.

—Quiero matarlo —Dice ella, toma un sorbo de su té—, es un idiota, no me importa que sea mi hermano pero la cago está vez.

—No me imaginaba que él… —Las palabras pierden fuerza y quiero volver a llorar.

—No puedo verte así Raizel, ten por seguro de que mi madre se enterara de esto y no importa cuántos años tenga Cayden, de su regaño nadie se salva.

Sonrío débilmente.

—Eres muy buena conmigo —Murmuro.

Me siento mal con ella ya que Cayden y yo no somos novio reales, todo fue una farsa y ella cree que tengo derecho para sentirme como la mierda o mandarlo a la mierda pero no es así, yo no puedo decir nada porque no somos nada y eso es lo que más me duele.

—Claro que sí, me agradas y no sabes cuantos me alegró el que tú seas su novia, bueno, el que mi hermano tenga novia —Ella suelta un suspiro—, luego de Ger él se fue… no la recuerdo a ella muy bien, estaba demasiado chica y solo tengo algunos recuerdos dulces de ella pero lo único que no se me va olvidar es lo feliz que hizo a mi hermano. Y ahora que ya soy mayor… y al fin vuelvo a verlo así de feliz, él hace esto, no tiene sentido.

Me encojo de hombros. No tengo nada que decir, solo que en estos momentos quiero ir a mi casa y dormir todo lo que resta del día para poder pensar con claridad.

—Debo ir a mi casa…

—Tranquila, yo te llevo —Dice sacando las llaves de su auto—, hoy tengo el día libre así que un poco de helado y unas películas románticas suenan bien para mí.

Me sorprendía el hecho de que ella quería que pasáramos tiempo juntas, me parecía un gesto muy dulce, pero no podía dejar de pensar que eso no era lo que quería pero al final accedí. Compramos un tarro de helado y una película para verla en mi casa, cuando llegamos me alegre al saber que no estaba mi madre ni mi padre, Dylan estaría arriba ya que hoy no fue al colegio así que podíamos ver la película tranquilas y sin interrupciones de nadie.

—Nunca pude ver está película —Digo viendo a la chica con cáncer—, cuando iba verla Keith… digo un amigo me dijo que era muy de niña.

Ella se ríe pero presta atención.

—En realidad es una historia de amor muy triste, es basada en un libro del escritor John Green —Me sonríe—, es muy triste es algo vieja ya la he visto mil veces y siempre termino llorando.

—Oh —Digo llevando una cucharada a mi boca—, yo no leo libros desde que termine el colegio… en la Universidad tuve mucho trabajo y bueno ya no tenía el tiempo para leer y ahora ya no lo siento necesario como antes.

—A mí me gusta, además con una buena taza de café es estar como en el mismísimo cielo.

Unos acordes de guitarra nos hacen pausar la película, sin duda es mi hermano pero ella se ve realmente interesada.

— ¿Quién toca así de bien?

—Mi hermano menor, también canta —Digo encogiéndome—, tiene diecisiete y no fue al colegio hoy.

—Es lo que estaba buscando.

Ladeo la cabeza.

— ¿Qué?

Ella se pone de pie de golpe y sonríe.

—Imagínate un cantante de diecisiete años, apuesto y con ese talento con la guitarra. Las chicas de su edad lo amarían.

Siempre tuve fe en que mi hermano fuese un guitarrista de una banda, pero… ¿Solista? Eso sí que no me lo esperaba.

— ¿Quieres representarlo?

—Todavía no lo sé…

— ¿Cómo sabes qué es guapo? Podría ser un ogro.

—Por dios, tú eres hermosa de seguro tu hermano también.

Me sonrojo, que alguien tan hermosa como ella me diga eso se siente bien.

—Gracias, si quieres subimos arriba pero él es un gruñón te lo advierto.

—Tranquila, quiero ver a mi próxima estrella.

Ruedo los ojos divertida, no es por nada pero no creo que mi hermano acepte esto. Tal vez sí ella le preguntaba esto hace un año atrás aceptaría pero ahora él está muy cambiado. Casi ni lo reconozco.

La llevo escaleras arriba donde los acordes se oyen mejor, es una música de una banda… o eso creo me parece familiar. Esther tiene una gran sonrisa y se la ve emocionada.

Golpeó la puerta de mi hermano y el sonido para.

— ¿Quién? —Pregunta de mala manera.

Antes de que pueda responder la puerta se abre de golpe dejándome ver a mi hermano con el cabello completamente desarreglado y sus ojos rojos, no tiene una camiseta puesta y eso me hace pensar en que no es un buen momento para presentarle a Esther pero como que ya es algo tarde.

Él me mira con el ceño fruncido y me mira, luego su vista viaja a mi lado y frunce el ceño aún más. Como dije anteriormente, mi hermano ni siquiera tiene la mayoría de edad y es más grande que Esther y yo, y se supone que nosotras somos las mayores.

—Quiero presentarte a alguien —Digo carraspeando—, ella es Esther Harrison, es representante y…

—Esto funcionara —Dice de la nada ella y mi hermano y yo la miramos—, ¡Eres perfecto! Las chicas te amaran, un joven con tu talento llegará lejos si me dejas ayudarte.

— ¿Qué mierda? ¿Raizel que es esto?

—Como dijo Raizel, soy Esther Harrison y busco a alguien a quien representar y tú me pareces perfecto, tu sin camiseta más música te harán llegar lejos niño.

—No estoy interesado.

Él intenta cerrar la puerta pero ella se lo impide.

— ¡Dylan! —Lo regaño.

—Mira Dylan, yo creo que debes pensarlo, está es una oportunidad única para ti —Abre su bolso y saca una tarjeta—. Allí está mi número, llámame por si cambias de opinión.

Dylan toma la tarjeta con recelo y luego me mira, por un momento parece sorprendido.

— ¿Estuviste llorando?

Yo abro la boca y vuelvo a cerrarla.




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