Lo miro exasperada, me cruzo de brazos mientras una sonrisa aparece en su hermoso rostro.
—Repite después de mí —Digo y él arquea una ceja—. Yo no soy tu novio.
Esto realmente parece divertirlo.
—Yo soy tu novio.
Suelto un resoplido.
—No, no es así es “Yo no soy tu novio”
—Oh —Finge entenderlo—. Soy tu novio.
—No, no lo eres.
Él se aproxima hasta donde estoy, a tal punto que la punta de sus zapatos tocan las puntas de mis bailarinas rosas, haciendo que mi estúpido corazón se acelere. Tengo que levantar la vista para verlo mejor, aunque él sea menor es más alto que yo, bueno, casi todos son más altos que yo.
—Ahora repite después de mí —Dice esta vez él y yo arqueo una ceja—. Yo soy tu novia.
—No soy tu novia —Él medio sonríe y un hoyuelo se marca en su mejilla haciéndole ver adorable, pero créanme, es todo menos adorable.
—Soy tu novia.
Zapateo contra el piso exasperada ¿Cuándo este niño empezó a tomar tanta confianza conmigo?
— ¡No soy tu novia!
— ¡No soy tu novia!
— ¡Soy tu novia! —Apenas las palabras abandonan mis labios me doy cuenta de mi error. El niño acaba de engañarme.
—Me alegra que al fin lo admitieras —Dice acercándose aún más—, así no siento culpa después de esto.
Y sin más que decir, él me besa.
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