Volver a empezar. #2

Capítulo 23.

Capítulo 23.

 

Estaba algo nerviosa, no había visto a Thiago el día de ayer. No salí de casa estuve encerrada por completo, temo que una vez que salga de la Academia esté esperándome como la otra vez. Inhalo aire y abro las puertas para salir, se está haciendo tarde y mis clase hoy terminó más tarde de lo usual.

Exhalo el aire que había retenido al ver que no hay señales de él, eso es bueno. Lo que me sorprende es ver a Dylan con una de mis alumnitas y sus padres , él la sostiene en sus brazos mientras su madre le saca una foto, la pequeña que logró identificar como Flor besa la mejilla de Dylan y éste tiene una sonrisa gigante.

Mis labios se curvan hacia arriba al verlos puedo apostar todo el dinero del mundo a que ese hermoso huequillo aparece en su mejilla. Camino hacia uno de los árboles afuera para recostarme y observarlos. Me siento un poco mal porque estuve evitándolo por dos días,  ni siquiera sé que pasó con su hermana.

Su vista se encuentra con la mía pero no me sonríe, al contrario, su sonrisa decae. Frunzo el ceño, se despide de la familia y camina en mi dirección. Mi corazón empieza a hacer un drama tonto al verlo, trae una camisa negra remangada por los codos y unos vaqueros del mismo color. Su cabello ha crecido más con su mano derecha lo levanta hacia arriba para que no le moleste en los ojos.

—Hola —Soy la primera en hablar.

Él se cruza de brazos.

—¿En serio? ¿Hola? —Achica los ojos en mi dirección —. ¿Eso es todo lo que vas a decir?

—¿Qué quieres que diga? Así es como saludo a la gente.

—¿También saludas así a la gente que ignoras?

Ladeo la cabeza.

—Lo siento por eso. Sucedió algo y no tuve tiempo.

—¿Ni para contestar una jodida llamada?

—Oye deja de exagerar Dylan. ¿Y que si no te contesté una llamada? No soy nada tuyo como para que me estés controlando.

Él me mira dolido para luego soltar una risa .

—Estas actuando como una idiota. Primero, estaba malditamente preocupado por ti. Segundo, no tengo porque ser tu novio para llamarte y preguntarte que te pasa y tercero, no porque sea tu novio debo controlarte. Creo que una relación debe ser libre y de mutua confianza.

Me sentí algo patética luego de eso. Cerré los ojos con fuerza.

—Estoy siendo una perra, lo siento —Abro los ojos y le regalo una sonrisa apenada—. Tuve unos días de mierda y lo estoy pagando contigo —Me percató que su rostro está curado, no tiene marcas—. Veo que estas mejor.

Se encoge de hombros.

—Tengo varios moretones aquí —Dijo señalando sus abdomen—. ¿Quieres ver? —Hizo un ademán de desabrocharse los botones y con mis manos lo detuve.

—Ni se te ocurra Collins —Tenía una sonrisa maliciosa en el rostro. Tiro de mis manos hasta que choque contra su pecho.

—Ups.

Su rostro comenzó a bajar en mi dirección y trague saliva.

—Creo que debemos ver cuál será tu próximo video —Digo apartandome para buscar las llaves de mi auto en mi bolso. Cualquier cosa para no mirarlo al rostro.

Mi respiración está agitada pero creo que logró disimularlo bien. Al levantar la mirada lo veo sacar un cigarro y prenderlo.

—Por mi está bien.

De repente mi vista vas más hacia allá y veo a Thiago a lo lejos. Comienzo a entrar en pánico y Dylan me mira.

—¿Qué pasa? ¿No quieres que fume en tu carro?

—Eh… no importa, mejor vámonos ya.

Camino en dirección a mi auto con pasos apresurados escucho los pasos de Dylan detrás de mí pero ni de coña volteo.  Una vez en el auto suspiro, él no tarda en entrar sin demorar un segundo más enciendo el auto y nos vamos.

—¿Por qué luces tan nerviosa?

—¿Yo? Es sólo el estrés.

Bajo la velocidad y volteó para ver cómo se lleva el cigarro hasta los labios. Me detengo en un semáforo y extiendo la mano en su dirección.

—Quiero probar.

Él mira el cigarrillo y luego a mi, suelta una carcajada.

—No.

—Vamos, estoy ansiosa no pasará nada por probarlo una vez.

—Verde —Dice señalando hacia el frente.

—No pienso moverme hasta que me dejes probarlo.

—Mira cielo, esto no es lo tuyo.

—¿Cómo lo sabes? Nunca lo probé.

—Llevas veintiséis años sin está mierda —Dice señalándola —. ¿Para que arruinarte la vida ahora?

Hago una mueca, necesito quitarme está ansiedad y tensión del cuerpo.

—Si no me la das no tengo ningún problema de comprarlo cuando no estés conmigo.

Gruñe.

—Toma, prefiero que lo hagas conmigo a que lo hagas sola. ¿Sabes como…?

—Claro que sí…

Pero apenas al darle la primera calada terminó tosiendo y él se empieza a reír en ese momento un auto nos bocina y le doy el cigarro para volver a conducir.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.