Volver a empezar. #2

Capítulo 26.

Capítulo 26.

Dedicado a Vero Castillo

 

—Debo admitir que tu estrella es buena, tiene un humor de mierda pero es muy bueno en lo que hace.

Solté una carcajada, levanté la mirada hacia el escenario donde Dylan se encontraba cantando. Solté un suspiro al ver lo lindo que se veía desde aquí pero negué con la cabeza para sonreirle a Isaac.

—Es un poco tonto y algo agresivo con los hombres —Arquea una ceja—. ¿Te lastima que no seas su tipo?

Rueda los ojos.

—A mi me van mayores querida.

“Yo también pensé que me iban los mayores” quiero decir pero me muerdo la lengua. Juego con los bordes de mi falda vaquera mientras mi mirada se dirige a Dylan, terminó de cantar y bajo del escenario con unas cuantas fans que vinieron a verlo. La mayoría son de su edad y muy bonitas… hago una mueca por la horrible sensación que siento en el pecho con sólo pensar que él puede ir más allá con una de ellas.

¿Quién me entiende? Tuve la oportunidad de intentar algo con él hace unos días y lo rechace. “Lo hice por su bien" me repito una y otra vez.

—¿Por qué miras tanto a Dylan?

Volteó rápidamente en su dirección.

—Estoy viendo que no se pase con sus fans. Suele ser un poco pesado.

Él se cruza de brazos, la sonrisita que me lanza no me gusta nada. Es una que dice “Sé tu secreto"

—Por lo que vi es muy generoso con sus fans. La verdad Esther voy a replantear la pregunta ¿Por qué suspira tanto cuando miras a Dylan? Oh espera, tengo una mejor ¿Por qué babeas…?

—¡Isaac! Deja de inventar cosas —Chillo sintiendo mis mejillas ardiendo—. Es un niño, no va pasar nada entre nosotros.

Levanta las cejas con diversión.

—Yo no dije que pasará nada entre ustedes… tu solita lo dijiste.

—No pasa nada porque ella no quiere.

Casi caigo del taburete al oír la voz de Dylan detrás de mí. Él me sostiene de la cintura y mi mirada sube para verlo con una sonrisa.

—Hola cielo.

En ese preciso momento mi capacidad de habla se esfumó y sólo me quedo asintiendo como una estúpida.

Escuche una fuerte carcajada de parte de Isaac por lo que me enderece en mi lugar alejándome del caliente tacto que me ofrecía la mano de Dylan en mi cintura.

—Este Dylan es todo un bromista —Dije riendo nerviosa.

—Yo no estoy…

Su mirada subió por sobre mi hombro y se agachó en dos segundos, sus manos fueron a mis muslos mientras se escondía.

—Pero que demonios…

—¡El hijo de mi puto jefe está aquí!

Mi cabeza giro tan rápido en esa dirección y maldije al reconocer al moreno.

—Oh mierda.

Baje la mirada hasta Dylan el cual seguía con sus manos sobre mis muslos, intente quitarlas pero el sinvergüenza se negó.

—Me estoy escondiendo, déjame —Dijo mirando en mi dirección y detrás de mi a la vez.

—No hay necesidad de tocarme…

—¡Shhh! —Sus manos se deslizaron hacia arriba y coloque mis manos encima de las suyas para que se detuviera— ¿Qué carajos voy a hacer? Todavía me queda una canción si él me ve aquí estamos fritos.

Mire a Isaac el cual nos miraba con curiosidad.

—Saldremos afuera y tu continúa, tus fans no tardarán en venir a buscarte.

—Estas de broma ¿verdad? No te voy a dejar salir sola, va reconocerte.

—Iré con Isaac —El nombrado me miro interrogante—. La idea es que me reconozca, estoy segura que me seguirá.

—Esther no creo que…

Coloque mis manos en sus mejillas duditativa, ese gesto le sorprendió y me miro directo a los ojos. Parecía algo tan intimo qué algo dentro de mi se deshizo por completo.

—Confía en mí —Le sonreí —. Ahora espera a ver si nos persigue para ir a cantar.

No deje que replicara,  me levanté y tome de la mano a Isaac el cual me siguió dudoso.

—¿Se puede saber que está pasando?

—Tú sólo acompañame, no va a pasarnos nada malo.

Salí del Bar con Isaac, seguí caminando hacia el estacionamiento, mire por sobre mis hombros unos segundos. Como predige nos está siguiendo lo cual no me sorprende de nada. Me detuve y abrace a Isaac.

—Hay dos hombres siguiéndonos —Susurre a la altura de su oído —. No te alarmes, Raizel dijo que estaba por llegar seguro vendrá con mi hermano quedamos en ir a comer pizza luego.

Él me apartó con el ceño fruncido.

—¿Por qué nos siguen?

—Es una larga historia.

Volví a abrazarlo, en eso pude ver que el idiota ese nos sacaba una foto. Eso me puso la piel de gallina, me aleje justo en el momento en el que vi un auto estacionar cerca de nosotros. Vi bajar a Raizel, sentí un gran alivio al verla. Del asiento del conductor vi bajar a su mejor amigo. Creo que se llamaba Ethan si mal no recuerdo.




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