Volver a empezar. #2

Capítulo 29.

Capitulo 29.

 

Un mes, un mes ha pasado desde que rechace a Dylan. Debo admitir que las cosas entre nosotros están como siempre… el coqueteo si es algo que se esfumó por completo y tal vez, sólo tal vez lo extrañe demasiado.  


Para me terrible suerte Dylan me presentó a Leila, y lo peor es que ella es estúpidamente adorable. En serio trate de buscar algo negativo en ella pero no había nada, ni siquiera odia a los animales le gusta leer y es niñera de manera gratuita. Simplemente la odie por eso porque no me caía mal, pero no saben como me dolía cuando ella se abrazaba a Dylan… cuando se besaban.  Y yo fingia una sonrisa o hacia chistes de que debían ir a un Motel. 


Él me miraba de vez en cuando, lo hacía y yo fingia demencia. Por que era un progreso muy grande… Un mes sin nada de acercamientos indebidos hacia él.  
Leila oficialmente es su novia desde ayer, me lo dijo en privado, creo que esperaba una mala reacción mía pero no la iba a encontrar. Porque mis sentimientos los oculte muy en el fondo de mi pecho y sólo salían a la noche cuando me permitía pensar en él. 


Hable con Thiago, deje en claro las cosas entre nosotros. No le gustó que lo dejará de lado pero no volvería a caer por él, ya no lo amo como lo llegue a hacer hace un tiempo atrás mi corazón andaba suspirando por otro y sabía que me iba costar olvidarlo.  


—Iré te guste o no. 


—Esther, esto no es seguro. 


—Lo siento, pero yo estoy de acuerdo con Esther —La voz aniñada de Leila hace acto de presencia—. No dejaremos que vayas sólo.  


Asiento de acuerdo. 


Las pruebas que consiguió Dylan no eran suficientes. Consiguió fotos y vídeos de la mercancía que le ofrecían, las que le daban para vender pero nada de eso era una prueba en contra de su jefe. El oficial Brooks dijo que necesitaba más pruebas y todos sabíamos que la única prueba que dejaría a ese hijo de puta en evidencia era un vídeo de él admitiendo todo frente a Dylan. 


Pero maldición,  eso era tan peligroso. 


—Con ustedes allí no podre estar tranquilo —Mira a Leila—. Karl te reconocería cariño. 


Pum, ese cariño dolió como el infierno y mucho más sabiendo que Dylan ya no me decía cielo. 


—Pero… 


Él negó sin dejarla continuar para luego mirarme a mi. 


—Y tú Esther, no puedes quedarte sola porque te haces amigos de extraños. 


Abrí la boca ofendida. 


—Ni siquiera trates de negarlo. 


—Iré, Raizel dijo que iría así que… 


Él gruño en respuesta.  


Él plan ya estaba hecho. Ayer nos pasamos horas planeando todo con el oficial. 


Este y su equipo irán de encubiertos a la pelea de hoy, Dylan tienen un a pelea en donde el ganador recibirá una buena suma de dinero por lo que su jefe lo eligió a él. Dylan tendrá la oportunidad de hablar a solas con él, tendrá una cámara en un gorro que deberá ponerse al terminar la pelea para no estropearlo. 

 
Será una grabación en vivo, cuando apenas tengan la evidencia necesaria los policías entrarán en acción. Raizel y Cayden estarán a fuera viendo todo en vivo, mientras yo entraré para cuidar la gorra y el micrófono y grabadora que colocar en su pecho al finalizar la pelea.

 
La única que no pintaba nada aquí era Leila.  


—Dylan puedo ponerme una peluca… 


Él suspiro y me hizo una seña para hablar en privado con ella asiento sin ganas y salí de la habitación. Encontré a mi hermano en la sala y lo notaba nervioso no vi a Raizel en ningún lado por lo que me acerque y me senté a su lado.  


—Oye, te veo nervioso ¿Pasa algo? 


Él levanta la mirada mordiendose un labio. 


—Voy a proponerle matrimonio a Raizel. 


Abrí los ojos como platos y Chile emocionada, él me hizo gestos para que me tranquilizara.  


—Sh, está en la cocina. Iba a hacerlo antes de su cumpleaños pero las cosas con Dylan se adelantaron así que esperaré.  


—¿Pero no tienes un viaje? 


—Sí, pero estare para su cumpleaños así que no hay problema. Tengo el anillo guardado en mi chaqueta. 


—¡Quiero verlo! 


—¿Qué quieres ver? —Pregunta Raizel trayendo unos sándwiches. 


—Eh… su celular.  


—¿Su celular? 


Cayden me fulmina con la mirada. 


—Sí, tiene una foto mía de cuando era pequeña y quiero verla. 


Ella sonríe creyéndose mi palabrería y mi hermano logra distraerla con sus besos. Suspirando agarró un sándwich y lo llevo hasta mi boca cuando veo a Leila salir con Dylan. Caminan hasta la puerta y se despiden con un beso apartó la mirada. 


Cayden me mira haciendo una mueca y vuelvo a mordisquear mi sándwich.  


Esto de esconder tus sentimientos es una gran mierda. 


 

 




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