Volver a empezar. #2

Capítulo 33.

Capítulo 33. 

Tuvimos que dejar a Raizel y a Leila con el oficial Brooks. Nosotros subimos al auto a Esther y fuimos rumbo al Hospital, Cayden iba atrás con ella de quito la chaqueta y la puso donde la sangre salía.  


Yo conducía el auto lo más rápido que podía pero quise morir en el momento que vi el tráfico en las calles. Comencé a bocinar para que nos hicieran un hueco y así pasemos pero nada. 


—¡Tenemos a una chica accidentada aquí! —Grito sacado la cabeza por la ventanilla mientras contigo apretando la bocina—. ¡Muevanse! 


La chica que va en el carril al lado nuestro me mira mientras grito. 
—Oye, mi esposo es Doctor —Miro a la chica de ojos verdes como si fuera mi salvación tiene un poco de acento norteamericano pero la entendi perfectamente.  


—Por favor ayudenla. 


Ella alarmada voltea hacia su marido que está conduciendo hablan entre ellos y él sale del auto para venir al nuestro Cayden lo mira con recelo pero baja del auto para dejarlo entrar. 


Mierda, tengo que desinfectar esto —No me costó entender eso pero me molesta que hable en ingles—. ¡Micha! Necesito el botiquín.  


Él tráfico se mueve un poco más y Muevo el auto unos centímetros,  la chica que creo que se llama Micha trae un botiquín en el auto se lo extiende a su marido y luego mira a Cayden. 


—Ven, hay que hacer un alboroto aquí para que nos dejen pasar. 


La miro frunciendo el ceño. Micha le pide la mano a Cayden y sube al auto camina hasta subir al techo de éste y comienza a gritar. 

 
—¡Abran un paso! ¡Hay una chica que necesita atención médica! 


Mueve sus brazos de arriba abajo llamando la atención de la gente Cayden corre dentro de su auto y toca la bocina, gesto que imito.  


Sorprendentemente la gente se hace a un lado, dejándonos vi a libre. 


—¡Micha sigue el auto! Es hora de que me muestres como conduces sola. Debo colocar su rodilla en una mejor posición tengo que quedarme aquí.  


La chica asiente y Cayden le habla al Doctor. 


Por favor, cuide a mi hermana. 


—Hablas inglés, ya veo, tranquilo ve con mi esposa y tu niño arranca el auto. 


Ni siquiera debe repetirlo, Cayden cierra la puerta del Doctor y yo vuelvo a acelerar, siento una adrenalina intensa estoy en un estado en donde no puedo creer que esto esté ocurriendo. 


—Ella va a estar bien.  


—Oh Dios, me alegra oír eso. 


—Pero no creo que vuelva a caminar bien después de esto tal vez tenga una cojera depende del daño y tampoco puedo asegurar que clase de golpe tiene en la cabeza. 


—¿Paro el sangrado? 


Lo miro por el espejo retrovisor,  él no me entiende y me Di cuenta que hable en español. 


—¿Paro la hemorragia? 


—Oh, si. Ya desinfecte la zona, creo que le va faltar unos puntos. 


Cuando por fin llegamos al Hospital el baja rápidamente y la carga en sus brazos. La lleva tan rápido que me asusta dejarla sola con un completo desconocido. Estaciono y salgo del auto. Corro dentro del Hospital y veo como llevan a Esther en una camilla siento un hueco horrible en el pecho en este preciso momento. 


Él Doctor tiene manchada la camisa blanca con la sangre de Esther, camina en mi dirección y sonríe como puede. 


Tu novia estará bien —Me extiende una mano manchada en sangre y luego vuelve a bajarla—. Me llamo Ryan Scott y creo que debo lavarme las manos


—Dylan Collins —Digo asintiendo con la cabeza. 


—¿Qué le paso? No quiero culparte ni nada por el estilo pero ella tiene golpes… y eso tuvo que hacerlo alguien.  


Aprieto la mandíbula con fuerza al pensar en Karl. Quiero matarlo. 


Te aseguro que el maldito ya debe estar en la cárcel.  
Cayden y la chica entran al Hospital. 


—¡Ryan! ¿Todo en orden? 


Él asiente y ella se acerca para abrazarlo sin importarle que se pueda manchar con la sangre. 


Sí, logre detener la hemorragia y posicionar mejor su pierna. 


Ella sonríe.  


Ese es mi doctorcito. 
—Gracias —Dice Cayden mirando a la pareja—. No sé cómo agradecerles lo que hicieron. Estoy en deuda, me llamo Cayden Harrison.


—Me llamo Michaela, soy la esposa de este sexy Doctor. 


Él rueda los ojos y ríe. 


—Ryan Scott, no nos debes nada. Estoy feliz de poder haberlos ayudado. 


Los miro a ambos con una leve sonrisa, no puedo dejar de pensar en Esther. 


Vine con mi marido por trabajo de una semana ¡Hago tatuajes por si quieren uno! 


—Gata… no creo que sea un buen momento para esto. 


—Lo siento. Yo Que ustedes no me preocupo más si Ryan dice que no es grave no lo es. 


Cayden asiente, parece un poco más tranquilo. Se aleja diciendo que va llamar a sus padres y contarles lo ocurrido, me imagino que Raizel hizo lo mismo. Como si fuera una invocación ella aparece con mis padres. Estos correos en mi dirección y mi madre me abraza mientras echa a llorar. 


—¿Por qué no dijiste nada, Dylan? —Reprocha mientras me abraza con fuerza, yo hago lo mismo—. Mi bebé estuvo sufriendo todos estos años y nunca me enteré.  


Vuelve a llorar y mi padre se une al abrazo.  
Raizel nos mira con los ojos cristalizados. Sonríe a medias y cuando Cayden viene junto a ella lo abraza con fuerza. 


—No podía, involucrarlos en esa mierda no era una opción.  


Hablo con mis padres cono una media hora en donde no sabemos nada de Esther. La pareja norteamericana sigue con nosotros esperando noticias de ella. Vía do los padres se Esther vienen me quiero morir de la vergüenza, su hija está Así por mi culpa. 




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