Volver a empezar. #2

Capitulo 38.

Capítulo 38

 

—¡Felicidades! 

Me río cuando una Raizel toda emocionada abraza a su hermano, la madre y el padre de Dylan se suman al abrazo mientras Cayden rodea mis hombros. Estoy tan contenta, mi madre me lanza un beso desde su asiento y yo le guiño en respuesta. 

—Estoy muy orgulloso de ti pequeña representante —La voz de Cayden suena sincera, me alegra que él se sienta orgulloso de mí eso significa mucho para mí. 

Me acerco más al pecho de mi hermano y sonrío. Llevo un mechón de mi cabello tras la oreja al dejarme llevar por la satisfacción de sentir el cariño de mi hermano, tenerlo lejos tanto tiempo fue duro. Me alegra que ahora él haya encontrado el amor en una mujer tan buena como lo es Raizel. 

—Sólo debía encontrar a mi estrella, y no dude ningún segundo de Dylan.  Me siento como una madre orgullosa de él. 

Él se ríe. 

—¿Madre orgullosa? 

—Algo así —Me encojo de hombros—. Oye perdón si hemos acaparado el anuncio de tu compromiso. 

Él niega con la cabeza. 

—Ya han pasado unos días así que ni te preocupes, no me gustaba ser el centro de atención.  

La familia Harrison y Collins esta reunida hoy celebrando el compromiso y la gran oportunidad que le ofrecieron a Dyaln, camino hasta llegar junto a él y lo escaneo unos segundos. Una sonrisa tonta se desliza en mis labios al ver las cadenillas en sus vaqueros negros, hace mucho no lo veo usarlas y tampoco sus camisas a cuadros, ahora lleva una azul. Voltea en mi dirección y sonríe. 

—¡Esther! Ven aquí mi madre no me cree que soy malditamente genial. 

Suelto una sonora carcajada mientras niego divertida. 

—¡Voy! 

Él me agarra de la mano sin pensarlo mucho y comienza a parlotear de como sus fans dicen que es genial. Obviamente lo dice con humor no es por alardear ni nada pero sé que esas palabras que les mandan hace que su autoestima crezca. 

—Tus fans han creado un monstruo —Murmuró fingiendo estar escandalizada. Aprieta mi mano de manera juguetona. 

—Un monstruo sexy. 

Me río con ganas, la madre de Dylan mira nuestras manos unidas con curiosidad pero no dice nada sólo se ríe de la tonta discusión que estamos teniendo. 

—Con permiso niños iré por algo de tomar. 

—Te dijo niña —Susurro en mi oído,  un escalofrío me recorrió el cuerpo. 

—Bueno, soy una niña a su lado. 

Él hace un gesto exagerado con sus manos. 

—Llamaste vieja a mi madre… esto tiene que saberlo. 

—¡Ni se te ocurra Collins! —Él se rió y realmente se veía tan lindo pero no me deje engañar por eso y tuve que perseguirlo para que mantuviese esa hermosa boca cerrada. 

Ese día fue muy divertido, la familia estuvo unida y yo no me sentía triste al contrario estaba muy feliz por las cosas buenas que se avecinaba para nosotros dos. 

Yo me encontraba de aquí para allá organizando el viaje para mañana, derrame algo de café en mi camisa y maldije por ello. Hoy Dylan me había llamado diciéndome que unas fans  lo esperaban fuera del colegio, su voz se teñía de asombro lo cual me pareció muy divertido. 

Le recomende que se comportará con ellas y él frenetícamente me dijo que haría eso, estaba emocionado y me parecía de lo más adorable. Hable de nuevo con Michael hace unos segundos, me contó que están muy emocionados por nuestro viaje y que querían ponerse manos a la obra cuanto antes. La idea sería avisar del sobre la colaboración en pleno programa, luego la música estaría en todas las plataformas. 

Hice una mueca al ver que mi maleta no se cerraba, me crucé de brazos enojada. Sin muchas opciones me senté encima y tanteé el cierre para estirarlo pero no lograba alcanzarlo, el timbre de casa me hizo pegar un brinco caí directamente al suelo y la maleta cayó conmigo mis cosas se desparramaron por el suelo y termine gruñendo.  

Mi madre abrió la puerta de mi habitación y al verme en ese estado soltó una sonora carcajada. 

—Déjame a mi que arregle esto, abajo está la novia de Dylan. 

Fruncí el ceño. 

¿Qué hacia Leila aquí? 

—Suerte con esa maleta, no quiere cerrar por mas que no llevo mucho. 

Ella rodó los ojos, sabía que mi madre lograría que cada cosa cupiera en ella sin mucho esfuerzo. Baje las es cameras dando pasos cautelosos, vi la cabellera roja sentada en uno de los sofás de casa y tome aliento. Que ella se encontrará aquí no podía significar nada bueno. 

—Hola —Salude al entrar a la sala, ella levanto si mirada y sus ojos verdes lucían tristes. Me este en el sofá frente a ella esperando que diga algo pero sólo se quedó mirándome —. ¿Paso algo? 

—Es tuyo.  

Confundida fruncí el ceño, ella se froto las piernas con sus manos. Lucia nerviosa. 

—¿De qué hablas? 

—Sé que Dylan está enamorado de ti —Me tener en mi lugar—, pero él me dijo que seguía sintiendo cosas por mi… pense que sólo quería estar con alguien mayor para experimentar ya sabes… 

—¿Dylan te lo dijo? 

Sorprendida la mire, ella hizo una mueca y asintió.  

—Sí, antes de que fuera su novia me lo dijo no quería mentirme. Yo pensé que te olvidaría —Suelta una risa rota y sus ojos se empañan de lágrimas —. Pero no lo hizo cuando estamos juntos él es muy lindo pero… sus pensamientos no están conmigo ¿Me entiendes? 

Asiento con la cabeza . 

—Oh por dios Leila, lo siento tanto. 

Ladra la cabeza. 

—¿Por qué? Esto es mi culpa, si hubiese sido clara, si no me dejaba manipular por mi hermano… las cosas iban a ser distintas capaz y Dylan ni siquiera te hubiese conocido y no estaría logrando su sueño. La cosa es que termine con Dylan. 

—¿Qué? —Pregunto con los ojos abiertos. 

Limpia una lágrima que recorría lentamente su mejilla. 

—Lo quiero mucho pero perdí mi oportunidad al no ser valiente. Al no escuchar mi corazón Esther, sólo no cometas el mismo error que cometí yo. 

—Yo no puedo estar con él… 

—¿Por qué? ¿Por el que dirán? A la mierda eso Esther, perderás un gran chico por ese absurdo miedo —Sus mejillas se encuentran sonrosadas y sus ojos cristalizados —. Amo a Dylan, pero él no me ama a mí. 

—Leila, no se que decir lo que estás haciendo es tan… 

—No importa, Dylan merece amar a alguien que lo ame con la misma intensidad que se arriesgue cono él lo hace Y sé que esa persona eres tú.  

Sé levanta y sorprendida la imito. 

—Gracias —Una sonrisa tira de mis labios hacia arriba—. Muchas gracias. 

Ella se encoge de hombros. 

—No hay de que, a mi me hubiese gustado que alguien me apoyará en ese entonces. 

Sin poder contenerme camine en su dirección y le di un gran abrazo, ella se quedó inmóvil pero luego terminó abrazandome de vuelta. 

—Espero que encuentres a alguien para ti Leila, te lo mereces. 

—Ñeh —Le resta importancia con las manos—. Quiero alejarme de los chicos por un tiempo,  pero será algo tonta ya que pronto será el baile así que… 

—Seguro encuentras una buena pareja. 

—¿Quién sabe? —Se ríe—. Cuídalo ¿Si? 

Asiento con la cabeza y la acompañó hasta la salida, pensativa subo las escaleras de mi habitación. Me regaño a mi misma por tener miedo a él amor, he sido tan estúpida que quiero darme una cachetada. 

Al entrar en mi habitación mi madre está sentada en mi cama con la maleta a su lado, ella me mira con superioridad y río.  

—No se porque no Doblas bien tu ropa, pareces una niña. 

Eso me hace sonreír.  

—Mamá… quiero hablar contigo de algo que ha estado quemándome las neuronas estos meses. 

Ella me mira interrogante. 

—Claro cariño, cuéntame.  

—Estoy perdidamente enamorada de Dylan. 

Esperaba un regaño de su parte, alguna mueca, chillido escandalizado cualquier cosa menos esa sonrisa que se deslizó en sus labios. 

—Lo sabía, creo que todos ya se dieron cuenta de esto menos Raizel.  

—¿No estas enojada? 

—Ven y siéntate, hablaremos como mujeres. Porque ya te digo yo que esto no tiene nada de malo. 

Me senté junto a mi madre y hablamos, ella me explico muchas cosas que me hicieron sentir una tonta. Me hacia falta está charla hace mucho tiempo. 
 




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