Volver a empezar. #2

Capítulo 39.

Capítulo 39.

 

Estaba nerviosa no podía negarlo, ambos estábamos en el avión rumbo a Los Ángeles. Me encontraba sentada al lado de la ventana viendo lo pequeño se veía todo desde arriba, mantuve una discusión con Dylan de media hora acerca de quien debería tomar el asiento junto a la ventana llegamos a un acuerdo justo de ida iría hacia la ventana pero cuando volvamos a casa será su turno de apreciar el paisaje.  

Lo mire unos segundos, no lo sé, pudieron ser varios minutos y no me habría dado cuenta. Estaba dormido, tenía un audífono en una oreja y su cabeza se encontraba en mi hombro se veía tan relajado durmiendo y tan cómodo que fui incapaz de empujarlo lejos de mi. Siendo sincera yo no quería hacerlo, tenerlo así hacia que mi corazón se pusiera a dar piruetas. Mire su mano y algo dudosa la tome, entrenar nuestros dedos con miedo a que despertará y cuando él apretó el agarre me paralice pero al mirarlo seguía dormido. 

Sonreí.  

Volví a mirar hacia la ventana pensando en como le diría lo que siento, él no dijo nada acerca de su ruptura con Leila yo tampoco pregunté nada. Eso sí, nos pasamos divirtiendo juntos todo el día y una parte de mí se acercaba más a él cosa que lo sorprendió pero te aseguro que no se quejó. Suspiro, miro nuestras manos juntas, parecen encajar de una manera tan hermosa que me doy cuanta de que me da igual lo que digan los demás, de que lo nuestro no sea ético, que soy una maldita asalta cunas. Ellos no saben lo que siento por él y sí, tal vez seré juzgada pero lo tendré junto a mí y eso lo vale, él vale la pena. 

Sonriente recuerdo mi cabeza encima de la suya y me quedo dormida. 

Al llegar ambos estamos tan entusiasmados que reímos de cualquier cosa. Por suerte antes de aterrizar yo desperté primero y pude soltar su mano no sabía cómo lo tomaría así que me aleje, él no pareció notarlo así que aquí nos encontrábamos en el Hotel más hermoso de L.A. 

—Tengo que ver mi habitación ¿Crees que tengan una bañera? 

Asiento con la cabeza. 

—¡Claro que Si! Pero lo disfrutarás luego, ahora ve ducharte en la regadera ponte guapo y vamos a ir junto a ¡John Stars! 

Él Arquea una ceja y se acerca peligrosamente en mi dirección,  mi espalda choca contra la pared del ascensor y trago saliva. 

—¿Quieres que me ponga aún más guapo? 

Muerdo mi labio inferior intentando esconder una sonrisa, extrañaba esto entre nosotros. 

—Sí, hueles a sudor —Arrugo la nariz y él sonríe—. Ponte la chaqueta de cuero negra que te regale. 

—¿Te gustan los chicos malos, cielo? 

Palermo su mejilla con mi mano derecha. 

—Tal vez —Lee guiño justo en el momento que las puertas del ascensor se abren. Salgo y lo escucho soltar un silbido. 

—Mierda. 

Me río mientras niego con la cabeza. Saco la tarjeta de mi habitación y él me sigue, su habitación está frente a la mía. 

—Tienes treinta minutos Collins. 

Lo escucho quejarse pero no me permito mirarlo, entró a la habitación y enciendo las luces. Dejó escapar todo el aire que estaba conteniendo. Dylan me vuelve loca. 

Al ver la habitación chillo como una niña al ver la enorme cama, se ve tan suave que me entran unas ganas tremendas de tirarme en ella pero me contengo. Debo estar lista en media hora así que voy directa al baño y para sacarme una risa veo la bañera. Espero que Dylan sólo use la regadera, aunque no me molestaría mucho él ir a sacarlo de allí. 



🎵💓🎵 



—¿Puedes creer que vinieron a buscarnos en un Audi? 

Dylan parece un niño emocionado, y lo es Pero está vez no me molesta pensar en eso. 

—Bueno acostumbrarte pequeña estrella sé que esto es sólo el comienzo.  

Él chofer nos abre la puerta de atrás y yo entro primera acomodando mejor mi vestido negro, no quiero arrugarlo. Dylan se sienta a mi lado y mueve su pierna izquierda arriba y abajo sin parar. 

Coloco mi mano en su muslo y se detiene. 

—Tranquilo Collins. 

—Lo siento —Desordena su cabello—. ¿Es normal estar tan nervioso? 

Le sonrió con dulzura. 

—Claro que sí cariño, no todos los días uno vuela a los Ángeles para sacar un tema con alguien famoso. 

Él me mira con una gran sonrisa que hace resaltar su hoyuelo. 

—Me dijiste cariño. 

Volteó el rostro sonrojada. Ni siquiera me percaté de ello,  menos mal dije cariño y no algo como"amor". 

—Yo no dije nada. 

—Oh no seas mentirosa. 

—¿Tienes pruebas? —pregunto arqueando una ceja. 

—Mi piel sigue erizada luego de escucharte llamarme de esa manera ¿Eso cuenta? 

Mi corazón se derrito en mismo momento, él pareció notar que lo miraba de una manera distinta un brillo en sus ojos e dejo aún más tonta. Levantó su mano para acariciar mi mejilla y inevitablemente cerré los ojos. 

—Esther… 

Él auto se detuvo y abriendo los ojos me eché para atrás, le sonreí en disculpa.  Bufando por lo bajo salió del auto y yo solté una risa nerviosa. 

—Veo que han llegado. 

Levantó la mirada para encontrarme con un chico alto, un poco más que Dylan. Trae el cabello negro echo un lío sexy y sonrío al ver lo guapo que es, tiene unos ojos verdes oscuro preciosos pero hay que ser sincera los de Dylan son mucho mejores. 

—Un placer Stars —Digo ofreciéndole una mano como saludo. Él la toma con una sonrisa. 

—El placer es todo mío —Imita mi saludo con Dylan y se estrechan las manos—. Collins, es un placer conocerte al fin. 

—Lo mismo digo. 

—Vengan,  vamos al estudio que tenemos mucho que hacer hoy. 

Miro a Dylan el cual luce nervioso,  le sonrío para tranquilizarlo y él me lo agradece con la mirada. Haría cualquier cosa para que él este bien así que sin medirlo mucho agarró su mano me mira sorprendido y entrenado nuestros dedos, él me dedica una gran sonrisa y seguimos a Stars. 

 




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