Cuando la volví a ver, no pensé que era ella, pensé que era otra de mis tantas fantasías por verla de nuevo.
Fui un completo estúpido el día que me pregunto que si la amaba. No pensé que por mi respuesta negativa se iría del país, pero en ese momento de perderla comprendí que estaba loco por ella a mi corta edad.
Verla ahí, en la editorial fue una completa bomba. Mis sentimientos los cuales había enterado en un muy profundo agujero de mi corazón, resurgieron como sin alborotaran un panal de avispas. Tenerla trabajando para mi después de no verla en tanto tiempo, de verdad me afecto, ver a esa mujer con su hermoso cabello castaño y sus ojos tan claros, el devolvieron a mi corazón esa sensación de calidez que hace mucho tiempo había perdido.
Me pregunto si ella habrá sentido lo mismo al volver a encontrarnos. Convencerla de todo lo que hemos hecho no ha sido fácil, sigue siento tan testaruda como siempre, pero eso jamás le quitara esa bella actitud de poder y respeto que se nota hasta los cien metros sobre su alrededor
¿Que si la amo? Más que a mi propia vida, tal vez se vea poco mi reacción al decir esto, pero así son las cosas. Cuando la vi ese día en la biblioteca tratado de sacar un libro que estaba un estante más alto que ella, fue gracioso. Después de eso pasamos 3 años básicamente intercambiándonos los libros al punto de nuestro encuentro. Nunca olvidare esas mejillas tan rosadas haciéndola ver tan dulce y tierna, disculpándose por todo lo que hacía por su nerviosismo. Y sí, de verdad la amo como nunca llegare a amar a nadie más.
Y ahora en este preciso momento está aquí conmigo, abrazada a mi cuerpo y yo al suyo. Sentir esta calidez de nuevo es mejor que cualquier cosa en el mundo.
-Cariño – llamo su atención.
-Dime
-Te amo, ¿Lo sabes verdad? – la veo como poco a poco retrocede para poder mirarnos a los ojos.
-Si lo sé, tu intensa mirada siempre me trasmite ese sentimiento y me lo recuerda todos los días – una de sus manos sube hasta una de mis mejillas y la acaricia.
-Sabes, si me dices que eres de fuego, soy capaz de volver a quemarme por ti, aunque lo tenga que hacer una y otra vez, soy capaz de seguir tu camino, en este momento tu mirada me trasmite tanto que si me dices en este momento que ere de otro mundo soy capaz de creértelo. Así de profundo es mi amor por ti. Por favor Alice. Ámame de nuevo como lo hacíamos hace 10 años.
Por un momento me siento desfallecer después de decir todo aquello. Al bajar mi mirada veo como unas gotas de agua caen sobre el piso de madera, al subir la mirada veo a un Alice con las mejillas completamente rojas y la cara llena de lágrimas. No sé cómo reaccionar, no único que logro hacer es abrazarla para tratar de calmar su llanto. Llora mucho, como si tuviera una lucha interna entre decidir qué hacer. No la quiero presionar, solo quería confesar correctamente mi amor.
-Cariño, no tienes por qué llorar tanto, discúlpame si dije algo que no debía – veo como retrocede de mi agarre.
-Pasos de bebé.
- ¿Como?
-Si Luka. quiero que si de verdad esta relación vuelve a surgir sea poco a poco – noto una linda sonrisa llena de cariño de su parte.
-Pasos de bebé, de dinosaurio. Como tu decidas cariño, todo por estar a tu lado de nuevo.
Al notar el tiempo que hemos estado aquí, recuerdo que mañana tenemos trabajo y al mirar mi reloj veo que se hizo demasiado tarde.
-Preciosa, ya es muy tarde, deberíamos volver al edificio.
-Oh sí, si mañana no llego temprano al trabajo mi “jefe” se enojará- dice haciendo énfasis en la palabra “jefe”
-No te preocupas cariños, pues llegar tarde si así lo deseas.
-No podemos Luka, sabes que estamos a cortos de tiempo para la revista del próximo mes- la veo cambiar su semblante tierno a un más serio.
-Me encanta que me hables de trabajo- recojo unas de las cosas que traje de mi departamento para llevarlas de muevo.
-Mejor vámonos Luka Viasete.
-Me volverás loco Alice Foster.