Desde que Luka había traído de nuevo a Sorata a su departamento, hace unas semanas me pidió que por las noches fuera a alimentarlo ya que él llegaba muy tarde. Y el día de hoy no era la excepción, así que, con la copia de la llave de su departamento, ingrese a alimentar al obeso gato de pelaje tan negro como el cabello de su dueño.
-Tu dueño te tiene algo abandonado, ¿Verdad Sorata? – claro este no respondió y siguió mi camino hasta la cocina – Tanto casi como a mí.
Al decir estas palabras escucho el rechinar de la puerta abrirse y consigo unas pisadas adentrarse al apartamento. Al momento que salgo al encuentro de Luka, oigo una voz que estoy muy segura de quien es. Julia
Me escondí detrás de una pared que se encontraba cerca de la sala de estar. Tal vez pareciera ser un poco inmaduro, pero tenía que saber qué tipo de relación tenían estos dos. Además, en el último mes Luka se ha encontrado distante conmigo, y esa secretaria de cuarta se mantenía pegado a él como una garrapata chupa sangre.
-Luka me alegro de que viniéramos a tu departamento, la verdad la fiesta me tenía cansada – ¿pero que está diciendo? – Nos pondremos más cómodos aquí.
¡Esta arpia que piensa hacer con Luka! Y una pregunta nueva viene a mí también ¿El que estará dispuesto a hacer?
-Tampoco te pongas muy cómoda, estas aquí está que pase la tormenta – al decir esto fijo mi vista a la ventana más cercana y noto que está nevando.
-¿Y porque no estar cómoda? De igual manera solo estamos tu y yo – y sin intenciones de seguir escuchando salgo de mi escondite.
-Buenas noches, veo que han llegado de su cena – La mirada de Luka es de completa sorpresa, mientras que la de Julia me recibe con su casual sonrisa burlona.
-Así es cariño.
-Me alegro, con su permiso, me retiro – y sin mirar a ninguno de los dos, salgo del departamento para dirigirme al mío.
Esa noche no pude dormir. Parezco un poco paranoica con este tema, pero simplemente mi mente no me deja de llenar de dudas de todas las situaciones sospechosas, no quiero volver a sufrir, y menos que lo haga el mismo hombre. Quiero amarlo, y sentirme amada por el de la misma forma que cuando éramos jóvenes, la dulzura del primer amor, quiero volver a todo aquello que con el tiempo fuimos felices. Y no con un amor que sea como la nieve, que después de que pasa su temporada, este se derrite sin dejar rastro alguno.
Esa soledad en mi corazón no quiero volverla a tener, esa angustia de cada momento y mi necesidad de él no vuelva a mí. Cada día siento que está más alejado, siento que la luz se apaga y que cada momento es más pequeño, ya no quedan momentos, no podemos culpar de esto al trabajo ni a lo que dedicamos tiempo, pero de nosotros depende de que nuestro siga en pie y que esto no termine en algo malo. Esto ya no puede seguir así, tenemos que resistir.
Con este pensamiento salgo de mi cubículo para dirigirme a la oficina de Luka, y si, ahora tiene una oficina ya que las cosas en la editorial están cambiando. Camino a pasa lento analizando cada situación y al llegar a su puerta doy un leve golpe con mis nudillos, para escuchar después de esto un “pase”.
- ¿Luka podemos hablar? – este asiente todavía con su vista en su computadora - ¿Acaso tu madre no te enseño que es de mala educación no ver a la cara a la persona que te habla?
- ¿Qué pasa Alice? – esta vez sí centra su vista en mí y decido adentrarme más a su oficina.
- ¿Qué pasa Luka? Pasa todo, tanto laboralmente como personalmente, ya no te acuerdas de que tiene una novia y que además de eso, Glen y yo estamos como locos colocando los artículos, ¿En dónde tienes la cabeza? – dejo caer algunos manuscritos en su escritorio.
-Lo de los artículos, sé que Glen es capaz de eso como tú, por algo los deje a cargo este mes, y lo de que eres mi novia, acordamos que nuestra relación no interrumpiría en el trabajo – sé que fueron nuestras reglas, pero esto tiene un límite.
-Lo entiendo Luka, y nada me hace más feliz que ver que tiene éxito en lo que haces.
- ¿Pero?
- ¿En qué lugar estoy yo? Hace más de un mes que no estamos juntos, un mes en el que te veo solo como mi jefe, un mes en el que poco a poco siento que ya no estás conmigo – Luka baja la mirada, siento como mis ojos pican y mi mirada se nubla.
-Lo siento cariño – en mi garganta se forma un nudo muy desagradable y como las lágrimas que después de retenerlas por un mes entero, salen con fuerza.
- ¿Sabes qué? – Fija su vista en mí y veo cómo cambia a preocupación por mis lagrimas – Ya no importa.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Trataré de actualizar más seguido por peticiones de algunas personas, aunque sea un poco difícil, pero no importa, todo por mis lectores 😊
Como siempre gracias por sus cometarios y “Me gusta”. Nos seguimos leyendo.