Capitulo 2 Un mal sueño

Alexander:

No puede ser ella.

Mi cuerpo se quedó inmóvil en cuanto la vi, como si el tiempo retrocediera nueve años de golpe. Isabelle estaba ahí, sentada en una de las mesas del café, con las manos alrededor de una taza, mirando por la ventana, viendo la lluvia caer. Fue como una bofetada, como si nunca se hubiera ido.

Pero lo cierto es que se fue.

Me dejó, sin darme explicaciones. Y ahora estaba aquí, mirándome como si esperara algo de mí; quizás esperaba un ¿qué tal estás? ¿Cómo te ha ido? Se puede ser tan hipócrita.

Charlotte me dijo algo; ni siquiera le presté atención, estaba desconcertado. Me vinieron recuerdos a la cabeza. No podía permitir que mi novia se diera cuenta. Y menos darle el gusto a Isabelle. No después de lo que me hizo.

Me enfadé muchísimo, pero seguí caminando hasta nuestra mesa. No volví a mirarla. Intenté disimular lo mejor que sabía. Yo sabía que, si la miraba, me encontraría con sus hermosos ojos, esa mirada que me había vuelto loco tanto tiempo atrás. La misma que me hizo perder la razón.

Me senté y traté de actuar con normalidad; conmigo estaba mi novia Charlotte.

—¿Estás bien? —me preguntó Charlotte, mirándome con una sonrisa, cogiéndome de la mano.

Le sonreí, fingiendo. No podía permitir que Isabelle viera que su presencia aún me afectaba.

Solté un suspiro y dije lo primero que se me ocurrió:

—Nada importante. Solo una amiga del pasado, preciosa. Hacía años que no la veía.

Era mentira. Isabelle nunca fue una amiga.

Pero decirlo en voz alta sería admitir que, después de todo este tiempo, seguía sintiéndola dentro de mi corazón.

Y no estaba listo para eso. Por lo menos no ahora...