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Capitulo 6 Apariencias y silencios

Desperté antes de que la alarma sonara. No era raro. Últimamente, mi sueño se había vuelto ligero, interrumpido por pensamientos que no me dejaban descansar ni estar tranquilo.

Giré la cabeza y la vi ahí, durmiendo plácidamente a mi lado. Charlotte siempre parecía perfecta, incluso dormida, con su melena rubia extendida sobre la almohada,se podia escuchar su respiración .Me quedé mirándola un momento, intentando sentir algo más que de costumbre.

Nada...

Suspiré y me levanté con cuidado para no despertarla. Me dirigí al baño para ducharme, dejando que el agua caliente despejara mis pensamientos. Nuestra relación era estable, sin altibajos, sin discusiones se podía decir que era perfecta...sin suficiente pasión;eso era lo que nos faltaba pasión...

Charlotte era todo lo que cualquier hombre, podría desear... inteligente, hermosa, con una sonrisa que encanta a cualquiera. Pero a veces, cuando me miraba, me analizaba, y eso lo odiaba, le gustaba quedarse por encima de los demás.

Cuando salí de la ducha, la encontré en la cocina, ya vestida con una bata de seda, sirviéndose café.

—Buenos días, mi amor—dijo sin apartar la vista de su móvil.

—Buenos días, preciosa —respondí, sentándome frente a ella.

Tomé mi café en silencio, mirándo cómo deslizaba su dedo sobre la pantalla. No me preguntó cómo dormí, no mencionó nada sobre nuestros planes, del fin de semana. Todo se había vuelto rutinario, o eso es lo que yo sentía...

—Hoy tenemos cena con mis padres —anunció de repente, mirándome por encima de la taza.

—Lo sé, – respondí— ni siquiera me acordaba, sí me lo había dicho.

—No pongas esa cara, Alexander. Será solo un par de horas.

No respondí. Había aprendido que discutir con Charlotte sobre su familia era inútil. Ella tenía claro lo que quería en su vida y, de algún modo, yo encajaba en su vida perfectamente.

Terminamos el desayuno en silencio , ella con su móvil, y yo leyendo la prensa, las últimas noticias de la bolsa . Cuando me levanté para irme al trabajo, Charlotte se acercó y me besó en la mejilla.

—Nos vemos en la noche, amor.

Un besó en el la mejilla ,¿en serio?... que clase de pareja éramos, hasta ahora no estába viendo lo diferente que éramos los dos, cómo el agua y el aceite. Pero mientras salía por la puerta, sentí que cada día estábamos más distantes, Charlotte no era la mujer de mi vida...

No supe si era porque estaba cansandome de la monotonía con Charlotte… o porque algo en mi interior me decía que ya llevaba mucho tiempo sintiéndome así.

A eso no se le podía llamar amor, si no costumbre...




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