Volver a Tí

Capitulo 10 Pasado oscuro

Tomé una decisión. Me quedaría.

Ya no tenía sentido seguir huyendo estaba cansada de seguir así, ni para mí ni para mi pequeño Ethan. Era el momento de enfrentarme a todo lo que había dejado atrás y construir una nueva vida para los dos.

Cuando se lo conté a mis padres.

Mi madre me abrazó con fuerza, como si temiera que volviera a marcharme en cualquier otra vez, no se lo podían creer.

—¡Qué alegría, hija! Sabía que tarde o temprano te darías cuenta de que este es tu hogar nunca te tenías que haber ido.

—Pero tendrás que buscar trabajo — preguntó mi padre, siempre más preocupado por las cosas—. Sabes que puedes contar con nosotros para lo que necesites. Y cuando digo todo, es todo, me refiero económicamente, sabes que para nosotros no es importante podemos ayudarte económicamente hasta que tu puedas.

Negué con la cabeza, agradecida por ello, mi padre siempre ha sido así, se desvive por sus dos hijos.

—No, gracias, papá. Tengo dinero ahorrado, por ahora voy bien.

Christopher se acercó y me tomó del brazo con una sonrisa.

—Hermanita, estoy contento. Ahora te veré todos los días.

Sus ojos reflejaban emoción, pero también tristeza. Me dolía saber cuánto había sufrido en mi ausencia. Habían sido años duros para él, años en los que tuvo que luchar contra su adicción solo, mientras yo...

Huí y ahora me arrepiento, me doy cuenta de cuanto dolor le causé a mi hermano Christopher.

—Te he echado mucho de menos, Isabelle —confesó, con una sonrisa—. Han sido años muy duros para mí.

No pude responder. Un nudo se formó en mi garganta y la culpa se clavó en mi pecho como una espina. Ethan apareció corriendo y se lanzó a los brazos de Christopher.

—¡Tío! ¿Podemos jugar al fútbol un rato antes de comer?

A mi hermano se le ilumino la cara .

—Por supuesto, grandullón. Vamos al jardín, allí dejé el balón esta mañana.

Los vi ir al jardín juntos, riendo. Ethan adoraba a Christopher, y mi hermano, a su vez, parecía más feliz que nunca,cada vez que estaba con él. Tal vez, sin darse cuenta, mi hijo le estaba devolviendo una parte de sí mismo que había perdido en el camino.

Respiré hondo y saqué el móvil. Marqué el número de Victoria.

—Hola , guapa —contestó enseguida—. ¿Qué tal?

—Quería verte para hablar sobre la casa que me mencionaste. ¿Podemos quedar hoy? ¿Té viene bien ?

—¡Por supuesto! —respondió con entusiasmo—. ¿Qué te parece a las cinco? Así también podemos tomar un café y ponernos al día.

—Perfecto, te espero aquí, adiós guapísima.

Colgué y me quedé mirando la pantalla. Esto era real. Me iba a quedar. Tenía que encontrar trabajo, un lugar donde vivir, y, sobre todo, prepararme para lo inevitable: enfrentar a Alexander por que en algún momento me lo tendría que cruzar.

El miedo volvió a oprimir mi pecho.

Pero ya no huiria, éso lo tenía muy claro.

En algún momento tendría que enfrentarme a Alexander Whitmore...




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.