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Capítulo 25 Nuevas ideas

El WhassApp de Amelia me había llegado temprano en la mañana con la dirección de su casa. Vivia en las afueras, una zona tranquila en un residencial, perfecto para una familia con niños. Me sentía un poco nerviosa estar en su propia casa con su familia,estar allí por primera vez, pero también estaba muy agradecida por la invitación y el nuevo proyecto, yo era la ultima que había entrado en la empresa, y Amelia me habia dado a mi ese gran proyecto, eso entre los compañeros no me ayudaba, todo lo contrario habia más de uno que me criticaba diciendo que seguramente estaria enchufada o... Si que estaria haciendo algun favor a algun socio, o vete a saber tu, la verdad que poco me importaba,al fin y al cabo los envidiosos son los que lo pasan mal.

Cuando llegamos, me sorprendió lo hermosa que era la casa. Una casa elegante con ventanales amplios, rodeada por un hermoso jardín que estaba muy cudado, Amelia me había comentado alguna vez que su marido cuidaba las plantas como hobby, y la verdad que se notaba, estaba lleno de flores y un césped muy verde. Ethan, de la emoción, tiró de mi mano.

—¡Mamá, es enorme! —exclamó, mi hijo con los ojos muy abiertos de entusiasmo—. ¡Parece un campo de fútbol!

—Sí, cariño, pero recuerda portarte bien —le advertí con una sonrisa—. No toques nada sin mi permiso, ¿vale?

—¡Vale!

Toqué el timbre, y Amelia abrío la puerta con una sonrisa.

—¡Isabelle! ya estais aqui, le estaba hablando de ti a mi marido—. Y este debe ser el famoso Ethan.

—Hola, señora. Sí, soy yo —respondió él con timidez.

—Hola, Amelia, gracias por la invitación —dije yo, dándole un abrazo—. Sí, este es mi grandullón el amor de mi vida.

—Pasad, vamos al jardín. Allí están todos.

Atravesamos el pasillo de la casa, era espaciosa y decorada con mucho gusto. Cuando salimos al jardín, vi a su marido sentado en una silla de madera, mirando a los niños jugar con un balon de futbol, mientras hablaba con un chico.

—Tienes una casa preciosa, Amelia. Y qué jardín tan grande... —comenté, admirando el lugar.

—Gracias, me encanta cuidar las flores, como a mi marido, se me dan bien—respondió ella con orgullo.

—¡Wow, mamá! ¡Mira cuántas flores! —dijo Ethan, impresionado.

—Mira, te presento a tu futuro compañero de trabajo —me dijo Amelia señalando al chico—. Él es Taylor.

—Encantado, —dijo él, ofreciéndome la mano con una sonrisa.

—Igualmente,yo me llamo Isabelle —respondí.

—Sentémonos, os pondré un poco de café —dijo Amelia, llevándonos hacia la mesa de la terraza.

Ethan, estaba un poco cohibido, se sentó en mi regazo mientras yo lo abrazaba para que se sintiera más cómodo. El marido de Amelia se puso de pie antes de decir...

—Bueno, os dejo trabajar. Me voy a jugar un rato con los niños.

—Ethan, ¿te quieres ir con mi marido? —preguntó Amelia con amabilidad—. Allí están mis hijos con un balon de futbol, podreis jugar un rato, haber cuantos goles le metes a mi marido despues me lo cuentas,¿Vale? Estoy segura que eres muy bueno jugando. Solo será mientras tu mami habla conmigo. ¿Te parece, bien?

Ethan me miró, esperando mi aprobación.

—Ve, cariño. Seguro te lo pasarás bien —le animé.

—Vale, mamá. Ahora vengo —me dio un beso rápido antes de correr hacia el césped.

Cuando nos quedamos solos, Amelia se pudo más seria.

—Bueno, chicos, vamos al tema. El proyecto lo debemos de empezar el lunes, sin falta, Taylor quiero que le ayudes a Isabelle en todo lo que necesite, entre los dos ,este proyecto sera pan comido.Confio en los dos, y se que esto saldra muy bien, por algo sois los mejores,—dijo sonriendo, animaros hay muchas cosas por hacer, os quiero al cien por cien, teneis que compartir ideas, eso os vendra muy bien, ademas creo que os llevareis estupendamente, sois bastante parecidos muy meticulosos. Sabeis estoy super emocionda este es el proyecto que siempre he querido, ¡Si, es ambicioso! ¿Pero sabeis, lo que cuesta tener un proyecto asi? Cuesta muchisimo, y ahora es nuestro momento, ¡A por todas chicos! — Amelia estaba muy emocionada, yo no lo tenia tan claro, tenia los nervios a flor de piel, mire a Taylor y él estaba muy tranquilo o eso parecia.

—Me parece bien —dijo Taylor—. Hay que preparar la decoración, catering, camareros, medios de comunicación... La decoración nos llevará bastante, pero entre los dos no será difícil, estoy seguro, ademas siento que hay buen feeling.

—Yo sonrei,y al oir eso me dio confianza , y dije podríamos ir diseñando la decoración, asi lo dejaremos todo perfecto —sugerí—. El lunes, en la oficina, puedo ir adelantando en el ordenador.

—Buena idea, me gusta—aprobó Taylor, mirándome.

—Lo, ves —dijo Amelia, sonriendo—. Te dije que era la mejor de la agencia, ,mira que tu no las tenias todas contigo Taylor, hombre de poca fe...¿ Alguna vez te he engañado?—preguntó Amelia riendose.

Taylor la miro, y me guiño un ojo, —Bueno...Bueno nunca se sabe... Pero si, debo de confesar que no me fiaba mucho,— Pero no por ti, Isabelle, si no por que en la agencia tiene cada uno... Que tela nena, bueno tu ya lo sabras, de ahi que no quiera trabajar alli, prefiero hacerlo desde mi casa para no verles la cara a ninguno. Sus palabras no me sorpredieron a mi me pasaba lo mismo, pero yo lo sobrellevaba creo que mejor que él.

Pasamos casi dos horas hablando de todos los detalles. Finalmente terminamos, y llamé a Ethan para marcharnos.

— Al final, Ethan¿Cuantos goles le has metido a mi marido? Seguro que un monton—dijo sonriendole, bueno chicos nosotros nos vemos el lunes,que tengais un buen fin de semana, descansar para coger fuerzas chicos —dijo Amelia, despidiéndose con una sonrisa.

—Igulmente Amelia, hasta el lunes. Gracias por la invitación —respondí, tomando la mano de Ethan.

—Le hemos metido cinco goles,—contestó mi hijo contento. Me lo he pasado muy bien.

—Dile adiós, Ethan —le recordé.

—¡Adiós, señora!




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