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Capítulo 47 Esperanza de vida

Isabelle :

Después de haber pasado esa mañana con tanto… estar allí sentada con los míos me parecía imposible no me lo podia creer, lo habia soñado muchas veces. Le pedi a Taylor que se quedara a comer con nosotros, él al principio me respondio que seria mejor que se marchara, que era un momento familiar y él sobraba alli, yo le dije que no, que yo queria que se quedara, al final lo covenci y se quedo.

Mi madre había preparado su famoso estofado, ese que solo hace en ocasiones especiales. Todos estábamos alrededor de la mesa, Ethan no paraba de hablar a su tío.

Christopher lo escuchaba sonriendo, él no decia nada pero se le nota que esta cansado.Mi padre saco unas botellas de vino caro que tiene guardadas, se le veia relajado por primera vez en mucho tiempo. Y Taylor estaba sentado a mi lado, como siempre últimamente.

—¿Seguro que te sientes bien, Chris? Estarás cansado del viaje, se te nota en la cara hermanito—le dije.

—Sí, un poco Isabelle, tambien es la emoción de estar aqui, anoche cuando estaba en la cama lo pensé de golpe, el venirme para aqui, os hechaba mucho de menos, y al enano este más. Hace una semana que no podia dormír bien, ademas la forma de vivir alli es diferente, los horarios, compartia habitacion con otro compañero creó que es sevillano, muy majo el tio, nada que ver con la comida de mamá, es muy diferente todo, supongo que no me he acostrubrado, no se... No descarto volver, pero no a vivir , si no en plan de vacaciones.

Mi madre le acarició el brazo, nada más mirale a la cara se le cae la baba con él.

Ethan se levantó de golpe, para traer el oso que Christopher le había traido y lo sentó a su lado en la silla.

— Tio, se llama Capitán Lobo, y va a dormir conmigo hoy —dijo con orgullo.

Todos nos reímos. Yo también.

—¿Le has cambiado de nombre, no te gusta el que le puesto yo?— le pregunto Taylor serio.

Ethan se quedo en silencio sin saber que responder,— no, tambien me gusta, lo que pasa que este es más bonito, ademas es mi oso—le contestó enfadado, él pobre no sabe que el oso lo compró Taylor.

—Asi no se contesta a las personas mayores, pide disculpas ahora mismo, Ethan, no quiero que seas un niño mal criado, yo no te he enseñado a que te comportes asi.

—Dejalo, no pasa nada, ademas en algo tiene razon el oso no es mio, por lo tanto el nombre lo tiene que poner Ethan—contestó Taylor sonriendo.

Lo mire seria, no me gusta que me contradigan con las cosas de mi hijo, nadie me va a decir como criar a mi hijo, y menos a estas alturas, eso lo tenia muy claro, y menos decirlo delante de él. Mi padre se metió entre medio, para mediar, pero esta vez a favor de Taylor.

—Isabelle, calmaté ademas es una tonteria, y no es ni el momento ni lugar para discutir, ademas Taylor no la hecho con mala intención, es un buen chico, asi que ... Alegra esa cara, ¿Sabes, que el enfadarse hace que envejezcas antes?

Taylor no pudo evitar echarse a reir a carcajadas, yo le mire seria y, entonces se le borró la sonrisa de golpe.

—¿En serio, Isabelle te has enfadado? No es mi intencion decirte como debes criar a tu hijo, creo que ya me conoces muy bien, para saber que jamás me meteria en eso, bueno... Si me dejas si, jaja. —es broma, no te enfades mujer. Es un dia para que la familia este contenta ¿ No, te parece?

Si, tiene razon, pero solo en eso. A testaruda no me gana nadie en eso me parezco a mi madre, me miraba con cara de corderito, sabia muy bien como hacerme sonreir, y se me pasara el enfado, es como si me conociera de toda la vida, ¿Sera verdad eso de que hay almas gemelas? No, todo eso tiene que ser mentira, no creo en eso, solo creo que si una persona te conoce bien, sabe como tratarte o hablarte en determinados momentos.

Después de cenar, recogimos la mesa yo y mi madre. Mientras los hombres se fueron al salón. Mi hermano hablaba con Taylor, se me hizo verle más contento. Cuando papá se fue a dormir y mamá subió con Ethan para meterlo en la cama, nos quedamos los tres en el salón. Christopher en el sofá, se hecho una manta sobre los hombros. Taylor en el sillón. Yo, me sente en la alfombra, con una taza de té .

—¿De verdad piensas que esto puede cambiar? — me preguntó Chris.

—¿El qué? —dije, no entendi la pregunta, ¿De que verdad hablas?

—La calma. Estar aquí sin miedo. Poder dormir sin pesadillas.

—Sí —respondí, —. Porque esta vez, no estás solo, el pasado lo tienes que apartar de tu vida.

Se hizo un breve silencio. Taylor se levantó y fue a la cocina. Volvió con otra taza de te para él y otra para Chris.

—¿Sabés? —dijo Chris de repente—. Cuando estaba alli, en ese lugar, pensaba mucho en esto. En ti. en mamá. Y… aunque no se cómo, he soñado con este momento, muchas veces. Como cuando éramos unos crios. Siempre sabías como estaba y donde. Y de repente llegasteis, y eso que en un principio pensé que Taylor era policia.—dijo sonriendo.

—No estoy tan lejos —respondió Taylor, riendose.

Chris se hecho a reir.

Mi hermano se levanto y dijo que él ya se iba a descansar, Taylor se quedó en el salón conmigo. La chimenea estaba encendida, y creaba un ambiente romantico inmejorable.

—Gracias, por lo de hoy, no sé como voy... Me puso su mano en mi boca.

—No tienes que agradecerme nada, olvidalo —contestó él—. Haría esto mil veces más, si fuera necesario, me importas y mucho Isabelle. Esto no ha sido nada, comparado con lo que siento por ti.

Nos miramos. Y otra vez, como aquella tarde se acercó más a mí, y me besó.

Apoyé la frente en su pecho. Sentí el latido de su corazón tranquilo, como él.

—Será mejor que me vaya, Isabelle, si no, no voy a responder de mis actos, y te aseguro que no quiero irme, pero sé, que es lo mejor.

—Si, Taylor, es lo mejor, yo no puedo...

—Suhhh, no digas nada, no hace falta que me acompañes a la puerta, es mejor que nos despidamos aqui, buenas noches princesa que descanses,¡te quiero!




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