El cielo estaba cubierto de nubes blancas cuando el avión tocó tierra en Alemania. Taylor, habia estado sentado a mi lado durante todo el viaje.
Sabía que este viaje no iba a ser fácil, solo queria que terminara.
Nos alojamos en el mismo hotel donde se celebraría la presentación: un edificio de acero y cristal con 38 plantas, muy moderno, por fuera no habia sido reformado, las suites que habiamos decorado parecían sacadas de una película, una piscina en la terraza con vistas a la ciudad, un bar con música en vivo, dos restaurantes gourmet, spa, gimnasios, cafeterías, todo habia sido diseñado para impresionar. Y lo habiamos logrado, yo estaba muy contenta con el resultado y se lo dije a Taylor.
La presentación sería al atardecer, en el salón de eventos del piso 36. Luz calida, alfombra roja, champán frío. Todo muy elegante. Muy cuidado. Como si estuvieramos en los Oscar.
Me puse un vestido largo negro con escote cruzado en la espalda. Discreto, pero elegante. Taylor llevaba un traje gris oscuro con camisa blanca sin corbata. Estaba guapisimo.
Al entrar al salón, enseguida lo vi. Alexander estaba junto a su socio Nicholas, hablando con un par de inversionistas alemanes. Llevaba un traje azul marino, y en cuanto me vio, me miró con una sonrisa.
Charlotte no tardó en aparecer, llevaba un vestido rojo que dejaba poco a la imaginación. Se acercó a Alexander y le dijo algo al oído. Él no dejó de mirarme descaradamente.
Taylor se dio cuenta enseguida.
—¿Estás bien? Es un tio bastante descarado, mirarte asi delante de su prometida. Por qué estamos trabajando, si no le iba a decir cuatro cosas, a los tipos como este, hay que tratarles como se merecen, cada vez le estoy cogiendo más mania.
— Olvidalo, no merece la pena, y no te preocupes estoy bien, yo paso de él, Taylor—le contesté, pero le mentí, el tener a Alexander cerca me pone nerviosa.
—Salgamos fuera, a la terraza. Aquí hay mal ambiente, estaremos mejor, vamos te invito, ya que estamos aqui aprovechemos, —me dijo Taylor.
No lo dudé. Salimos por una de las puertas laterales hasta la terraza de la planta 38. El viento soplaba suave, nos sentamos en una de las mesas, le preguntamos al camarero que tipo de bebida nos recomendaba, y nos dijo un Feuerzangenbowle traducido nos dijo que es un ponche de la tenaza de fuego, el camarero se puso hacerlo en la mesa de al lado, es un espectáculo visual, nos dejo impresionados, mereció la pena salir a la terraza. Con el viento que se habia empezado a levantar.,empecé a sentir algo de frio.
—¡Gracias!—le dije a Taylor. Me lo he pasado muy bien, el espectaculo ha sido impresionante. Más vale que entremos, o nos vamos a resfriar. ¿ No, tienes frio? Yo me he quedado helada, no me he dado cuenta y tengo un mensaje de Amelia, dice que donde estamos, que lleva buscándonos un buen rato.
—Vamos entonces antes de que se enfade. Tengo que contarte algo Isabelle, ayer tu hermano me habló de Alexander. Y si me dejás decirte algo creo que es un idiota, ahora me alegro, si te hubiera conocido estando con él, no se lo que hubiera hecho...
Lo miré a los ojos, Taylor siempre dice lo que piensa, y eso es una de las cosas que me gustan más de él, estaba apoyado en la barandilla, con una postura sexy.
— Pero quiero que sepas, que está vez, a mi no te me vas a escapar, yo no soy como Alexander para nada, aunque te fueras al fin del mundo alli estaria yo. Y si Alexander cree que le tengo miedo. Esta totalmente confundido conmigo.
No supe qué decir. Por un lado me agradaba, pero por otro lado, yo ... no se si estoy preparada para una relacion seria. Tengo que hablar con él, y ser sincera, es un buen chico.
Vamos caminando hacia una de las oficinas del hotel.
—Así que eras tú —dijo una voz —. La famosa Isabelle ¿Has vuelto, otra vez niña?
Me giré, y la vi a Eleanor. La madre de Alexander. No la veía desde hace nueve años. Seguía igual: elegante, impecable, y con esa frialdad en los ojos que helaba la sangre.
—Señora, Eleanor, que gusto volver a verla,¿Como está usted? —dije con educación. Por que ni ella, ni yo nos podemos ver, mi ex suegra es un demonio vestido de mujer.
Ella me miró de arriba abajo, como si ella sería más que yo, claro yo no tengo su estatus, yo soy como diria ella, una pobre obrera que no tengo, ni donde caerme muerta.
—Pensé que no volvería a cruzarme contigo. Me habian dicho que habias salido del pais, italia creo. Pero ya veo que el mundo es muy pequeño, y que el tiempo no cura todos los errores jovencita. Sigues igual, parece que el tiempo no ha pasado por ti.
No respondí, le miré con la cabeza alta, y segui caminando, no queria perder mi tiempo, es muy valioso para perderlo con alguien que se cree superior a mi. Las palabras de Eleanor...Ella si estaba al tanto de donde habia estado estos nueve años, ¿Y su hijo, no se habia enterado de nada? O no le habia interesado, me acorde de Ethan,¿ Sabia Eleanor de la existencia de mi hijo Ethan? Ella no lo podia querer, es un hijo bastardo y eso con su estatus es imposible, pero solo la idea de pensar que esa mujer quisiera quitarme lo que es mio, y he llevado en mi vientre nueve meses, me pone los pelos de punta, no queria pensar en semejante barbaridad. Pero ella seguia caminando detrás.
—Michael, que es un buen amigo de la familia, me ha dicho que estás pensando en quedarte en Londres,¿Se habrá equivocado verdad ?—añadió—. No se te ocurra acercarte a mi hijo, Alexander está prometido, con una chica de su estatus. Ya puedes olvidarte de él, por que esta vez ,seré yo quien...
Me mordí la lengua. Taylor dio un paso hacia adelante, para contestar a Eleonor, pero yo le agarre del brazo.
—Con todo respeto, señora Eleonor, Isabelle está aquí como parte del equipo. Y si alguien tiene un problema con su presencia, puede hablar con la dirección del proyecto. O conmigo, que soy el responsable aquí. Que sepa que Isabelle es mi novia, y es Alexander el que se acerca a ella, controle a su hijo señora — le contestó Taylor.