Volver a Tí

Capitulo 52 El gran día

Me levanté temprano. El cielo de Berlín está cubierto por una fina neblina; solo espero que no llueva. Me duché, dejando que el agua caliente me ayudara a calmar los nervios que llevaba arrastrando desde hacía días. Es sábado, el gran día. Un día que marcaría un antes y un después en mi carrera. Vendrá gente influyente, empresarios, celebridades; incluso se rumoreaba que el mismísimo presidente de los Estados Unidos podría asistir.

Taylor se había encargado de hablar con la prensa alemana; su dominio del idioma había sido clave. Amelia contactó con medios de revistas de decoración internacional, mientras yo había gestionado con la prensa de Londres. Todo debía salir perfecto.

Elegí un vestido negro largo de escote discreto pero con la espalda abierta, de seda mate con pequeños detalles de pedrería en los hombros. Lo había comprado especialmente para esta gala. Mis pendientes de esmeralda eran un regalo de mi madre; me los había puesto para esta ocasión. El día anterior había ido a la peluquería; la peluquera me había recomendado un Old Hollywood, es un clásico, pero me dijo que nunca se pasa de moda y que me quedaría muy bien, así que le dije que sí. Me sentía nerviosa, me miré al espejo y me vi con el vestido, el maquillaje y el peinado; ni yo me reconocía. Estoy acostumbrada a maquillarme poco y a vestirme cómoda. Creo que a partir de ahora voy a cuidarme más. Victoria siempre me ha dicho que me tengo que arreglar más, y mi madre siempre dice: "Arregla un palito y verás qué bonito". Salí de la habitación para coger el ascensor.

En el vestíbulo del hotel había bastante gente cuando llegué; entré en la sala. Habíamos puesto centros de mesa con flores blancas y doradas, y paneles de madera clara combinados con detalles de cristal. Dos grandes lámparas de araña en el techo; en las paredes habíamos puesto imágenes del proyecto. Una pasarela central que daba acceso a un estrado para los discursos; mandamos poner una gran pantalla proyectando imágenes en directo para los medios, ya que todos los periodistas internacionales no iban a estar en primera fila. Los periodistas se agrupaban con sus cámaras.

Miré para un lado y vi a Alexander. Llevaba un esmoquin negro clásico, elegante, aunque su corbata estaba algo torcida, signo inequívoco de su nerviosismo. Es un día muy esperado para él y su socio Nicholas. A su lado no podía faltar; Charlotte, impecable como siempre, vestía un vestido rojo color vino con abertura lateral, demasiado ajustado para mi gusto, pero a ella parece que le gusta llamar la atención, todo lo contrario que Alexander. No se despegaba de él, como si temiera que alguna otra mujer se lo quitara. Alexander, por su parte, intentaba disimular, hablando con posibles socios para tener un momento de respiro.

Amelia llevaba un conjunto de dos piezas de color marfil, unos pantalones palazzo y un top con detalles dorados. Se veía radiante, moderna. Taylor, fiel a su estilo inglés, llevaba un traje azul oscuro con chaleco, camisa blanca y un pañuelo burdeos en el bolsillo. Estaba guapísimo.

La maravillosa Eleanor, la madre de Alexander, destacaba con un vestido azul medianoche de corte clásico, joyas discretas pero valiosas y un moño recogido. Parecía una reina; para lo mala que es, estaba mirando desde una esquina bastante separada, analizando, juzgando a sus pobres víctimas como siempre.

Enseguida me vieron Taylor y Amelia; me acerqué a ellos enseguida.

—Hola, chicos, llegó el gran día. —Yo estoy supernerviosa, no sé vosotros —les dije.

—Estás preciosa, Isabelle, wow. —Taylor se me quedó mirando sin saber qué más decirme; enseguida Amelia lo miró y le dijo: —Toma este pañuelo para limpiarte las babas, se te están cayendo al suelo. Parece que nunca has visto a una mujer, lo que hace el amor...

Taylor, el pobre, se puso colorado, y eso que no es un chico tímido, pero como él dice, en algunas cosas es un chico clásico. —No le hagas caso, Taylor, tú sí que estás guapo. Voy a tener que quitarme las mosconas esta tarde —lo dije porque el pobre lo está pasando mal, total por una tontería. Amelia se fue junto a Alexander y su hermano Nicholas. A Taylor lo reclamaron unos periodistas alemanes para hacerle unas preguntas y yo me quedé sola. Por un momento temí que se me acercara Eleanor, con su lengua piperina. Los camareros estaban dando vueltas por si alguien quería tomar algo. Me acerqué al camarero para pedirle un poco de agua. El camarero —me contestó que no llevan agua, que si no sabía dónde estaba, que tendría que llamar a seguridad por haberme colado en una fiesta privada. Yo —le contesté enfadada—: "Llama a quien quieras, igual eres tú el que acabas en la calle, por listo". Me separé de él, y vi cómo se acercó a un hombre de seguridad.

Me acerqué a Taylor y le dije que volvería en un momento. Salí del salón en dirección al baño; necesitaba un instante a solas para respirar y perder de vista al camarero. Fue entonces cuando sentí una mano sobre mi hombro. Me giré pensando.

—Soy yo, Isabelle. No te asustes. —Tenemos que hablar un momento —dijo Alexander.

—¿De qué quieres hablar? ¿Del proyecto? Eso es mejor que lo hables con Amelia —respondí, incómoda. Yo no puedo hablar del proyecto, ni contigo ni con nadie.

—No, Isabelle. Tenemos que hablar de nosotros. Del pasado. Sólo te pido que me escuches. No creo que sea mucho pedir después de nueve años. ¿Crees que podríamos hablar en otro momento?

—Han sido nueve largos años, Alexander. Yo más que nadie lo sé. Para mí no ha sido precisamente un camino de rosas, aunque tú lo creas. Está bien... podemos hablar. Pero ahora tengo que ir al baño. Si me disculpas.

—Desde luego. Gracias por darme esta oportunidad. —Me entregó una tarjeta con su número. Llámame cuando regreses a Londres.

Entré al baño, mirando la tarjeta con su número. ¿Qué quería decirme después de tanto tiempo? ¿Por qué ahora? ¿Por qué en medio de todo esto?

No es el momento de pensar en ello. Por ahora, lo importante es comenzar la gala, una noche que está transmitida en directo a varios países, puede cambiar mi vida profesional... y quizás también la personal...




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.